Recuerdo número 3.

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El día estaba muy pacífico para ser tiempos de guerra, el pequeño niño de ushanka y su "niñera" ya hacían en una pequeña habitación que era más bien como una librería. Se supone que Rusia tenía que leer por cierto tiempo determinado para mejorar su comprensión lectora, pero está vez no era una de las encargadas de sus padres quién lo vigilaba, era México y este le había dado la libertad de hacer lo que quisiera. El latino tricolor estaba sentado leyendo uno de los libros que hacían ahí en la estantería, logrando tratar de seguir estudiando el idioma Ruso mientras que en su mano derecha sostenía una taza de café.

Cómo dije antes, el ambiente era muy tranquilo, Rusia solo estaba rodando en el piso algo aburrido sin encontrar con que matar el tiempo. De repente, su vista se fijó en un vinilo que estaba por encima de una de las estanterías, eso le llamo la atención a aquella unión socialista.

-Мистер Мексика. -Le llamó el niño.
(Señor México)

El mencionado alzo su vista hacia el niño. -¿Pasa algo chamaco?

-Что это? -Preguntó mientras señalaba el disco.
(¿Qué es eso?)

El más alto se levantó de su asiento mientras tomaba aquel disco y lo examinaba a cada detalle.

-Oh, ¿Esto? Es un disco de música -Le sonrió, el niño aún no podía entender del todo bien lo que dijo, solo pudo entender "disco", México notó esto, así que se le ocurrió una idea -Mira, esto se pone aquí.

El sello de águila se acercó a un tocadiscos dónde pudo colocar aquel vinil sin problema alguno. La música era algo lenta y tranquila, se notaba el ambiente de armonía.
Mientras el niño observaba como funcionaba aquella función recordó algunas veces en las que sus hermanas ponían temas parecidos y se ponían a bailar, cosa que le emocionaba a este pero casi nunca lo hacía porque le causaba pena, pensaba que tenía dos pies chuecos y eso le desanimaba.

Pero con la ayuda de México eso ya no sería así, ¿Verdad?

-Мистер Мексика, не могли бы вы научить меня танцевать? -Preguntó con pura bondad y emoción.
(Señor México, ¿Me enseñaría a bailar?)

-Disculpa, ¿cómo? -Se quedó congelado con una sonrisa a medias, no había entendido bien a lo que dijo.

El niño supo que no le entendió, así que fue a una de las estanterías a buscar un libro con una portada en específico, fue así que la encontró, eran una pareja bailando, tomados de la mano, los dos se veían felices y muy elegantes. El bicolor se lo mostró, específicamente señalando el dibujo.

-¿Bailar...? ¿Quieres que te enseñé a bailar? -Preguntó nervioso, el menor asintió repetidas veces -Bueno... -rió leve -Pero que sepas que no soy un buen bailarín, lo que sé lo aprendí de mi padre.

Dicho esto, el chico de ushanka se acercó al latino, el de sello de águila tomó sus manos mientras lo alzaba un poco para que el menor pisará sus zapatos, realmente no le importaba mucho la idea de ensuciarlos. Así, este empezó a moverse de un lado a otro. Rusia solo mantenía su mirada puesta en sus pies y en algunas ocasiones miraba a México, el niño no podía estar más que feliz. Mientras esto pasaba el menor iba poco a poco queriendo moverse solo, cosa que el latino pudo notar.

-¡Lo estás haciendo bien! -Comentó entusiasmado.

La unión socialista solo le dedicó una sonrisa, sabía que cuando México le sonreía significaba que lo estaba haciendo bien. La compañía que este le hacia lo ponía de muy buen humor, es como si fuera una clase de mejor amigo, no lo hacía sentir solo, le gustaba estar con él. Lo admiraba de todas las maneras posibles.

«Esto no es Amor.»Where stories live. Discover now