Capítulo 11 💤

719 118 78
                                    

Nueva versión

Aike

La deje ir, en verdad la deje ir, ¿en qué estaba pensando?

¡Tonta, mil veces tonta!

Esa chica me volvía loca, enserio lo hacía.

Su cabello castaño y ondulado, sus ojos cafes esmeraldas, su piel trigueña y suave, jamás había conocido a una chica tan linda como ella, y no solo externa, sino también interna.

Le propuse matrimonio como una promesa que quería cumplir, pero lamentablemente ella sintió más amor por ese chico.

Y es lo que me duele más, que me dijera que había conocido a una chica, sería doloroso, pero lo entendería, y entiendo que sintiera atracción hacia este chico, pero hace que duela más, porque no dejo de pensar en qué pasaría si yo fuera un chico.

¿Me habría elegido? ¿Habría sido suficiente?

Tantas preguntas pasaban por mi cabeza, y me estaba haciendo daño, lo sabía. Pero no podía evitarlo, porque en serio le quería, no sé ni cómo logré hacerlo, cuando ni siquiera sé si es una persona real.

Tantas noches deseando que no me gustarán las chicas, tantas noches en las que pensé que sería más normal si fuera un chico para que me gustasen las chicas sin problema, pero al final termine aceptando que me sentía cómoda en mi cuerpo y sabiendo que me gustaban las mujeres.

Pero ahora habían elegido a un chico sobre mí, y eso me hace sentir tan miserable, si yo fuera un chico, ¿igual me hubiera dicho que ya no quería nada?

En lo más profundo de mi cabeza, sé que sí, porque no dependía si yo soy una chica o un chico, dependía de que a él si lo puede ver cada vez que quiera.

Pero a mí no.

Tal vez, él puso más empeño. Tal vez, yo debí poner más. Tal vez, debí haber luchado por ella, incluso en nuestros sueños.

Pero esos tal vez, solo eran eso, unos tal vez.

💤

Un mes después.

—Aike, es hora, baja ya. —Grita mi madre desde el piso de abajo.

Nos estamos preparando para la mudanza, papá tiene una buena negociación al otro lado del país, yo no quería ir, pero evidentemente no me van a dejar sola siendo menor de edad.

Así que toca rehacer toda mi vida en cuestión de días. ¡Genial!

—Ya voy, —grito de regreso exasperada.

Nueva escuela, nuevos compañeros, nuevos maestros, y más cosas nuevas.

Bajo con maletas en mano, cuando llego a la planta principal encuentro a mi madre junto a una castaña que se ve que está aguantando las ganas de llorar.

Cuando la castaña me ve, corre a abrazarme, por instinto suelto las maletas para poder corresponderle el abrazo.

—No quiero que te vayas, Aike. —Susurra en mi oído.

No me gusta verla llorar, porque yo también lloro, por lo que secó las lágrimas que al final salieron en un pobre intento para que deje de llorar.

—No quiero irme, créeme, —le digo—. Pero no queda de otra, Sofía.

Ella negada se echa a llorar de nuevo. La abrazo para tener el mayor tiempo posible junto a ella antes de irme. Sofía ha sido mi mejor amiga desde que tengo memoria, nos criamos como hermanas, por lo que esta separación nos es difícil.

La chica de mis sueñosWhere stories live. Discover now