Capítulo 11

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Después del sermón que sucedió el día siguiente a la fiesta, tomé la decisión quedarme en casa hasta que regresara a clases, es decir una semana entera. Mamá y papá se sorprendieron un poco cuando admití esto porque lo dije justo cuando iban a empezar, lo que les arruinó el sermón que ya tenían preparado. De todas formas terminaron muy felices con la decisión.

Aun así, mamá quería hablar sobre lo que hablé con papá. Ella sabía que ese tipo de problemas eran cosas de las que yo debía de encargarme, pero quiso preguntar debido a la cena de acción de gracias. Quería estar segura de que yo me sentía cómodo con Jared y su mamá yendo esa noche, a lo que en realidad no me importaba. Que desconfiara de él no significara que no lo quería.

Además, sí había hablado con Jared por mensaje esa misma mañana después de tardarme una hora en despertar por completo. Sólo que sentía que las cosas estaban igual que siempre. Me dijo que yo fui un completo idiota por haber hecho algo así, a lo que yo le respondí jugando que me había hecho falta como para detenerme. Él si estaba un poco molesto porque no sabía dónde había estado.

En la tarde le dije a Jared que se pasara por mi casa para contarle todo lo que había sucedido y también para disculparme. Me di cuenta de que tal vez yo era el que estaba exagerando. Seguramente él había tomado la noticia del ser encapuchado con tanta calma porque era algo que aún estaba por suceder, o algo que estaba seguro que no iba a suceder. 

—Lo siento. Es sólo que quiero que los dos estemos preparados. No me gustaría que te tomara por sorpresa. —Le dije ese día, después de que llegara a echarse en mi cama. Y él lo entendía pero al mismo tiempo estaba algo molesto por cómo había actuado. Dijo justo lo que yo creía: que estaba exagerando.

—Además, estás haciendo un desastre. —Y eso me tomó por sorpresa.

Según le dijeron, en la fiesta hubo un pequeño fuego en la cocina, por suerte sin ningún herido. Me hubiera gustado decir que no había sido yo pero no lo recordaba. Probablemente sí había sido mi culpa.

—Para alguien que intenta estar preparado, siempre haces cosas estúpidas.

Eso que dijo dolió un poco, pero debía de aceptar que estaba en lo correcto. Pude haber incendiado toda la casa.

—Bueno, eso se acabó. Al menos por ahora. Me quedaré en casa toda esta semana.

Jared empezó a calmarse un poco después de haber confesado aquello. Me sentí un poco culpable ya que creía que él tenía un buen punto. Había estado siendo muy descuidado. Desde siempre. Quizá si hubiera regresado a casa o al menos haber ido con Jared no hubiera pasado nada. ¿Qué digo? Ni siquiera sucedió nada. Como siempre saltaba a conclusiones exageradas y al final no pasaba nada.

A pesar de que ya había hablado con él, el resto del día sentí a Jared algo tenso o incómodo. Bueno realmente no habíamos arreglado nada de la distancia que apareció entre nosotros, es sólo que pensaba que al menos después de haberlo reconocido la situación desaparecería. Quizá solo estaba molesto por lo que hice. O quizá ahora me odiaba. O quizá era yo que sentía la tensión en el ambiente. Fuese cual fuera la resouesta correcta, fue imposible no sentirme incómodo esa tarde.

Pero así como lo había dicho, me quedé en la casa todo ese tiempo. Bueno, bajo la mirada de mis papás, más bien. De vez en cuando, papá me pedía que lo acompañara a hacer vueltas, como recoger plantas de la florería y ponerlas en las casas de muestra de la agencia donde trabajaba.

El punto era que ahora estaba siempre a un lado de ellos, ya sea ayudándolos o hablando con ellos. Mamá quiso que le ayudara a recoger la casa por la reunión del día de acción de gracias. También la acompañé a comprar todo lo que necesitaba y ahí aprovechó que estábamos solos para preguntar por Malus.

La Espada de Oro (Elegidos #1) (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora