Después de la muerte de su padre, Elena Black decide descansar y desaparecer del mundo mágico, dando así un pequeño viaje a un pequeño pueblo en Washintong, y desde que ella llega a Forks, las cosas cambian radicalmente, y más para cierto rubio de o...
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Elena ya no podía.
Después de regresar a su casa en Forks no obtuvo noticias sobre nadie, solo sabía gracias a Kreacher que Harry, Ron y Hermione se estaban hospedando en Grimauld Place y que ya habían descubierto las siglas del guardapelo.
Ahora solo mandaba cartas de urgencia con mensajes ocultos, pues ahora que el ministerio había sido tomado por los mortifagos la correspondencia era revisada con tal de descubrir información valiosa.
El fin de semana llego, con esto el inicio a clase había empezado pero la Black no tenía ningún interés por asistir.
Ahora se encontraba caminando entre los altos árboles que rodeaban los alrededores, cruzó el río para dar con el bosque que daba al inicio de la Reserva, siguió así hasta que llego a otro campo de flores.
Se sento con delicadeza y se recostó sobre la maleza y mirando el cielo, sintiendo algo que no había sentido desde hace mucho, Paz.
Jugueteaba con la varita mirando el cielo, aquello era tan relajante que no quería que su momento de paz acabara.
Equivocación, el ruido de pisadas la alerto, tomo su varita con cuidado y se levanto lentamente.
Frente a ella, un lobo grisáceo se posó en su visión, ella no entendía porque la miraba, pero para aquel ser era todo lo que necesitaba.
Elena lentamente se acerco a el y estiro su mano, el animal gruño levemente y se acerco a ella, Elena no temía, ya que si las cosas se ponían mal se defendería con su varita.
El lobo se sentó, Elena lo miro confundida y también se sento, frente a frente se quedaron mirando durante unos minutos, hasta que ella hablo:
- ¿No me lastimarás? - pregunto, el lobo negó con un respingo - supongo que no - sonrió -
- Tienes un pelaje lindo - admitió mientras tocaba su pelaje lentamente - bueno, supongo que como no hablas no dirás nada
El lobo la miró, ella saco su varita y la enseñó a el, este le miró algo confuso.
