Minhyuk y Kihyun llegan a ese pueblo remoto en la isla Jeju con el objetivo de encontrar al primer amor de su abuelo Lee.
Lo que no esperaban de ese improvisado viaje es desterrar una historia desconocida para su familia, y, además, adentrarse en l...
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14:00 - 22:00 p.m.
Pasadas las horas retozando, profiriendo gemidos que incluso se propagaron a través de la puerta y los hacía sentirse extasiados por llegar a la cumbre del placer, entre besos y mimos de por medio, la pareja revisó el reloj y se levantaron de la cama al percatarse que ya se les estaba haciendo tarde para llegar a la casa de dos de sus familiares.
Se bañaron los dos juntos, ya con prisas. Al terminar de asearse, Kihyun salió a buscar y llamar a Hyunki mediante chiflidos, esperando que no se hubiera ido lejos. Por lo regular lo encontraba en la casa del primo de Hyunwoo, a cuya esposa e hijo menor no les molestaba tenerlo allí por unas cuantas horas. Eran sus queridos vecinos de al lado.
El hijo pequeño, llamado cariñosamente Eric, y a sus amiguitos de la cuadra (alrededor de otros diez niños, entre cuyos nombres recordaba a un tal Changmin, a Sunwoo y a Juyeon), les encantaba la presencia del perro y formaba parte de sus travesuras infantiles, o los seguía cuando iban al campo a jugar.
Sin embargo, apenas y había cruzado el gran portón de madera para asomarse a la calle, cuando vio cómo se iba acercando hacia él la Sra. Yang, otra de sus vecinas, echando chispas, toda crispada, tensa, y llevando a rastras a Hyunki. Lo traía fuertemente del collar y aunque evidentemente le estaba haciendo daño, el perro no hacía nada para zafarse del agarre. No era agresivo y nunca había mordido a persona alguna, ni recibido quejas, en general era querido y los otros vecinos lo recibían en sus casas, por lo que Kihyun se asustó al ver cómo su perro era tratado por esa mujer, con quien en realidad no había entablado amistad por ser ella un poco... especial. Verla en tu campo visual significaba, con alta probabilidad, que te meterías en problemas.
—¿Qué le pasa, Sra. Yang? —le increpó Kihyun cuando la mujer estuvo frente a él—. Suelte a mi perro —frunció el ceño, molesto al ver cómo la señora se negaba a dejar ir a Hyunki.
