Capítulo 12

63 10 24
                                    


—No debía de pasar esto —escuché una voz proveniente de la oscuridad que me rodeaba. Sentía mi cabeza entumecida. De no ser por mis pies en la tierra, podría decir que estaba flotando en medio de la nada. No sabía qué hacer.

Porque, ¿qué es lo que uno hace cuando la persona que amenaza contra su vida y familia es parte de ella misma? ¿Cómo es que alguien debe reaccionar a eso?

No veía con claridad. Por un momento olvidé que estaba solo en ese campo hasta que un apretón en mi brazo me hizo darme cuenta de lo contrario. La silueta de Jared se formó frente a mí y empezó a tirar para llevarme a la fuerza. Casi resbalaba sobre la pendiente de no ser porque planté los talones con fuerza, ahora yo tirando de mi amigo.

Un relámpago por fin iluminó el lugar. Jamás había visto a Jared tan asustado. Pude notar como saltaban las venas de su cuello mientras me gritaba algo que no alcanzaba a entender. Ahora, con las dos manos, volvió a tirar de mi brazo. El trueno que siguió retumbó por todo mi cuerpo causándome escalofríos.

—Tenemos que irnos. —Jared había acercado su cara a la mía al ver que no me movía. Y al ver que seguía quieto volvió a gritarme a la cara.

¿Qué es lo que se suponía que debía hacer? Todo este tiempo estuve alejándome de los Elegidos y ahora mi amigo, que resultó que me había escondido la verdad, quería que fuera con ellos. ¿De verdad esperaba que creyera en él? Eso es lo que me hacía enojar más.

Jared intentaba convencerme de que nos moviéramos, pero me rehusaba. No sabía si lo que estaba pasando era parte de un plan para comprarme. Cuando quiso agarrar mi brazo de nuevo, con un manoteo lo aparté de mí. Se sorprendió e intentó agarrarme de nuevo pero otra vez lo aparté. No lo quería cerca.

—Vete —hablé por fin. Una voz temblorosa y débil que difícilmente se escuchó con el ruido del viento y la tormenta—. Vete —repetí ahora con más fuerza y por fin escuchó. Pude notar que ahora me había entendido cuando se cortó su respiración.

—Sé que es una sorpresa, pero tienes que venir conmigo. —De nuevo volvió a acercarse, esta vez con más cuidado, yo manteniendo los brazos arriba. No iba a dudar en usar mis poderes contra él.

—No deberías usar tus poderes contra mí. Por favor, escucha. —No quería escuchar. No podía dejar de pensar en sus palabras. Intenté hacer una conexión con el agua que estaba en el aire, pero estaba muy impresionado como para poder concentrarme. Sólo podía sentirme herido.

Empecé a sentir la rabia al digerir lo que había sucedido. Había mentido sobre todo lo que le había preguntado. Lo había negado. Y lo había ocultado. Intenté usar esa ira para lograr la conexión, pero mis pensamientos regresaban a lo que Jared había hecho, mi mente volaba haciendo miles de preguntas. Aun así no podía elaborar ninguna en voz alta. Estaba desconcertado.

Lo único que logró hacerme reaccionar fue que Jared estiró su mano de nuevo para agarrarme. Había estado intentando hacer conexión con el agua, pero no lo logré. Forcejeé para librarme, mientras con la otra mano seguía intentando controlar el agua. Como ninguna de las dos funcionó, solo atiné a hacer lo único que podía. Con mi mano suelta le di un manotazo a su cara y mis brazos quedaron libres ya que él cayó de espalda, rodando un poco colina abajo, entre quejidos. Empecé a andar colina arriba rodeando a mi amigo, esperando perderlo y que no me siguiera, pero él llamó mi atención.

—Max, no puedes irte a tu casa ahora. —Me quedé quieto mientras veía su silueta ponerse de pie— ¡Hazme caso!

El hecho de que estuviera exigiendo algo así me hizo enfurecer mucho más. ¿Cómo es que se atrevía a decir algo así? Después de haber estado haciendo quién sabe qué cosas detrás de mí. ¿Habría sido todo un plan? Todo lo que había sucedido desde ese día en septiembre. Y él estaba detrás de todo esto. Él siempre lo supo. Ese idiota.

La Espada de Oro (Elegidos #1) (EDITADA)Where stories live. Discover now