thirteen

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Félix no podía creer lo que veía. No sabía cuán lejos podía llegar la reina de Mibao con tal de mantener la reputación y buena imagen de su linaje.

Exiliarle, desterrarle del trono de Mibao y luego hacer que caminara por la avenida principal del Reino mientras le gritaban cosas horribles y le lanzaban objetos era demasiado. Pero ahí estaba Bang Christopher, caminando con la frente en alto, alejándose de lo que una vez fue su hogar. Félix lo admiraba mucho, desde que eran pequeños, el Alfa de cabello rubio platinado siempre se había comportado de esa forma.

No parecía inmutarse con nada y siempre sonreía. ¿Cómo lo hacía? Incluso ahora, ¿cómo lograba no quebrarse en llanto o correr humillado por su propio pueblo?

Félix iba de salida de Mibao cuando se topó con él.

— ¿A dónde irás? — le preguntó el Omega, Chris solo lo miró de reojo y continuó su camino.

— No lo sé. Por ahora solo pienso alejarme de Mibao. — respondió casi en un murmullo.

Félix mordió sus labios con ganas de preguntarle y hablarle de lo sucedido.

Él solo había sido la paloma mensajera de Seungmin y Chris, aquello no le daba la potestad de opinar sobre su situación delicada, pero si era amigo de aquel Alfa, y como tal, le iba a ofrecer su ayuda

— Hey, te puedo llevar. En algún momento te cansarás y la noche llegará. Ya sabes lo que últimamente dicen por ahí. "Alimento de Deltas serás… —.

— Si de noche sin compañía estás" — completó Chris con una sonrisa, contagiando a Félix — Gracias por ofrecerme tu ayuda, pero ¿no tienes trabajo que hacer? No quiero estorbar...

El castaño negó con un puchero: — ¡Para nada! No estorbas, me haces compañía. A veces quisiera a alguien que me acompañara a todas partes. Así que, ven y súbete —  el Omega detuvo su caballo y Chris se subió con él, colocando su pequeña bolsa con algunas de sus pertenencias junto con la de cartas de Félix. Luego sujetó la cintura del Omega para no caerse y ambos continuaron el camino.

Félix escuchó suspirar a Chris. Estaba completamente seguro que, a pesar de que se viera tranquilo y sereno por fuera, el Alfa se estaba sintiendo terrible con todo.

El Omega intentó distraerlo o por lo menos hacer que se desahogara.

— ¿Ya sabes dónde te vas a quedar para pasar esta noche?

Chris volvió a suspirar.

"No"

— ¿No? ¿Y qué pensabas hacer? ¿Dormir entre arbustos? — Félix rió un poco para liberar la tensión.

— No pensaba pasar de esta noche.

El silencio agradable de antes se había esfumado, ahora algo muy tenso e incómodo había en el ambiente que hizo que Félix no encontrara forma de seguir con la conversación.

El Omega se debatió en todo el camino hasta por fin salir de Mibao, si hablar con Chris directamente de eso o esperar a que él lo mencionara y se desahogara solo.

Al diablo con la prudencia. Lo iba a ayudar y apoyar aún si Chris no lo quería y se bajara del caballo.

— ¿Cómo se enteró tu madre de lo tuyo con Seungmin? — preguntó sin rodeos.

Sintió como los dedos de Chris se ajustaban a su cintura y tragó saliva.

— No quiero hablar de eso.

— ¿Sabes si Seungmin está bien? ¿No irás con él?

— No.

Félix tragó saliva. Sus respuestas cortantes parecían invitarle a que se callara y no siguiera preguntando.

Y eso fue lo que hizo por el resto del camino hasta que llegaron a Hagami.

— ¿Hagami? ¿Entregarás algo aquí? — preguntó Chris.

El Omega negó: — Voy a dejar que te quedes en mi casa por el tiempo que desees. Volveré más tarde, aún tengo cartas que entregar a otros reinos.

— De ninguna mane...

— Chris, —  le interrumpió Félix — me preocupa tu bienestar. Si te quedas conmigo, te prometo que estarás bien y nadie se enterará.

