CAPÍTULO 12.

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Era sábado por la mañana pero me daba la sensación de que había pasado días durmiendo, no me dolía mucho la cabeza, pero al mirar la hora me di cuenta que eran casi las doce, y salí de la cama corriendo para comer algo. Cuando llegué a la cocina Mike estaba durmiendo en el sofá con la ropa de la noche anterior, y mamá estaba preparando tortitas. Solo había dos razones por las cuales mamá hiciera tortitas, o que nos quisiera contar algo importante o que estuviera contenta por algo, y por alguna extraña razón me daba la sensación que era la primera la ganadora.

—Ves despertando a Mike, debo hablar con vosotros.

Fui a despertar a Mike y mamá se sentó delante de nosotros con tres platos y tortitas en ellas.

—Haber chicos, creo que debéis de saber la verdad sobre lo que estuve haciendo ayer por la noche. Digamos que esto es una cosa que nunca os he contado porque nunca ha surgido, pero tiene que ver con Diego, y creo que esto Elizabeth te lo estás imaginando. La verdad, vuestro padre y yo no empezamos con el mejor pie posible. Él vino de vacaciones el verano antes de que nacieras tú Mike, cuando me enteré de que estaba embarazada, se lo conté a Sergio, y él me apoyó desde el primer momento, nos mudamos a Alcorcón y nos casamos. Con el tiempo pues terminamos queriéndonos, luego viniste tú Elizabeth. Decidimos teneros lo más juntos posibles por tema edad. Pero no todo el mundo se tomó bien que me quedara embarazada joven con un turista. Yo estaba saliendo con Diego en aquel tiempo, cuando pasó todo esto de vuestro padre. Entonces me separe de todos mis amigos al mudarme, y al volver ha sido una manera de poder volver a recuperar mi vida. Con Kate aún nos llevábamos de vez en cuando, pero con Diego nunca. Por eso necesitaba arreglar las cosas con él. Lo siento si os he mentido, o que no os haya dicho toda la verdad.

—Mamá tranquila. Nos lo esperábamos porque nunca nos contáis cómo os habíais conocido. Entonces haber si me entero, ¿engañaste a Diego con papá? —Mike me miró como si hubiera pensado lo mismo.

—No fue del todo queriendo, pero básicamente sí, eso es lo que pasó, no me juzguéis.

—No te vamos a juzgar mamá. —contestó Mike—. Pero es un pequeño detalle que nos podríais haber contado antes. Sabes que he tenido algo con Sofía.

—Lo siento mucho Mike, pero después del numerito de anoche os lo tenía que contar ya. A todo esto tengo que hablar con vosotros de otra cosa. ¿Cuánto bebisteis anoche?

—Yo la verdad mucho mamá. —contesté—. Suerte que Caleb me controlo bastante, pero iba bien, en plan consciente.

—Yo también bebí pero no tanto como Eli.

—Bueno al menos sé que todo está bien y no os veo mal esta mañana. ¿Cómo has dormido en casa de Sofía?

—Bien mamá. Voy a ducharme, gracias por el desayuno.

Mike subió las escaleras, y yo me fui a terminar mi desayuno al porche. Cuando salí vi que en casa de Will y Kate había un coche blanco que no conocía, Cuando me fijé vi que una larga cabellera color castaño estaba hablando con Caleb, e incluso de espaldas la reconocí, era Alison. Se estaban abrazando. Y me di cuenta que Jeremy tenía razón. Por mucho que se pelearan siempre se perdonarían, porque así eran ellos. Vivían de las apariencias, y realmente pensaba que Caleb estaba cambiando. Entonces vi como Alison le plantaba un beso a Caleb, y él se lo devolvía con todo gusto. Alison se metió en el coche y se fue, entonces llamé a Caleb y se acercó.

—Ya veo que te encuentras mejor esta mañana.

—Veo que lo has solucionado.—solté—. ¿A qué juegas Caleb?

—No te hagas historias Elizabeth. Tarde o temprano iba a ocurrir.

—No sabía que vivías tanto de las apariencias, que pasa, que ya han publicado vuestra ruptura en el periódico del instituto. Ayer estabas super cabreado con ella, y hoy la perdonas como si nada.

—Si piensas que soy un superficial entonces ¿por qué hablas conmigo?

—Porque pensaba que estabas cambiando Caleb. Y por cierto, no hace falta que me llevéis el lunes a clase, ya me las apañare.

Y volví dentro muy cabreada de lo que había pasado. No sabía porque me dolía tanto que Caleb volviera con Alison, era una cosa que ya sabía. Después de comer Mike se fue con Jack y Caleb un rato por ahí, la verdad no acabé de enterarme. Cuando parecía que estaba sola - aunque mamá estuviera por ahí estaba trabajando en uno de sus casos - alguien tocó el timbre.

Cuando fui abrir la puerta me encontré a Sofía delante de la puerta. Y con los ojos medio llorosos la invite a entrar. No sabía bien por qué venía, quizás Diego ya le había contado su historia de amor con mamá y solo venía a enfrentarse a Fiona.

—¿Está Mike?

—No, ¿te ocurre algo?

—Podemos hablar.

—Si claro pasa.

Sofía pasó y se acomodo en el sofá, le pase unos pañuelos y un vaso de agua para tranquilizarse.

—Es que no sé qué pasa con Mike. No me habla desde anoche.

—Haber Sofía han pasado solo doce horas desde la fiesta. Espérate un día o dos más, y luego quéjate.

—Si tu lo dices Elizabeth. Sé que no te caigo muy bien, lo siento por venir aquí a pedir, pero las cosas van así.

—Sofía relájate, bebe agua y vuelve a casa. Mañana seguro que te habla.

Justo después de decir esas palabras la puerta se abrió y Mike, Jack y Caleb entraron con él a arrasar la nevera.

—Mike, creo que aquí hay alguien que quiere hablar contigo. —Entonces Sofía me miró con una cara que parecía que me quería matar. — Iros al porche, va.

—De acuerdo Eli.

Sofía y Mike se fueron a hablar, y yo me quedé con los chicos.

—Porque no os lleváis también las judías, y la verdura. No solo tenemos galletas en esta casa.

—Muy graciosa Elizabeth. —Soltó Jack mientras se comía un poco de galletas con nocilla.

—Es que este chocolate está muy bueno, donde lo has comprado. —dijo Caleb.

—En una tienda de comida Española. —y justo después fulmine la mirada a Caleb.

—Hemos de venir más a menudo a esta casa. —pero casi ni se entendía lo que decía Jack.

A los cinco minutos Mike volvió a entrar pero sin Sofía, y su coche desapareció por la carretera. Se notaba por la cara de Mike que había ido mal. Entonces cogió el bote entero de nocilla y una cuchara, encendió la televisión y se fue directo al sofá. Caleb, Jack y yo lo seguimos, y con cara curiosa Jack fue el primero en preguntar.

—Se puede saber de qué habéis hablado.

—Pues nada le he dicho lo que pensaba. No quiero nada serio, solo un lío.

—¿Un que? —preguntaron a la vez Caleb y Jack.

—¿No sabéis que es estar de lío? Es estar con una persona pero sin estarlo. Nada serio directamente. En España las relaciones suelen empezar así, son como un periodo de prueba.

—Que románticos no. —soltó Caleb.

—Al menos no son tóxicos y se dicen las cosas a la cara, no como otros que conozco. —Le ladré.

Jack consiguió parar la discusión antes de que fuera a peor, y ellos se quedaron en el sofá jugando a la play station. Aunque cambiáramos de país, las cosas no cambiaban. Me subí a mi habitación, y como vi que Jo se había ido con Jeremy a Venice Beach decidí quedarme sola en mi habitación. Me puse una película, y me quedé dormida un buen rato.

No me desperté hasta que mamá me vino a despertarme para cenar. Para mi sorpresa, ahí estaban en la mesa Jack, Caleb, Jo y Jeremy. 

INCANDESCENTEWhere stories live. Discover now