Capítulo 17

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Durante mucho rato estuve saltando entre sueños y la realidad. El problema es que no sabía diferenciar en dónde me encontraba.

La primera vez que noté algo descubrí que estaba acostado, dentro de un cuarto de madera. Por mi derecha podía sentir el calor de la luz que entraba por la ventana. Había unos cuantos adornos y muebles llenando la habitación, pero el que más me llamó la atención fue un ropero que estaba frente a la cama. Principalmente porque en ocasiones las puertas se abrían solas y mi cama se propulsaba con mucha fuerza a su interior, encerrándome en la oscuridad. Después de unos segundos reaparecía en el mismo cuarto, para que el proceso se repitiera una y otra vez.

En ocasiones entraba una mujer, con ropa de enfermería. Llevaba una bandeja en su mano y lo dejaba a un lado de la cama. Sin saber bien qué era lo que hacía, sentía que me sujetaba con fuerza del brazo y con una sonrisa malvada empezaba a picarme con una aguja por todo el cuerpo hasta quedarme dormido de nuevo.

También escuchaba un grupo de personas balbucear cosas como "Espero que despierte pronto" o "Ya pasó mucho tiempo". A veces solo veía figuras de gente esperando frente a mi cama. Algunos sueños empezaron a verse tan normal que ya no sabía dónde estaba.

Así fue como descubrí una manera para identificar un sueño y era sencillo. Solo era cuestión de contar tus dedos de una mano con tu pulgar. Usualmente las cosas no tenían sentido dentro de un sueño y podría llegar a tener un dedo extra en la mano. Lo complicado era acordarse o ser capaz de controlar tus propios movimientos dentro del sueño.

Funcionó un par de veces. A partir de ese momento, fue más fácil despertarme y agarrar un poco de consciencia por un tiempo, aunque mi cuerpo aún estaba muy débil como para mantenerme completamente lúcido. En otros momentos, el truco no funcionaba.

Después de haber contado cuatro dedos con mi pulgar, la voz de mi papá me llamó desde la puerta de la habitación. No lo creía del todo, estaba feliz porque él estaba ahí y no me encontraba del todo solo. Quise levantarme de la cama, pero mis piernas no respondieron y caí al suelo. Al mirarlo, tenía una horrible sonrisa de oreja a oreja.

Empecé a llamar su atención, pero solo se quedó ahí de pie, haciéndome sentir totalmente incómodo. Le pedí ayuda, empecé a arrastrarme hacia él, pero nada pasaba. Luego, empezó a gritar diciendo que ambos moriríamos. Me cubrí los oídos y cerré los ojos, pero su voz la escuchaba dentro de mi cabeza, al mismo tiempo que el suelo empezó a dar vueltas. Discretamente conté en mi mano derecha cuatro dedos. Al no entender lo que sucedía, hice lo mismo con la mano izquierda: cinco dedos.

La voz de mi padre se desvaneció en el aire. Volví a aparecer en mi cama pero al querer moverme no pude. Mis brazos cayeron como piedra a los lados de mi cuerpo. Al abrir los ojos, una casa se alzó enfrente de mí. Me encontraba en medio de una calle, pegado a la cama.

Dentro de la casa empezaron a escucharse aullidos y gritos. Detrás de mí apareció un rugido y por encima de mi cabeza cruzó una llamarada de fuego hacia la fachada de la casa. El calor que emanaba era muy intenso, estaba tan cerca de mí que sentía mi cabeza estar derritiéndose. Y por más que golpeara contra la casa, no se detenía. Mi piel estaba ardiendo.

Conforme el fuego avanzaba por la pared de la casa, sentía el calor expandirse por todo mi cuerpo. Ardía como si mi brazo estuviera dentro de un horno. Intentaba sacudirme, pensando que estaba envuelto en llamas, pero no era nada de eso. El fuego estaba en la casa. Mi garganta se estaba secando, mis ojos escocían. Cada que mi piel rosaba contra las sábanas era como si utilizaran una especie de lija para lastimarme. El sudor salía de mi piel solo para ser evaporado al instante. Era peor que la ocasión anterior. Parecía que estaba siendo quemado vivo. Era un horror.

La Espada de Oro (Elegidos #1) (EDITADA)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin