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Una tarde fue la que pasé en el hospital hasta que pude volver a despertar. Mi madre estaba a mi lado e inesperadamente, NamJoon también estaba ahí. Todo a mi alrededor se sentía tan ajeno, tan lejano, que ni siquiera sus voces me resultaron familiares.
Lo único que no podía pasar desapercibido eran sus rostros llenos de preocupación.

Me encontraba en el hospital en el que mamá trabajaba, así que ella llevaba puesta su bata blanca. Por otro lado, Nam se veía de lo más casual.

— ¿Hace cuánto estoy aquí?

Mi voz sonaba ronca y no se me hacia extraño, generalmente eso sucedía; además, la sentía tan seca que incluso había una tos ligera.

— No hace mucho — respondió mi madre con una sonrisa que obligó a salir — El doctor Kim dice que no fue nada grave, pero tienen que hacerte algunos estudios, solo para descartar cualquier cosa —

Debía admitir que escuchar aquello no me hacía ninguna gracia puesto que en mi infancia cada vez que enfermaba, así fuera un simple resfriado, me tenían como un ratón de laboratorio quitando y poniendo aparato y jeringas de mí.

—Se que no te gusta, Yoon...

—Está bien.

La corté aún en un tono bajo pero miraba casi con súplica a mi novio y sin embargo, el solo negó con la cabeza.

—No será tan malo — habló Nam — te acompañaré para que tu mamá se sienta más segura, si ella me lo permite, claro. —

Era yo quien ahora sonreía pues ese tono nervioso era sumamente tierno en él.
Mi madre asintió y eso, también me alivió a mi.

Como era de esperarse, esa noche no salí de aquel hospital, ni mi madre, ni NamJoon. A decir verdad, aquella situación ni siquiera se había vuelto incómoda pues ver a mi madre llevarse tan bien con el chico que amaba era simplemente genial.
Pasaban de las 11 pm cuando mi madre salió de la habitación en donde me encontraba, ella debía seguir trabajando.

—Es muy agradable

—Me alegra que se cayeran tan bien

—Si te soy sincero, creí que me odiaría.

Nam rascaba su nuca con esa mirada nerviosa que tanto le encantaba, pero pronto se acercó para poder tomar mi mano dejando un beso en esta.

—Duerme, no sé qué tan pesado sea mañana para ti.

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