La Habitación 124 y la desgracia oculta

378 59 28
                                    

Un mes después...

Chuuya estaba en la casa de sus padres, en Yokohama. Estaba recostado en su cama, descansado y dejando pasar sus malestares. Había vomitado mucho ese día, por lo que no ha sido el mejor. No había visto a Dazai desde aquel encuentro en el restaurante en Ōsaka, sólo se llamaban para saber del otro y era todo. Pero este día sería diferente, la señora Nakahara invitó al detective Osamu Dazai para presentarlo a su hijo, pues quería emparejarlos, sin saber que éstos ya eran pareja.

Mamá. Dejaré la actuación y todo lo relacionado al entretenimiento. No me preguntes porqué—. Anunció. Se acomodaba mejor en su cama, cubriéndose con la sábana.

— ¡No puedes hacer eso, Chuuya! Eres una estrella, tienes mucha fama y debes seguir creciendo—. Animaba. El pelirrojo evitaba mirar a su madre, pues temía que sacara una nueva conversación.

— No quiero seguir en esa industria. Además, me iré a vivir a otra casa... Mamá yo... Quiero ser independiente y me iré. Pero seguiremos en contacto—. Dijo decidido.

— Has estado muy raro, hijo. Dime, ¿qué te sucede?—. Se sentó a la orilla de la cama, acariciando la cabeza de su hijo la cual estaba debajo de la sábana.

— Chuuya, tu madre es una persona confiable, podemos decirle a ella la verdad—. Entró Dazai a la habitación. Había estado esperando la señal de la señora Nakahara, pero al escuchar la situación de Chuuya, decidió intervenir.

— ¿Verdad? ¿A qué verdad se refieren, Dazai-kun, Chuuya?—. Cuestionaba algo nerviosa.

El detective se acercó a la cama y besó una de las manos de la mujer, a manera de saludo. En cuanto a Chuuya, le quitó la sábana de encima y posó una de sus manos sobre su abdomen, asustándolo.

— Nakahara-san, su hijo y yo nos casaremos pronto. Ambos estamos esperando un bebé. Quiero poner toda mi confianza en usted y lo mantenga en secreto para nosotros. Nadie debe saberlo. Si mis padres y los demás se enteran, su nieto morirá, porque eso es lo que todos planean, sacrificarlo. Así que, ¿nos dará su apoyo a Chuuya, a mí y a su nieto?

Explicó. La mujer estaba sorprendida, pero a la vez, lo comprendió todo y puso su oído en el aún plano abdomen del pelirrojo.

— ¿En verdad hay un bebé aquí?

— S-Sí, mamá...—. Respondió avergonzado.

— ¡Haberlo dicho antes! Dazai-kun, cuidaré a mi hijo y a su bebé en todo el embarazo. Nadie se enterará, les doy mi palabra—. Se ofreció amablemente.

— Se lo agradezco mucho, Nakahara-san—. Hizo una reverencia. La pelirroja rió.

— Llámame mamá. ¡Ven aquí!—. Jaló de uno de sus brazos al de vendas, acercándolo a ella y a Chuuya. Acariciaba los cabellos de ambos al mismo tiempo, derramando todo su cariño. — ¡Los amo!

🌟

Horas después, en casa de los Dazai.

El joven Detective tenía un mal dormir. Sentía náuseas, y no lograba quedarse cómodo en su cama. Abrazaba su almohada contra su estómago, intentando disminuir sus ganas de vomitar pero era imposible.

"¿Qué demonios? ¿No se supone que sólo Chuuya debe sentir los síntomas del embarazo y no yo? Esto es molesto. Lo compadezco infinitamente. Es desagradable. Quiero que ese bebé nazca ya y deje de molestar tanto. ".

CASO 105 [SOUKOKU]Where stories live. Discover now