Dos, una mera ficción. Un limbo ocaso.
¿Alguien será posible de acabar con ello? ¿Serás posible de acabarlo por mi?
Eso y muchas más promesas por cumplir.
Vive con el pasado. Vive el presente en compañía de alguien más y apoyaré siempre.
Cree en ti...
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-Al parecer es un sótano, venga vamos. Tu primero Shuichi.
-Y-yo creo que mejor os espero aqui -dije. -Esa clase de lugares me traen mala vibra...además, no quiero causar más problemas...
-No causas problemas ___ -esta vez hablo Saihara con un linda sonrisa. -Si no quieres ir es entendible, solo cuídate vale.
Asentí rápidamente y me aleje de ellos dos. Aquello me recordó como la gente especial se aleja por varias y distantes razones, igual que la noche se aleja del día. Espero no alejarme de alguno de ellos mucho...
Narrado por Saihara -¿crees que esté bien? -Kaede solo puso una expresión dudosa y luego sonrió como si nada.
-Te preocupas demasiado Shuichi~ venga vamos.
Así dimos inicio el descenso hacia el sótano.
Volviendo con la rayis~
Cuando salí del pasillo o más bien dicho cuando inicie aqui había un pasillo bloqueado por barras metálicas color negro, ahora ese mismo lugar estaba desbloqueado.
-Esta situación se asimila mucho un RPG...
Comencé a caminar mientras contemplaba el lugar y vi una salida, ¡Una salida! Sonreí bastante y corrí hacia aquella puerta sin olvidar lo más importante.
Quizás sea una trampa. -¿Estas pensando que es peligroso salir verdad?
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-Prácticamente si. -respondí y seguí contemplando aquella gran salida.
-Descuida, comprobé que no hay nada peligroso fuera, y te dejo algo en claro. Espero no te lleves una gran decepción al salir afuera. -el chico rápidamente extendió su mano para esperar que sea correspondida por la mía. -Korekiyo Shinguki, antropólogo definitivo.
Al sentir el tacto de su mano no pude evitar preguntar. -¿Que le sucedió a tus manos? Oh por cierto, Kirigaya ___
-¿No tienes talento? Creo eres la primera persona que conozco así. Cómo sea, no te decepciones o pierdas la esperanza al ver lo que te espera fuera de aquí. -gracias a mi pequeña fuerza el se ofreció a quitar la pequeña barra metálica que bloqueaba la puerta en si.
