Capítulo 44; Golpe de realidad.

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Rusia se quedó callado ante lo que había dicho su amigo, ¿Qué tenía que ver con la duda que este tenía? ¿Acaso quería hacerlo enojar? Sostenía aquel papel en manos cada vez más fuerte.

—Я не понимаю, что вы имеете в виду —Comentó con una mueca en cara.
(No entiendo a qué te refieres).

Alemania suspiró; —Als ich begann, den Brief erneut zu lesen, wurde mir klar, dass du mir und Oriente nie gesagt hast, wer es war. Als der Krieg zu Ende war und ich in den Händen der USA, Frankreichs und Englands war, erfuhr ich, wer Mexiko war und wer sich abwechselnd um dich und deine Kinder kümmerte —Empezo a caminar dentro de su casa, el ruso le seguía por detrás —Jeden Abend, wenn ich in den Osten ging, um zu reden, sagte er mir, dass... Ihr Vater war froh, dass Mexiko endlich nicht mehr in Ihrer Obhut war. Wir haben natürlich nicht verstanden, warum, wir waren ja noch Kinder, Aber jetzt, wo die Zukunft klar ist, verstehe ich die Beweggründe Ihres Vaters. Und ich verstehe, dass Sie sich vielleicht an ihn binden werden.
(Cuando empecé a releer la carta caí en cuenta de que nunca nos dijiste a mi y a oriente quien era. Cuando la guerra terminó y quedé en manos de USA, Francia e Inglaterra fue cuando descubrí que era México que rolaba turnos para poder cuidar de ti y tus hermanos. Cada noche que iba a con oriente a platicar, él me contaba que.. Tu padre estaba feliz de que al fin México ya no estuviera a tu cuidado. Claramente nosotros no entendíamos el porqué, éramos niños después de todo, pero ahora que el futuro es claro, entiendo el motivo de tu padre. Y entiendo que, tal vez, llegaras a encariñarte con él.)

Al eslavo se le salió la pequeña risita nerviosa, todo parecía ser sacado de la manga de Alemania, se estaba volviendo loco.

—Это звучит глупо, во-первых, потому что то немногое, что я помню о Мексике во время войны, это то, что он и мой отец очень хорошо ладили. Я имею в виду, не то чтобы хорошие приятельские отношения, но отец терпел его —Empezó a hiperventilarse.
(Suena estúpido, en primera, porque las pocas cosas que recuerdo de México en la guerra es que él y mi padre se llevaban súper bien. Quiero decir, no como una buena relación de compañeros, pero papá lo toleraba.)

—Sind Sie sicher, dass Russland? —Lo miró algo agobiado —Ich meine, nach dem, was der Osten mir erzählt hat? Das macht mich ein wenig skeptisch.
(¿Está seguro de lo que dices, Rusia? Es decir, por lo que me decía Oriente... Me hace ser un poco escéptico.)

De repente desbloqueó un recuerdo. El recuerdo del baile dónde el pequeño Rusia, en ese tiempo unión socialista, estaba con su tutor que le enseñaba a bailar y como después, su padre entraba, reprendía al latino e hizo llorar al menor.

Primer golpe.

—Я понимаю, что моему отцу было тяжело какое-то время, но Мексика всегда была рядом со мной, заботилась обо мне —Se justifico mientras se ponía más ansioso.
(Entiendo que mi padre fuera duro por unos momentos, pero México siempre estuvo a mi lado cuidándome).

Alemania alzó una ceja.

—Ich kenne die Antwort nicht, und Sie?
(Yo no sé esa respuesta, ¿Tú sí?)

Un segundo recuerdo golpeó con brusquedad. Como el de sello de águila le ayudaba con sus deberes, pero como se retiraba porque tenía que atender asuntos con el chico de 50 estrellas, asuntos que, no eran más que un pequeño encuentro que casi termina sexual, si es que el niño no se hubiera dado cuenta.

Segundo golpe.

Algo en el pecho del ruso se achicó, sus ojos empezaban a brillar, tratando de retener las lágrimas.

«Esto no es Amor.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora