Minhyuk y Kihyun llegan a ese pueblo remoto en la isla Jeju con el objetivo de encontrar al primer amor de su abuelo Lee.
Lo que no esperaban de ese improvisado viaje es desterrar una historia desconocida para su familia, y, además, adentrarse en l...
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Hola! Espero que hayan tenido buen inicio de año 2021. Aquí les traje algo que pude escribir en estos días. :)
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La sensación de sofoco causada por las altas temperaturas y el bochorno propio de ese clima hizo que Kihyun resoplara y maldijera por lo bajo ese mes de la canícula. Ni siquiera eran las diez de la mañana y ya estaba sudando cual condenado al infierno y sus mejillas tenían un tinte sonrojado que no tenía nada que ver con algún acto de vergüenza.
El ciclo de calor se repetía como cada año en esos parajes agrícolas y no esperaba el día en que anunciaran la temporada de lluvias para sentarse a mirar las gotas caer y sentir el ambiente aligerando su carga de sudor y sed.
La espalda de Kihyun reposaba contra la pared exterior de la casa, cerca de la puerta de entrada, y el joven había extendido perezosamente sus piernas sobre la superficie de madera del pasillo. No traía más que unas bermudas amarillas que dejaban al descubierto parte de sus piernas salpicadas de vellos, y en la parte superior una playera blanca de algodón en la que se traslucían las gotitas de sudor deslizándose sobre la piel de su espalda.
A unos cuantos metros estaba Hyunki echado, dormitando de costado, ajeno al ruido y con su panza bamboleándose con cada respiración profunda.
Además, a poca distancia de allí estaba Hyunwoo bajo la sombra de un árbol, acomodando un tronco de madera sobre una base más grande; a cada tanto se ponía en posición para alzar el hacha y luego dejarla caer, con certeza y sin atisbo de miedo, sobre el tronco, cortándolo de tajo en dos pedazos que iban a caer al suelo y que recogía con rapidez para volver a repetir la acción.
Era un día caluroso y a Hyunwoo se le había ocurrido cortar esa leña que almacenaría y luego utilizaría en el horno de la cocina tradicional que tenían en la parte trasera de la casa, ya que en esos días se le había metido la idea de hornear pan para repartirlo entre otros familiares.