Otro silenció pasó cuando llegaron a la pequeña y humilde casa del castaño, hasta que Chris preguntó.

– Pensé que vivías con tus padres en Mibao. ¿Cómo conseguiste esto? — el Alfa tomó sus cosas, Félix ató su caballo y se acercó al pórtico de la casa para abrirla.

El Omega no tenia ni un derecho a decir que era suya.

— Umh... esto... ahorré lo suficiente para conseguirla —  el Omega abrió la puerta, escandalizándose al ver los calzones de Minho tirados a un lado del sofá. Rápidamente fue a él para esconderlos, maldiciendo entre dientes.

— Es linda — mencionó el de cabellos platinados, observando todo a su alrededor.

Félix comprobó que no hubiese más nada de Minho o algo super caro a simple vista en toda la casa y le sonrió a Chris.

— Ah sí, es muy linda. — palmeó sus hombros — Bueno, tengo que marcharme ya si no quiero toparme con la luna en medio camino. ¡Ponte cómodo!

El castaño volvió a salir, tomó su caballo y se alejó del lugar con destino a Kangu para hacer una de sus ultimas entregas.

Y al llegar a esta, justo en la entrada había una chica con apariencia de Alfa rondando por el lugar, como si esperara por algo. Félix tragó saliva y se aferró a la bolsa de cartas, temiendo que le fuera a hacer algo.

Ryujin lo vio acercarse y miró a su alrededor antes de sacar una de sus flechas para apuntar en contra de Félix.

— Detente ahí —  le ordenó

Félix empezó a sudar frío, tragando saliva con dificultad. Su caballo se alteró y comenzó a lanzar patadas.

— Calma a tu caballo o sino no terminarás de entregar tus cartas nunca más — la Alfa apuntó directo a su cabeza, Félix trató de calmar al animal y funcionó, sin embargo, él aún estaba muerto de miedo

— ¿Qué quieres? — preguntó, rogando que alguien pasara por ahí para ayudarlo.

— ¿Eres Lee Félix? — preguntó la chica con la capucha de cuero en su cabeza, su rostro era difícil de distinguir y aun no veía ni un signo Delta en ella, por lo que dudaba que fuera una.

El Omega asintió, Ryujin bajó la guardia un poco.

— Me dijeron que sabes muchas cosas. —  carraspeó — Necesito que me digas a donde se encuentran Yang Jeongin y Hwang Hyunjin.

Félix rió nervioso: — ¿Qué te diga dónde están? Eso no lo sé...

Ryujin volvió a apuntarle: —  Yo sé que lo sabes.

Félix apretó sus labios: — No lo sé. Solo sé lo mismo que saben todos...

Ryujin gruñó, ya hartándose de la situación: — Te ordeno que me digas a donde están los reyes de Yagakima.

La mirada de Félix apuntó hacia el suelo cuando escuchó la voz de mando de aquella Alfa temblar en todo su sistema. Apretó sus ojos con fuerza, negándose a decir algo.

Quería negar que vio a Jeongin con uno de sus cachorros esa mañana, cuando la Reina Omega de Yangma lo llamó para darle el comunicado a la Reina de Mibao, de que su hijo menor se había presentado como Omega. Quería negar que, después de eso, se topó con Hyunjin y varias tropas de caballeros en los jardines del castillo.

— Si no me lo dices ahora, juro que te mataré — volvió a gritarle Ryujin.

Con lágrimas en sus ojos, sabiendo que Jeongin y Hyunjin pasaban por una situación de peligro, le dijo a la Alfa a donde se encontraban. Su Omega no pudo ante su voz de mando.

— En Yangma. Están en Yangma — dijo, apretando sus puños con fuerza.

Félix alzó su mirada para encararle y frunció su ceño cuando ya no la encontró ahí, ni en ninguna parte.

El Omega exhaló profundo, a punto de desmayarse. Se había metido en un gran problema.


Volví :)

𝗠𝗬 𝗞𝗜𝗡𝗚 | h.hj + y.jgWhere stories live. Discover now