Click. [ NamGi ]

15

"Doctora Kang, vaya a descansar, lo necesita..."

"No, él me necesita más"

Desperté de golpe, aturdido y con un dolor de cabeza que amenazaba con hacerme desmayar. Me encontraba en mi habitación, solo.
Después de que Nam me ayudara a subir mi maleta e irse, me había encerrado.

¿Por qué la voz de MoonByul sonaba en mis sueños? ¿Por qué conocía a mi madre y le decía que descansará? Quizá lo segundo no era tan extraño, claro que mi mamá necesitaba descansar siempre pero... ¿MoonByul?

—Los sueños no tienen sentido, YoonGi...

Traté de calmarme a mi mismo volviendo a acomodarme entre las mantas, a pesar de haber pasado ya al menos tres horas ahí no dejaban de sentirse frías.
Minutos después tomé mi celular volviendo a sentarme solo cubriendo mis piernas cruzadas, no pasaban de las 10 pm así que, podría llamar a aquella chica.

Timbró una... Dos... Tres veces...

—¿diga?

Por algún motivo escuchar su voz al otro lado de la línea me había hecho estremecer y una imagen vivida de MoonByul despertando a mi madre vino a mi mente al instante. Eso, no hubiese tenido tampoco nada de extraño si tan solo MoonByul no llevase un traje de hospital, específicamente de enfermera y si mi madre no estuviese sosteniendo la mano de alguien en una camilla.

—¿YoonGi?

La misma voz me hizo volver a la realidad, sacudí mi cabeza un par de veces e incluso tuve que aclarar mi voz pues la garganta se me había secado por tan extraña cosa.

—Sí... Ah... Lamento molestarte a esta hora, es solo que...

— ¿te encuentras bien? — el tono de preocupación de su voz no pudo pasar desapercibido — ¿necesitas algo? ¿Ya estás en casa? —

—¿a qué te dedicas?

La pregunta salió con tanta urgencia que no pide procesarla hasta pasados unos minutos.

—Estoy en la universidad de artes... ¿Seguro que estás bien?

No podía culparla por ese tono tan sorprendido y preocupado, incluso yo mismo me había preocupado. Sentía que en ese momento estaba perdiendo la cabeza y sin más, comencé a contarle todo o al menos casi todo, lo que me había pasado durante las noches.
Mis manos temblaban y me di cuenta de aquello hasta que le conté lo sucedido cuando escuché su voz.

—No sé qué decirte, probablente sea solo preocupación por tu mamá ¿no crees?

— Quizá, pero... Siempre me preocupo por ella y nunca antes me había pasado esto.

Una tras otra las lágrimas recorrieron mis mejillas, una tras otra llegaban hasta mi mentón del cual caían libremente hasta mis piernas cubiertas por una manta.