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Canción: Iris – Goo Goo Dolls Creo que esta canción "nos define" al momento que nos conocimos, el mismo sentimiento de curiosidad o ese chispazo que tuvimos, saltarnos todo el protocolo de las preguntas de color favorito, de lugares y hobbies simplemente conocer más del otro.

Elayne sentía como bajaba sin parecer detenerse, la presión en los pulmones que sentía la presión más y más en el tórax, por un momento creyó que se desmayaría; no podría subir más. Justo cuando alcanzó cien metros debajo del agua, quedó suspendida, a punto de desmayarse esperaba recuperar algo de compostura. Aunque había hecho un hechizo para no respirar debajo del agua, sentía como si se disculpara por haberla lastimado cuando ingresó a ella.

Sus pulmones estaban cansados y sabía que aguantaría mucho más siempre y cuando no hubiera hecho todo lo demás, pero lo había hecho hasta donde había podido. Sus piernas no alcanzaron una base y el remolino se la había llevado tan rápido que ni siquiera podía gritar. El cabello le estorbaba la cara, que se había hecho hacia arriba, al igual que sus brazos, sentía perder el conocimiento y no sabía hasta dónde podría comenzar a nadar. Ni siquiera movía las piernas para tratar de subir.

***

Todo pasó muy rápido. Akira miraba a la chica mientras se mecía de un lado al otro, al medir tan poco tenía que balancearse lo más que podía para tratar de alcanzar los tubos. No sabía cómo pero había vencido a los espectros, aunque la veía algo retirado sabía que se había herido y cada vez subía más lento. Aunque admiraba su resistencia, supuso que en batalla había pasado por cosas similares, cualquier novato se hubiera caído unas cien veces antes de poder comenzar a escalar.

-Vaya, parece que lo va a lograr, aunque dudo que pueda correr con esa pierna lastimada- No le gustaba la sangre a Akira. Le daba pavor, irónico puesto que era un guerrero. Había olvidado untarse su tónico en la frente: Un tónico que él mismo hacía para bloquear su fobia mientras estuviera en entrenamiento o en combate... No creyó ocuparlo.

Elayne gruñó cuando se cayó. Algo parecido a un suspiro salió de sus labios y cuando Akira buscó a la chica la vio con los brazos estirados hacia él y hacia arriba, un tornado la había atrapado y se dirigía a toda velocidad mar adentro. No lograría respirar.

-¡Elayne!

Escuchó su propio grito, seguido se descubrió volando directamente hacia ella. Por el tiempo de la demora, no alcanzaría a evitar que se pegara con el agua... Estaría inconsciente si es que el hechizo no se vencía y podía morir. Respiró lo más hondo que pudo, asegurándose de llevar burbujas de aire con él bajo el mar y sin pensarlo ni un segundo... Se sumergió tan rápido como pudo.

La sensación en la piel era horrible, sentía la presión en la espalda pero no importaba cargaba lo triple o más de eso sin sentir molestia ninguna. Pero le preocupaba que, como no pasaba tiempo dentro de los océanos de la Tierra (Ni de ningún planeta) su vista tardaba más en aclimatarse para ver bien. Sentía como en cada metro, su piel se rasgaba finamente, una capa de piel pequeña que se desprendía y ardía enseguida. Bajaba y baja, los cien metros más largos de su vida.

Hasta que la encontró: Su pierna sana estaba estirada, y con el impacto la herida se había abierto de nuevo mientras que su pierna sana estaba doblada hacia su pecho; los brazos ahora ya no estaban hacia arriba sino hacia abajo, en forma de v levantando su pecho, sólo que llevaba la cabeza ya hacia atrás. Había intentando subir. Se acercó con cuidado. Tomó una burbuja entre sus dedos, después de todo el aire era su elemento, la depositó sobre sus labios eso le daría tiempo suficiente de llegar fuera del agua. La tomó en brazos con cuidado de no lastimarla y comenzó a subir rápido pero no tanto como se había sumergido, no quería romperle algún hueso o agotar las pequeñas burbujas que le iba dando en el camino hacia la superficie.

Conectando Estrellas *Notas de autora*Where stories live. Discover now