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Canción: De esta canción realmente no hay mucho que decir, creo que es un clásico literalmente en esta banda, y creo que no tiene un significado tan específico en algún punto de la historia de los dos. Sólo quería escuchar algo que me hiciera sentir cómoda o identificada de alguna manera. 

Akira estaba sentado en la arena, sus pies estaban lejos del agua del mar. La espada reluciente estaba a un lado suyo, Elayne la miró desde lo lejos: Hecha del metal más poderoso y resistente de Plutón, con un mango perfectamente tallado y trenzado, con terminando en forma de diamante, con piedras preciosas y aun con el enorme tamaño del arma lucía minimalista a sus ojos. Se preguntó la chica entonces si Akira alguna vez habría empuñado algo más complejo o si sus batallas en realidad le habían asignado un arma más ostentosa pero decidió no tomarla.

Quizá era así.

Se acercó y antes de que se quitara, lo abrazó por la espalda. Su aroma inundó sus poros y la chica cerró los ojos, oh aquel Luterio lo había cambiado todo ¿No era maravilloso el sentirse apreciado de verdad después de tanto tiempo sintiéndose un premio? Escuchó la respiración del chico quién se tensó por la sorpresa pero sintió el cuerpo suave y pequeño de ella y poco a poco relajó los músculos.

-Creí que veníamos a entrenar- Dijo él con una media sonrisa dibujada en los labios- ¿Acaso estás haciendo trampa?

Sintió como la chica movía la cabeza para decir que no. El horizonte se veía rojizo aún, apenas asomaba el azul que bañaría el cielo de la Tierra en poco tiempo, estaba por amanecer.

-No, no es así. En cuanto acabe con esto, serás todo mío y de mi entrenamiento- Dijo ella, se sentía confiada pero mejor aún se sentía segura. Elayne no entrenaba casi nunca cuerpo a cuerpo en su planeta por una razón: su tamaño. Incluso las mujeres eran más altas que ella por relativamente mucho, los hombres habían visto sus alas parecidas a las de ella y habían tomado al Quásar que decidió transformarla como un reto personal. Elayne les pateaba el trasero paulatinamente, pero no sin antes recibir muchos, muchos y dolorosos golpes. Ahora sabía que nadie quería someterla para probarse a sí mismo, un acto egoísta para probar control. Y eso era un alivio.

Amaba su gente, amaba los paisajes y los juegos en las tormentas del planeta, amaba todo... Menos que a veces perdían el piso para convertirla en un objetivo de batalla y que, aunque la mayoría del planeta lo había asimilado, los tercos de mente y cerrados en opciones seguían creyendo que era una mancha. Todos los días la chica luchaba por probarse a sí misma, probar su poder, su fuerza física... Su corazón. Un corazón noblemente teriano que indicaba su misión: Proteger a otros y cuidar de ellos, ver por el desprotegido y el débil, por aquellos que habían perdido sus planetas o universos, Júpiter tenía nobles causas, al igual que todos los planetas después del cinturón de asteroides. Sólo que Júpiter tenía una carga mayor, era el más grande, el guardián del sistema, el protector del planeta Celeste, de la Tierra.

-Muy bien, veamos de qué estás hecha en realidad.

Sonó interesado al hablar. Akira se levantó y señalando al mar movió sus manos, acto seguido frente a los dos había un camino de plataformas anaranjadas suspendidas por medio metro sobre el mar; a lo lejos, cuando el camino terminaba, veía otra cosa: remolinos. Los mismos que habían arrastrado a Akira cuando ella lo vio entrenar, Elayne negó con calma, no sería tarea fácil.

-Después de los remolinos hay veinte espectros tuyos, es decir, una copia exacta tuya en cuanto habilidades físicas, sólo que decidí aumentar sus habilidades en doscientos cincuenta porciento extra, tendrás que eliminarlos a todos con tu espada al pasar los obstáculos- La chica veía las siluetas en un anaranjado opaco, que parecía rojo, tan oscuro que por un momento pensó que era sangre- Después de eso tienes que alcanzar la llave, que está suspendida a un kilómetro de aquí, tendrás que subir sin volar, impulsándote de los tubos suspendidos y los discos pero ten cuidado porque cambian de posición, si no caes bien caerás al mar arrastrada por unos remolinos a unos cien metro debajo del agua y tendrás que empezar de nuevo.

Conectando Estrellas *Notas de autora*Where stories live. Discover now