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Habían pasado dos semanas desde lo sucedido, Gustabo estaba mejor, Armando y el se "perdonaron" entre los dos, el rubio hablaba a escondidas con Jack por mensaje, siempre se contaban su día a día y a veces hacían videollamadas para hacer los deberes juntos, aunque en personas solo se sonreían cuando nadie les miraba, ya que ambos sabían que Armando era muy celoso y no querían que hubiera ningún malentendido.
El juego que Armando tenía con el rubio aún seguía, varias veces se había aprovechado de él, pero Gustabo como imbécil no decía nada, a veces se sentía forzado al hacerlo pero como sabía que su pareja si que quería, una parte de si mismo se veía obligado a satisfacerlo.

Hoy, otro simple Jueves, Gustabo se levantó por su alarma, bajó de la litera y despertó a su hermano, el cual tenía un sueño profundo, el rubio fue a preparar un par de cafés y cuando los dos ya estaban listos cogieron sus respectivas cosas y salieron cerrando el pequeño piso.

Gustabo abrió sus chats encontrándose con un par de mensajes de Jack, como todos los días.

Jack <3

-Buenos días Gustabín

-Buen día cuídate

-gus dais viejo

-igualmenste :D

.-.-.-.

Guardó el móvil para seguir caminando con su hermano, ahora con una sonrisa.

-Y que tal con el ruso? -pregunto el rubio a su hermano.

-De puta madre, ya le comí la pinga más de 5 veces. -Gustabo le miró y se empezó a reír a carcajadas junto a su hermano.

-Eres un puerco. -Dijo aún riéndose

Entre risas llegaron a la puerta del instituto, donde Volkov esperaba a Horacio junto a Jack

-Buenos días bombón. -Horacio le dio un abrazo por detrás a su novio, el rubio y el pelinegro se sonrieron amistosamente.

-Hola bonito. -Viktor correspondió el abrazo y le dio un beso, Gustabo puso una mueca de asco y rió.

-Yo me voy antes de que Horacio le vuelva a comer la pinga Volkov. -Gustabo caminó hacia dentro del edificio riéndose, había llegado un poco pronto así que aún le quedaba unos diez minutos antes de comenzar la clase, decidió subir a la azotea, a un lugar que solo el conocía, a veces hacía pellas y se escondía allí, había unas vistas preciosas y como casi nunca había nadie en la azotea siempre estaba solo, a veces lo necesitaba para despejar su mente. Se tumbó en aquel sitio, con la mochila como almohada en su cabeza y observó el bonito cielo que hacía ese día, hasta que notó como alguien se sentaba al lado suyo, giró su cabeza y se encontró a Jack sentado con una sonrisa a su lado con un par de galletas.

-Me das una? -preguntó el rubio con un puchero refiriéndose a las galletas.

-Por algo las compré, últimamente te veo más flaco, comes bien? -Dijo dándole la galleta al rubio, este la cogió y le dio una mordida aún tumbado.

-Te digo pero no le digas a Horacio -Jack asintió- Los de la seguridad social solo nos pagan todo lo de la casa y todo lo que tiene que ver con los estudios.

-Y la comida y ropa?

-Eeh, nos dan una paga para eso -mintió- y pues no nos da para mucho, así que intento no gastar tanto, aparte que no tengo apetito casi nunca.

-Joder... No has pensado en buscar trabajo para ganar algo más de dinero?

-Si, pero no me encajan los horarios en ningún sitio y en los que encajan no pagan casi nada.

Una nueva oportunidad- Intenaboحيث تعيش القصص. اكتشف الآن