Después de la muerte de su padre, Elena Black decide descansar y desaparecer del mundo mágico, dando así un pequeño viaje a un pequeño pueblo en Washintong, y desde que ella llega a Forks, las cosas cambian radicalmente, y más para cierto rubio de o...
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Todo estaba cayendo en su lugar.
Jacob y Sam habían arreglado sus indiferencias acerca de lo ocurrido y se respeto la decisión de que habrían dos alfas, la manada Uley y la manada Black.
Los Vulturis habían pedido pruebas de que la transformación de Bella había sido completada, pero eso no cambiada e igualmente mandaron sus felicitaciones a la nueva integrante del clan.
Pero ahora, solo parecía quedar un nuevo enemigo.
El tiempo.
Renesmee y los mellizos crecian demasiado rápido, a todos les preocupaba cuanto tiempo podría quedarles con ellos.
Elena habia inclusive pedido retirar algunos libros de Hogwarts para averiguar algo, Mcgonagall con gusto acepto su pedido y la dejo llevarse cuantos quisiera, pero eso no los llevaba a ningun lado.
Pero eso hacía que cada momento con ellos fuera mas preciado para todos.
Los niños jugaban en la nieve mientras eran vigilados por los lobos, Elena, Bella y Fred.
- Mira un copo de nieve - acerco su mano Renesmee a su madre.
Los mellizos parecían muñecos de nieve ya que no paraban de reir y jugar con Paul y Seth.
- Es hermoso, ¿porque no buscas otro? - animó Bella a su hija.
- ¡Estas haciendo trampa Regulus! - reclamó la melliza.
- ¡Mentira! - el mellizo mayor se escondió detrás de su lobo.
- Ugh, huelen horrible - se quejo la pequeña arrugando su nariz.
Paul la avento a la nieve con cariño.
- ¡Paul! ¡Perro malo!.
- Edward cree que la respuesta esta en Brasil - hablo la castaña mientras veía a su hija correr.
- ¿Es por las tribus que estan ahí? - pregunto la platinada mirando a sus hijos.
