CAPÍTULO 6:TE NECESITO A MI LADO

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12 de abril de 2015
Hospital Vista Alegre.
11:30 a.m.

Bostezo mientras voy hacia el vestuario a cambiarme el pijama,estoy en la unidad de psiquiatría pediátrica del hospital y la verdad es que no está siendo fácil.

—¿Una mañana complicada?—pregunta Mikel entrando también para cambiarse.

—Horrible.—aseguro recogiendo mi pelo en una coleta.

Me sonríe amable y se acerca a mi para abrazarme una vez ya nos hemos cambiado,es uno de los auxiliares con los que suelo trabajar y la verdad es que nos hemos hecho un grupo bastante agradable con otros compañeros.

—No es fácil la unidad en la que estás,pero los chavales tienen su punto cuando les pillas con un buen día.—asegura.

—Son peores los padres,te lo aseguro.

—¡Llevamos 10 minutos esperando en la cafetería!—grita Almudena entrando en el vestuario—.He visto tortugas más rápidas que vosotros.

No puedo evitar reírme mientras cierro la taquilla,echo el uniforme a lavar y salimos del vestuario entre bromas. Llegamos a la cafetería donde ya están Bella y Miriam.

—Ya era hora guapos.—se ríen.

—Es que la he echado en falta hoy por la mañana.—Mikel me abraza de nuevo antes de sentarnos.

Nos tomamos el desayuno mientras comentamos lo que llevamos de mañana, la verdad es que estoy a todo menos a lo que mis compañeros hablan. Me fijo en Vicky que entra algo alarmada en la cafetería, busca a alguien con la mirada y no puedo evitar hacer contacto visual con la persona a la que menos me esperaba ver aquí: Sergio.

—¿Tú te animas?—pregunta Almudena sacándome de mi pequeño trance.

—¿A qué?—la miro confundida.

—A la fiesta de mañana.

Niego rápidamente,bastante mal están las cosas en casa con Mario como para que encima llegue hoy y le pida permiso para salir mañana con mis compañeros, aunque me ha prometido que no volverá a golpearme sé que eso volverá a pasar...

—Trabajo hasta tarde en el otro curro,además mañana Mario había organizado algo para los dos.—me excuso.

No insisten más,cosa que en verdad agradezco. Cuando el descanso termina subo a la unidad evitando cruzarme con Vicky, al llegar me acerco a uno de los chicos que han ingresado hace poco, tiene delante de él un yogurt y a uno de los psiquiatras que tenemos en el hospital.

—Comete el yogurt.—ordena al chico.

Me siento al lado del niño, no tendrá más de 13 años, niega con los ojos recubiertos de lágrimas. Pongo mi mano sobre su brazo y le dedico una sonrisa amable.

—No comes para verte guapo—dice el psiquiatra—,si sigues así vas a ser el más guapo de tu funeral, ¿eso es lo que quieres Jacob? ¿hundir a tu madre por tu muerte?

Esas palabras hacen que Jacob se quede pálido, miro con cierto desprecio al psiquiatra, no es la primera vez que le escucho decir algo similar a alguna paciente como "terapia de choque" pero el último comentario creo que sobraba.

—Que estés casado con mi madre no significa que tengas derecho a tratarme, de hecho no deberías hacerlo—responde—.Hace tiempo que sé que a mi madre tan solo le preocupa cómo se vea mi físico, que el resto de personas solo ven al niño gordo que todos deben odiar, ¿sabes que? Ojalá estuviera muerto.

El hombre que tiene enfrente se levanta con la intención de golpearle en la cara pero consigo reaccionar rápido y me pongo en medio logrando que frene el golpe.

—Voy a dar parte a la dirección del hospital sobre tu comportamiento con los pacientes, ¿de verdad piensas que golpeando al chico vas a conseguir que cambie su forma de verse?—mi tono de voz es bastante frío.

No dice nada y se marcha,Jacob me abraza buscando refugio cosa que no le niego, acaricio su pelo hasta lograr calmar su llanto.

—Vamos a hacer una cosa,vas a comer la mitad del yogurt y luego vamos a hacer alguna manualidad de esas que te gustan a ti. ¿Trato hecho?

Asiente poco convencido.

13 de abril de 2015
Complejo abandonado
16:40 p.m.

Froto mi cara agotada, hoy debería haberme quedado metida en la cama, todo se me hace grande. Lo de anoche realmente me ha dejado destrozada, me duele todo el cuerpo, pero él mismo me aviso de que si alguien se enteraba de lo que había pasado sería peor para mi. Escucho risas dentro de la enfermería y no me hace falta darme la vuelta para saber que son Valeria e Iñaki quienes casi todos los días se pasan por aquí para hacerme un rato compañía si no hay mucho que hacer.

—¡Hola!—saluda Iñaki.

—Hola.—saludo tratando de fingir que estoy bien.

—¿Mucho trabajo Mire?—pregunta Valeria abrazándome por la espalda.

Intento ocultar mi expresión de dolor y sonrio con la mejor de mis sonrisas, me giro y les hago un gesto para que se sienten. Han traído unos chocolates calientes, cosa que en verdad agradezco aunque no me entre nada en el estómago.

—La verdad es que la tarde está siendo tranquila pero bueno, ya sabeis como va esto.—respondo.

Pasamos un buen rato hablando, hasta que ambos deben de irse dejándome de nuevo sola, cojo el carro de curas y voy hasta la otra sala donde hay varios hombres heridos. Hago sus respectivas curas y me quedo un par de horas por ahí para comprobar que todo siga bien.

13 de abril de 2015
Complejo abandonado
20:40 p.m.

La puerta de la enfermería se abre bruscamente, Samira entra junto a otro de los hombres de Sergio. Cojo unos guantes temiendo que venga herido pero al mirar bien al hombre no veo rastro de sangre y me los quito.

—Querida, vives alerta.—dice tratando de sonar amable.

—¿Pasa algo?—pregunto con frialdad ignorando su comentario.

Ambos se miran y Samira asiente.

—Coge una bolsa con todo lo que necesites para trabajar fuera de aqui, nos vamos en 10 minutos.—anuncia el hombre.

No pregunto, el tiempo que llevo aquí he aprendido que lo mejor es no hacer demasiadas preguntas. Cojo todo lo que tengo a mano y creo que puedo necesitar, aviso a Mario de que posiblemente vaya tarde a casa y salgo de la enfermería.

Samira me mira y me hace un gesto para que les siga hasta un garaje, donde para mi sorpresa hay más de 40 hombres armados siguiendo las instrucciones de Sergio.

—Sube a la furgoneta.—ordena Samira.

No pongo resistencia y voy hasta la furgoneta,una mano sujeta mi brazo evitando que suba. Me giro confusa, alzo una ceja al ver que es Sergio quien me está cogiendo del brazo.

—Me han dicho que suba a la furgoneta.—digo algo desganada.

—Tú vienes conmigo, te necesito a mi lado—anuncia bastante serio—.Confía en mí,será lo mejor.

No digo nada, me suelto de su agarre dejándole algo confundido porque seguramente si hoy estuviera de humor le habría discutido algo, pero hoy no tengo ganas. Le sigo hasta otro furgón que parece ser blindado,todo lo contrario al resto.



Corazón descalzo® [#1] (YA EN FISICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora