Grisáceo

116 54 13
                                    

Caminando por el bosque me encuentro con una cabaña de madera, la misma cabaña que ha visto cómo mi mundo se derrumba a mi alrededor, la puerta de madera de abre ante mis ojos, el color gris es lo único que puedo percibir, todo está tal como lo dejé la última vez que estuve aquí.

Cierro la puerta a mis espaldas y me dejó caer, aquí es donde por fin me quito mi máscara, donde por fin muestro lo roto que estoy y a pesar de que sonrio mis lágrimas hayan su camino por mejillas.

Dos horas más tarde me levanto y comienzo a recorrer la cabaña, mi tan conocida cabaña, en las ventanas de cristales rotos me percato de todos y cada uno de los recuerdos que me trajeron aquí, recuerdo la manera en la que cada unos de esos momentos me rompió en mil pedazos y a pesar de eso seguí caminando con una sonrisa que no era mía en el rostro.

Camino hasta llegar a una habitación vacía, no hay polvo, ni ventanas, simplemente es una habitación vacía pintada de un color grisáceo, me siento en medio de la habitación tratando de recoger mi dolor y hacerlo menos pesado de lo que ya es, pero me es imposible.

Por más que trate no puedo hacerlo solo, pero ¿Cómo dejar que alguien me ayude si no soy capaz de confiar en alguien? Y es que me han defraudado tantas veces que sé que la única persona que me puede sacar de esta cabaña soy yo mismo, sin embargo, cada vez que salgo tiendo a volver, ya sea por que he dejado una ventana o una puerta abierta y vuelvo para cerrarla y abrir un nueva, me repito que es momento de aceptarlo, de dejarlo atrás, al menos eso es lo que todo mundo me dice pero ¿Cómo dejar ir aquello que te hace daño cuando nunca nadie te ha explicado a hacerlo?.

Me recuesto soltando todo mi pesar y es entonces que una luz blanca llega a iluminar cada rincón de la cabaña, plumones de muchos colores aparecen a mi costado y juntando el valor suficiente me levanto y con ellos pintó una puerta, imagino que al abrirla puedo ver el exterior, con bastantes colores, el campo verde extendiéndose a través del bosque, el sonido de los animales que producen al correr libres por el bosque, imagino cada detalle hasta que termino de dibujar esa puerta, con algo de desconfianza toco la puerta dibujada tan solo para darme cuenta de que se algún modo de volvió real.

Doy un paso atrás, puedo irme y dejar la cabaña atrás para nunca volver, irme y cerrar todas las ventanas y puertas, a pesar de lo dañadas que estén sé que no se romperán esta vez, sé que esta vez es distinto, no importa que tanto miedo tenga me arriesgaré, esta vez no volveré a esta cabaña, ya he encontrado la salida y no pienso volver a donde todo alguna vez fue grisáceo.

Fragmentos de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora