Capítulo O1 💤

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Nueva versión

—¿Me extrañaste? —me pregunta la chica. Con una confianza que me da ganas de girar los ojos.

Pero no lo hago porque no puedo creer que ella esté aquí, o que yo esté aquí, aunque eso es lo que menos importa ahora.

Me quedo estática en mi lugar tratando de asimilar que tengo frente a mí a la chica que estuvo todo el día en mi cabeza, esa chica a la que ahora en adelante le pertenecen mis pensamientos.

¿Cómo es que soy consciente de estar soñando? Ni siquiera lo sé, pero no me puede importar menos ahora.

—Ey, —la chica levanta mi cara y hace que la mire directo a sus ojos, son tan lindos, son cafes, no muy oscuros, pero tampoco muy claros, como un color miel intermedio, -responde, ¿me extrañaste?

—S-sí. —me sincero en un susurro.

Ella sonríe satisfecha por mi respuesta, sin esperar a que procese todo lo que está pasando, me toma de la mano y me jala para llevarme a un lugar, apenas y puedo seguirle, ya que estoy descalza y es raro.

¿Qué hago descalza? Esto se pone cada vez más raro.

Es ahí cuando me doy cuenta que estamos en una colina llena de pasto, de un verde demasiado vivo, como si fuera artificial, pero se siente real entre los dedos de mis pies, hay flores por algunos lados y hay algunos árboles que sirven para dar sombra.

—¡¿Sientes eso?! —me pregunta.

Asiento aunque no me pueda ver, el viento en mi cabello, haciendo que me sienta libre.

De repente se detiene y me doy contra su espalda, eso provoca que se tropiece y caiga colina abajo, y puesto que me tenía tomada de la mano, yo me voy con ella.

En cuánto paramos de rodar, nos echamos a reír como si eso no hubiera podido matarnos.

Nuestras manos siguen entrelazadas, y yo siento que encajan tan bien juntas, se complementan aunque no lo necesitemos.

Nos la pasamos hablando de cualquier cosa, como si nos conociéramos y entendiéramos la vida de la otra, parece cualquier tarde en alguna parte del mundo, pero lo que diferencia esta situación de otra, es que está ella.

Y no puedo evitar el pensamiento de notar que esto se siente tan real.

En algún momento, empezamos a hacernos preguntas, para conocer un poco más de la otra.

—¿Cuál es tu nombre? —Es su primera pregunta.

—Uhm, tengo una idea, —digo emocionada, —hay que mantenerlo en secreto, algún día, cuando nos demos cuenta que es el momento, nos diremos nuestros nombres, ¿Estás de acuerdo? —le pregunto.

—Está bien, —suelta un suspiro de resignación.

Empiezo a sentir como si me trasladará a otro lugar y ella debe sentir lo mismo, ya que me mira con un poco de tristeza y me susurra:

—¿Puedo darte un beso?

Al principio creo que solo lo imaginé, pero me mira en expectativa de una respuesta. Le doy un ligero asentimiento, esperando que lo haya visto.

Se inclina hacia mí y deja un ligero roce en mis labios, apenas y lo siento, pero es más que suficiente. Para mí es suficiente.

💤

—Soñé con ella, —le suelto a Cinthia como si fuera lo más normal, volteó a verla para ver su reacción.

—¡NO TE CREO! —me grita.

Estoy tan enfrascada en mi recuerdo que ni siquiera le reclamó por haber gritado y llamado la atención de las pocas personas qué están en la cafetería.

—Sí, pero esta vez fue diferente, había más confianza, más libertad, más emociones, más sentimientos, más de todo.

—Si, si, pero acá lo importante es su nombre, dímelo —me dice.

Hago una mueca y veo que quiere ahorcarme en este momento. —Le dije que lo mantuviéramos en secreto, hasta que llegara el momento.

—¡Estarás loca! —me grita. —En fin, ¿Cómo era? —se le ve entusiasmada. O eso creo.

—Es más alta que yo, con el cabello corto, ojos color miel, sus ojos son los más lindos que he visto en mi vida. Es tan linda —doy un largo suspiro.

—No me digas que te estás ilusionando más —me regaña.

—A veces la gente se ilusiona de más, soy la gente.

Cinthia se ríe de mí y me da un leve golpe en el brazo.

—Tal vez vuelvas a soñar con ella, así que aprovecha.

Eso espero.

La chica de mis sueñosWhere stories live. Discover now