CAPÍTULO 16

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Aquella mañana estaba muy cansada. Me había pasado la mitad preocupada y la otra mitad llorando, pero debía de ir al instituto igual. Para que no me pasara como el día anterior decidí volver a coger el hábito de coger la moto. Mike cuando pasó por mi lado en la cocina solo hizo más que tirarme una mala cara, y supe que todo estaba cambiando. Solo hacía unas semanas que vivíamos ahí y todo iba mal. Tuve que parar en una gasolinera a poner gasolina ya que me había quedado sin, y después de todo aquel trayecto ya pude salir camino a mi nuevo día.

Durante la primera hora todo fue bien, ni Caleb ni Jo hablaron mucho conmigo, y mejor, porque tendría que aguantar como le había ido con Alison y Jo me apretaría para que hablara más de Caleb. Al menos solo tuve que aguantar a Alison y a Caleb una vez, entre matemáticas y física, ya que ella hacía asignaturas mucho más sencillas. Aunque fuera guapa, manipuladora y tóxica era obvio que en los estudios no le iba muy bien, y tampoco me extrañaría que Caleb le ayudara más de una vez.

Para mi desgracia el verdadero drama llegó a la hora del comedor. No sabía qué hacer, pero no me quedaba otra que sentarme con Mike y compañía, ya que Jeremy estaba haciendo unas clases de refuerzo. Cuando me senté todos se me quedaron mirando, a lo que yo respondí con una sonrisa, y tanto Jo, como Mike me la devolvieron. Cuando de repente Mike soltó una especie de grito, que hizo que todos nos giraramos, y del susto se me cayeron todos los libros de las manos, aunque los demás no entendieron nada de lo que estaba ocurriendo.

—Vete ahora mismo de aquí, no pintas absolutamente nada. —dijo Mike en todo desafiante.

—Solo quiero hablar contigo Elizabeth, por favor, escúchame. —yo ni siquiera me moví, estaba paralizada, hasta que pude articular unas palabras.

—Yo... No, no puedo.

—Ya has oído, vete ahora mismo de aquí, si ni siquiera estudias aquí.

—Ahora sí. He vuelto. Por ella. Y necesito hablar contigo Eli, por favor escúchame, estoy aquí por ti.

—Vete ahora mismo si no quieres tener problemas. —volvió a decir Mike.

—Por si no lo recuerdas solía ser yo quien te daba las palizas.

—¿Quieres saber cómo las doy ahora? —Y Mike sin pensarlo le metió un puñetazo. Cuando me di cuenta de lo que podía ocurrir fui a pararlo inmediatamente.

—Mike para, no es ni el momento ni el lugar. Y Alejandro, no voy a hablar contigo, hoy no. No puedes pretender aparecer así como así en mi vida. Hace más de seis meses. Podrías haberte preocupado antes, pero no, lo haces ahora. Huí de toda mi vieja vida, y tienes que volver ahora. Lo siento pero no lo acepto, ahora no. Así que por favor vete a otra mesa a comer.

Alejandro se empezó a alejar, y todos se me quedaron mirándome atónitos. Creo que con la mirada de Jo supe lo que estaba pensando, y Alison me miraba juzgandome. Caleb me miraba preocupado, y Jack, que aún estaba medio enfermo, ni siquiera me terminó de prestar atención. Me fui hacia mi taquilla, y después de dejar las pocas cosas que tenía, me fui corriendo al baño para que nadie me viera llorar. Las lágrimas me saltaban mientras iba por los pasillos, y cuando llegue al baño simplemente me cerré, y me puse a llorar como hacía meses que no lo hacía. Demasiadas emociones en tan poco tiempo. Cómo podía Alejandro no tener en cuenta mis sentimientos y no dejarme mi propio espacio. Cuando me fui de Madrid fue por una razón: quería alejarme de todo y de todos, y eso incluía a Alejandro.

Empecé a oír pasos hacía la puerta en el baño donde estaba, me sequé las lágrimas lo más rápido que pude, y la voz de Jo empezó a oírse llamando mi nombre.

—Eli, ¿estás por aquí?

—Jo no quiero que me veas así, por favor.

—Creo que hoy ya has pedido demasiados favores, Entiendo que no quieras hablar con nadie, pero sal por favor, tendrías que hablar con alguien. Y yo me presento voluntaria para hacerlo. Va que estoy sola.

INCANDESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora