CAPÍTULO 17

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Había pasado una semana desde que Alejandro había aparecido por el instituto como si nada. Mike y yo apenas habíamos hablado de lo sucedido, y a Alejandro solo lo había visto un par de veces por ahí, y aunque me intentó parar, no lo logró. Ese domingo todo iba bastante bien por casa. Mamá había comido con Diego, y Mike y yo nos la habíamos pasado mirando películas. Mike por la tarde me había dejado sola. Se había ido a casa de Caleb junto con Jack para jugar a la play me parece que me comentó. En todo caso me encontraba sola en casa. Decidí ponerme a estudiar un poco ya que sabía que dentro de poco vendrán los exámenes y no quería que me viniera todo de golpe. Estaba en ello cuando alguien tocó el timbre. No podría ser Mike, ya que él sabía que tenía llaves, y mamá debía de estar aún por casa de Diego. Para mi sorpresa quien se encontraba en el otro lado de la puerta era Sofía.

—¿Puedo pasar?

—No es una cosa que debas de preguntarme, pasa y dime que ocurre.

—Veo que estabas estudiando.

—Digamos que lo intentaba. Mike está con Jack y Caleb.

—Ya lo sé, por eso he venido.

—Pues dime.

—¿Qué pasa con Mike?

—Supongo que sabes lo de Fiona y tu padre.

—Sí, lo sé. Y creo que por eso Mike no me habla.

—Es una cosa que deberías de solucionar tú. Cruza la calle, y vete a hablar con él. No creo que te haga el lío. Si quieres te acompaño, y veniros aquí a hablar el tiempo que necesitéis.

Acompañé a Sofía a casa de Caleb, Jack me abrió la puerta y obviamente supo que estábamos ahí. Llamó a Mike y se fueron los dos a casa, mientras yo me quede con los chicos para darles tiempo.

Me hizo mucha gracia ver a Jack y a Caleb explicándome cómo funcionaba el mando de la consola, sin que ellos supieran que yo ya sabía jugar. Después de media hora y de que se confiaran, cogí el mando y gane contra Jack, con quien decían ellos de que era el que mejor jugaba. Yo les tuve que explicar que antes jugaba mucho con los amigos de Alejandro, y que casi siempre acababa ganando.

—A todo esto Eli, cuando nos explicaras qué pasa con Alejandro.

—No creo que os lo explique. Al menos no ahora. Respetad mi decisión.

—Lo entendemos perfectamente Eli. Sigamos jugando pues.

Estuvimos un rato jugando, pero me acabaron desconcentrando. No había pensado mucho en Alejandro, y que atacaran de esa manera me dolió más.

Al rato Sofía volvió, y me sugirió que volviera a casa, que Mike tenía que hablar conmigo. Cuando llegué, encontré a Mike llorando en el sofá. Hacía mucho que no lo veía así, y fui corriendo a abrazarle. Estuvo unos minutos más llorando, hasta que empezó a hablar.

—Sofía y yo hemos roto. Al final no había por donde salvarlo todo. No ha sido solo lo de mamá. Ella es bastante celosa, y no sé. Las cosas no iban a funcionar.

—Lo habéis intentado Mike. Habéis hecho todo lo que podíais.

Mamá envió un mensaje diciendo que tampoco vendría a cenar, y después de cocinar algo rápido, Mike y yo nos fuimos a la cama, sabiendo que al día siguiente deberíamos de enfrontrarnos a todo.

...

Suena el timbre a las seis de la mañana. En España empezaban el instituto más o menos por estas fechas, y aunque ellos justo empezaran, nosotros teníamos los exámenes a la vuelta de la esquina. Como había ido estudiando lo sabía todo bastante bien. Mamá nos recibió muy alegre. Estaba ansiosa por ese nuevo día. Mamá sabía que había pasado algo entre Sofía y Mike, así que intento tener el mayor tacto posible. Mamá nos dio dos besos y nos dejó. Como siempre Mike se fue con los chicos, y yo tuve que parar por una gasolinera para repostar. Aproveché para comprar un café. Me dirigí hacia el instituto, y cuando llegué no pude dejar de fijarme en el coche aparcado delante de la puerta que me sonaba tanto, y como no, era el de Alejandro. También se lo había traído. Aunque él en España no tuviera carnet, sabía que ya tenía uno por si las moscas. Alguna vez me había llevado a dar una vuelta un parking, pero nada más que eso.

Fui a la taquilla a dejar cosas, cuando vi que Alejandro estaba ahí esperándome.

—Eli por favor, podemos hablar.

—Alejandro, hoy no. Llego tarde.

—Tenemos que hablar de esto. De lo nuestro.

—Alejandro ya no hay nada nuestro. —y le cerré la puerta delante de él.

El día fue bastante normal. Aunque sabía que las sorpresas no podían parar de parar. Entonces vi que había una chica nueva sentada en la mesa de siempre. Cuando llegué vi que Jack la rodeaba con el brazo.

—Bueno Eli. Ahora que estamos todos juntos. Os presento. Esta es Amberly. La conocí en la última fiesta de Sofía. No sé si os acordáis. Se sentará aquí por un tiempo.

—Me parece bien. Encantada Amberly. —la miré, pero ella solo supo más que mirarme con cara de asco. Como no, Jack se había echado novia, y como no, solo apariencias. No sé qué le podía ver a esa chica, pero yo sonreí dándole mi apoyo, ya que solo eramos amigos y quería darle realmente todo mi apoyo.

Me di cuenta que todo estaba con bastante tensión. Caleb y Alison no hacían otra cosa que enrollarse. Mike y Sofía ni se hablaban. Jack y Amberly parecían enamorados. Jo como no estaba sentada con Jeremy fuera de todo aquel drama, y Alejandro en otra mesa junto con los del equipo de fútbol. Me parece que quería entrar en el equipo, pero antes se las debería de ver con mi hermano y con Caleb. Me sentía super mal ahí sentada con todo aquel embrollo. Todos vivían de las apariencias. Me cansé de todo aquello y me fui junto a Jeremy y Jo a hablar.

—Tía, has estado desaparecida. —dijo Jeremy.

—Ya ves, has visto todo la que se está liando. Demasiado amor.

—Hasta que todo eso no se solucione no vuelvo por ahí. —me contestó Jo.

—Toda razón. Por cierto, lo siento por no contestarte las llamadas, no quería hablar con nadie.

—Tranquila Eli. —y me abrazó, sin reconocerme ningún tipo de rencor.

Cuando terminaron las clases Mike me pidió que lo llevara a casa, y como siempre llevaba un casco en el mini maletero de la moto lo pude llevar. Durante el camino me contó cómo había sido su día, y que dentro de las expectativas tampoco había ido tan mal. Yo realmente me alegraba por él. Mike me señaló un atajo para llegar a una pastelería cerca. Fuimos a comprar un pastel para la noche. Nos apetecía darle una sorpresa a mamá.

Esa noche Fiona llegó junto a Diego, y después de cenar todos animadamente, sacamos la tarta y Mike dijo unas palabras.

—Mamá, sabemos que estos últimos días hemos estado muy mal, así que hemos comprado esta tarta para de alguna manera darte las gracias. Ha sido duro volver a empezar, pero era algo que todos necesitábamos, y creo que Eli estará de acuerdo conmigo.

—Muchas gracias cariños. —y tanto Fiona como Diego nos ofrecieron una sonrisa.

La cena no duró mucho, y después de recoger todo nos fuimos hacia nuestras camas. Me quede despierta en la cama mirando antiguas fotos con Alejandro, con mi corazón dividido, sin saber bien que terminar de hacer, sabiendo que al final tendría que terminar hablando con él, aunque aún no quería que llegara el día.

INCANDESCENTEWhere stories live. Discover now