Después de la muerte de su padre, Elena Black decide descansar y desaparecer del mundo mágico, dando así un pequeño viaje a un pequeño pueblo en Washintong, y desde que ella llega a Forks, las cosas cambian radicalmente, y más para cierto rubio de o...
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Y comenzó el inicio de semana, ese día iría al instituto con Edward, su amigo se habia ofrecido a llevarla y ella no se negó, se vistió con un vestido de tela fina poco más a bajo de la rodilla color azul celeste y unos tenis blancos, recogió su cabello en una coleta baja y dejo algunos mechones sueltos, Kreacher le había preparado su desayuno, lo comió sin prisa alguna después de agradecer a su elfo y se aseguro de que su chinchilla y lechuza tuvieran agua y comida suficiente para todo el día.
A las 7:40 el sonido de la bocina del volvo de Edward fue sonada fuera de la casa de la Black, se despidio de sus abuelos y se apresuro a tomar su mochila con celular y audífonos y salió de su casa para subir al auto de su amigo.
- Veo que alguien no durmio bien - bromeo la platinada al cobrizo quien tenía un aspecto desfavorable -
- Oh vamos Lena, no molestes - se quejo divertido
- ¿Porque viniste solo?
- Si quieres vamos por Jasper - sugirió divertido -
- Creo que así estamos bien - hablo desviándo la mirada, Edward rió -
- Oh Vamos Lena, a Jasper le gustas y a ti el también - la miró unos segundos para volver a mirar al frente -
- Ayer lo besé, Edward - suspiro frustrada - y me evitó lo que quedaba de la tarde - volvio su mirada al frente -
- Jasper estaba conmocionado Lena - explico mientras su vista estaba por la carretera - en estos meses nunca habías demostrado estar atraída por el o como si quisieras estar a un lado suyo, es algo que Jasper no entiende y cree que juegas con sus sentimientos
Elena quedo en silencio mientras observaba como llegaban a la escuela, miro a Edward y hablo:
Jasper me gusta - dijo al ver que se estacionaron - pero tengo miedo, no quiero que sea como la última vez - murmuro, Edward la escucho perfectamente al igual que sus hermanos que los esperaban -
- No sera asi, lo juro - sonrío levemente - ahora bajemos
Ambos bajaron y las miradas fueron a parar a ellos (como siempre), seguía siendo novedad que la chica platinada se juntara con los Cullen y que desde el momento en el que llegó se juntara con ellos.
Los hermanos Cullen estaban sonriendo demasiado, cuando escucharon la confesión de la chica todos voltearon a ver a su rubio hermano (si el estuviera vivo estaría rojo como un tomate) el solo volteó la mirada y sonrió al escuchar las palabras de su compañera.
