five

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Cuando las trompetas sonaron y Jeongin entró en la sala, todos los principes con quienes Hyunjin estaba, dejaron de hablar y se voltearon a ver al rubio.

El azabache le lanzó una mirada de arriba abajo. Jeongin tenia una aura pura y delicada por la forma en la que vestía.

Y antes diría que su expresión en el rostro mostraba desinterés, pero luego de lo que pasó en el bosque y por la forma en que el rubio le suplicaba que guardara su secreto, todo era distinto.

Su expresión en el rostro mostraba preocupación y tristeza.

Y aún cuando todos levantaban sus copas y brindaban por él, Jeongin no sonreía. Solo asentía y pasaba su lengua por sus labios.

- no es por nada, pero será mio habló Seungmin - tomando otro sorbo de su copa

- como quieras Seungmin- habló Minho - Jeongin no es mi tipo

- el mio tampoco - le respondió Chan - pero lucharé por llegar al final para vencerlos a todos ustedes...

-- si serás tonto - le interrumpió Minho- si ganas te quedas con Jeongin

- eso ya lo sé - le respondió Chan - pienso dejarlo plantado

Hyunjin sonrió y tomó un sorbo de su copa. Al parecer todos habían venido con la misma idea, excepto por Seungmin.

El azabache volvió a mirar a Jeongin, quien se encontraba cabizbajo, jugando con el borde de su copa.

El Alfa no sabia si era pena lo que sentia por el rubio, pero algo en la expresión de Jeongin lo incomodaba y no lo hacia sentir bien. Y al parecer era el único en esa gran sala que lo notaba

- ¿a quien miras tanto? - preguntó Seungmin hacia Hyunjin

El azabache volteó a verlo rápidamente: - ¿huh?

- no me digas que te gusta Jeongin -Minho sonrió burlón-¿no eras tú el que decía que los Omegas eran un estorbo?

Hyunjin asintió y carraspeó: - por supuesto

- ¿y cual es tu plan? - preguntó Changbin

El azabache se encogió de hombros: -no sé

Cuando la atención en la mesa se desvió de él, Hyunjin volvió a mirar a Jeongin. En vez de divertirse como lo hacia todo el mundo, el rubio parecia más triste que nunca

El brindis estuvo lleno de vino, muchas risas y gritos por parte de todos. Excepto por Jeongin, quien estaba incómodo con todo, y Hyunjin, quien no despegaba sus ojos de él.

A la hora del baile, mientras Jeongin bailaba con cada principe, parecía manejarlo bien. Sonriendole a Seungmin, Minho, Changbin y a Chan, actuando con total naturalidad sin equivocarse en los pasos.

Sin embargo, algo no estuvo bien en el rubio cuando una mano de Hyunjin rodeó su cintura delicadamente y su otra mano se entrelazó con la suya. Jeongin no lograba hacerle contacto visual y le costaba sonreirle, solo se quedaba mirando sobre su hombro.

El Alfa frunció su ceño: - mírame - le ordenó con La Voz de Mando en un susurro, sin embargo Jeongin no le escuchó por los tapones en sus oídos

Hyunjin intentó llamar su atención con un ligero apretón en su cintura, sin embargo aquello solo hizo que Jeongin derramara una pequeña lagrima por sus mejillas.

El rubio sonrió sin mirarlo para disimular ante los demás, desconcertando a Hyunjin.

Al terminar el baile entre ambos, Hyunjin se inclinó en reverencia ante el rubio mientras escuchaba los aplausos de todos. Jeongin fingió una sonrisa muy forzada que fue imposible ocultar y luego salió corriendo cuando los demás ya no les prestaban atención,

Puso la excusa a su padre de que iba al baño para luego volver.

Hyunjin le siguió desde lejos, chequeando que nadie lo siguiera. Luego colocó una oreja sobre la puerta del baño y frunció su ceño al escuchar sollozos y balbuceos de Jeongin con un fuerte olor a vainilla provenir de adentro

El azabache probó el picaporte y al encontrarlo sin seguro, la abrió y asustó a Jeongin de un salto

-¡que haces aqui! - Jeongin se alejó de él, secando sus lagrimas mientras hipaba - įdeja de seguirme!

Hyunjin entró y cerró la puerta, luego cruzó sus brazos en su pecho: - ¿puedo saber que demonios te ocurre?

Jeongin sollozó suave, no estaba dispuesto a responderle a Hyunjin.

-¿puedo ayudarte? En el brindis estuviste algo raro...

Jeongin negó: - por favor retirate

Hyunjin se acercó a él: - no quiero. Te sientes mal y quiero ayudarte con eso...

Al colocarse frente a frente con Jeongin, carraspeó y usó La Voz de Mando:- mírame-

Jeongin temblo y alzó sus ojos, obediente. Sollozando al darse cuenta del efecto de La Voz de Mando en él.

- no me dejaste al borde del lago malherido. Me ayudaste - Hyunjin se atrevió a secar algunas lagrimas de su mejilla, haciendo temblar al Omega ahora déjame ayudarte a ti

Jeongin hizo un puchero, ladeando su cabeza

- ¿quieres ayudarme? - preguntó

Hyunjin asintió

- entonces no uses La Voz de Mando conmigo - contestó Jeongin- eso solo me recuerda cuanto odio ser Omega

- ¿por qué odias ser Omega? - preguntó Hyunjin

El rubio tomó aire antes de contestar:- por que ahora mi vida va a depender de un maldito Alfa -sollozó- ¿crees que quiero enlazarme? ¿crees que disfruto de todo esto? ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo de perder mi libertad!

Hyunjin secó su mejilla para calmarlo un poco, apartando su mano después al darse cuenta de lo que hacia: - ¿porqué no le pides a tu padre que cancele todo?

Jeongin negó con una sonrisa: -¿no entiendes? Soy un Omega, los Omega no tienen opiniones validas

El azabache mordió sus labios, maldiciendo internamente por lo suave que era su piel.

- ¿te parece si vamos a distraernos luego del brindis? - propuso el azabache

Jeongin frunció su ceño, más no respondió

- está bien, te veo después del brindis - Hyunjin le ofreció una sonrisa amable antes de salir del baño

Jeongin quedó desconcertado y fue a lavarse el rostro con delicadeza antes de volver a salir. No le era permitido a ningún principe acercarse a él y tampoco pasear con él tarde por la noche sin compañia. El rubio no tenia idea de lo que Hyunjin tramaba y a lo mejor solo lo había dicho para distraerlo y hacerle pensar otra cosa

Pero la verdadera incógnita para Jeongin era el por qué Hyunjin quería ayudarlo realmente.

Ya luego del brindis, Jeongin buscó con la mirada a Hyunjin y vio como este se fue con los demás principes a sus dormitorios. El rubio estuvo algo confundido, asi que solo se retiró a su habitación, se desvistió y se metió a su cama para descansar.

Intentó cerrar sus ojos y dormir, pero no lo lograba. Al día siguiente seria el primer día de tres donde habrían pruebas para decidir quien seria su futuro Alfa. Y aunque para el rubio todos se vieran guapos y elegantes, no le interesaba ninguno en realidad y no le importaba quien ganara. Él sabia que tenia el mismo destino

Perder su libertad.

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𝗠𝗬 𝗞𝗜𝗡𝗚 | h.hj + y.jgWhere stories live. Discover now