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Park Jimin era un muchacho al cual le gustaban mucho los cumpleaños, sobre todo si no eran los suyos. Esa cálida mañana del primero de septiembre, Jimin se levantó emocionado porque era el cumpleaños de Jungkook.

Había pasado toda la noche despierto intentando conseguir un resultado decente para el regalo de Jungkook, tenía que admitir que aún seguía dándole vueltas al asunto del trato y todo lo que envolvía aquella situación, pero quería dejar de lado todo eso para celebrar el cumpleaños de su amigo.

Porque más allá de lo que pasará con el trato y sus claros sentimientos por Jungkook, el chico se había convertido en su amigo y no dejaría que sus sentimientos arruinarán su día.

Luego que las clases terminarán, Jimin se marchó a casa para prepararse e ir a la casa de Jungkook. Estaba nervioso, sí que lo estaba. Iba a conocer a los padres de Jungkook y no sabía que pensar al respecto y tampoco sabía cómo debería actuar. Jimin se vistió y se colocó una camisa de rayas horizontales blancas y azules que le quedaba por lo menos una talla o dos más grande que la suya, se colocó unos tenis blancos y unos vaqueros rasgados. Jimin peino su cabello azul con sus dedos y deslizó sus dedos por la diminuta mancha de tinte que había dejado caer en su cuello ayer en la noche cuándo retoco el color. Suspiró y se tumbó en su cama a esperar.

Se hicieron las cuatro treinta y Jimin finalmente se fue a su destino, su madre lo dejo y le hizo prometer a la madre de Jungkook que les echará un vistazo de vez en cuando y le recordó a su hijo acerca de la furia del señor, Jimin se avergonzó y la madre de Jungkook no pudo evitar reírse. La mujer le prometió que lo haría, pero la verdad fue, que les dio bastante tiempo solos antes que los otros dos chicos llegarán.

Cuando llegaron Rosé y Chan, ambos estaban realmente emocionados por estar por primera vez en la casa de Jungkook y entonces Jimin pudo decir que la fiesta había comenzado. No fue nada alocado, justo como imaginó. Jugaron juegos de mesa y comieron comida basura y chucherías hasta más no poder. Jugaron algunos vídeos juegos y escucharon a la madre de Jungkook y a su padre contar historias sobre él cuando era pequeño. Fue una tarde realmente agradable.

Jimin había notado la tensión que sentía Jungkook al comienzo, pero el tiempo fue avanzado y pudo notar que la calidez de estar en casa junto a los suyos, lo hacía sentir mucho más tranquilo. Eso y el hecho de que Rosé y Chan no dejaban de repetir una y otra vez que amaban estar en la casa de Jungkook y que era lo máximo ser sus amigos.

—Bien, bien, es mi turno —dijo Chan poniendo su regalo sobre la mesa luego que Jungkook abriera los regalos obsequiados por sus padres— Me costó elegir entre este y otro, pero creo que este será más de tu agrado —lo extendió hasta Jungkook— Ábrelo, ábrelo — Jungkook obedeció abriendo él regaló y se emocionó al ver el Funko que le había regalado.

—¡Es Luffy! —se emocionó, sus ojos brillaron— ¡Lo amo, Chan, ¡gracias!

Chan sonrió de oreja a oreja.

—Vengo yo, vengo yo —Rosé se interpuso— Jungkook es mi mejor amigo y yo soy su mejor amiga —la chica miró a Chan y Jimin como si quisiera dejar en claro este hecho— Tenía que darle un regalo con un valor más sentimental —saco una pequeña cajita— Ten —la extendió y colocándola entre sus manos— Ábrelo, Jung.

Jungkook obedeció abriendo él regalo con cuidado, destapando la envoltura encontrándose con dos pequeños brazaletes dentro de él. Jungkook sonrió al leer lo que decía. "Nakama" también era una referencia a One piece, el anime del cual Chan había escogido el Funko y el anime favorito de Jungkook. El que Rosé le diera una pulsera con aquello grabado significaba muchísimo para él, ya que aquello significaba que Rosé lo quería de verdad como un mejor amigo y que estaría siempre junto él.

First Times ミ⚘ 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛Where stories live. Discover now