Después de la muerte de su padre, Elena Black decide descansar y desaparecer del mundo mágico, dando así un pequeño viaje a un pequeño pueblo en Washintong, y desde que ella llega a Forks, las cosas cambian radicalmente, y más para cierto rubio de o...
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Elena desperto, aturdida por lo que acababa de soñar.
De nuevo, podía escuchar los gritos de horror y exclamaciones de la batalla.
No pudo ver nada, pero si escuchaba las cosas que sucedían a su alrededor.
La poca luz que traspasaba los ventanales fueron el motivo por el cual también desperto.
Suspiro y camino hacia el baño de la habitación, no tenía tantas ganas de pararse pero debía de hacerlo.
Se vistio con una camisa grande que le llegaba hasta las rodillas (y que, por cierto, la hacia lucir más pequeña de lo normal), y sus calcetines largos negros.
Habia mandado una carta a su tía Andrómeda para verificar su estado y como lo estaba pasando, ya que ahora que su prima lamentablemente fallecio en la horrible batalla, habían dejado a su pequeño Teddy huérfano y Andy tomo su tutoría.
Su tío Ted aun no había sido encontrado luego de escapar del país para refugiarse y sumándole a eso, tenía que esperar buenas noticias aunque sea por un día.
A paso lento se encaminó a la sala donde supuso que estaban todos reunidos ya que se escuchaban las voces muy alto (gracias a su audición mejorada).
Al llegar a la cocina, donde Esme y Rosalie le estaban preparando un desayuno y los chicos las miraban hacerlo, llamó la atención su entrada y por como vestía, todos pensaron que era adorable.
Bostezo, y tallo sus ojos, corrio moderada hacia Rosalie, quien la acepto gustosa por volver a tenerla entre sus brazos.
Emmett se acerco y Elena también lo abrazo, aun sin poder controlar su fuerza, solto un sollozo que hizo que se alarmaran.
