Capítulo 39; La fiesta [Parte 2.]

811 112 142
                                    

La sala ya estaba llena, todos los países ya estaban acomodados, solo faltaban el Alemán, el Ruso y el Mexicano, por lo que decidieron ir a sus respectivos lugares. Ambos europeos empezaron a saludar a los que se encontraban a su alrededor, México sin saber que hacer también empezó a hacerlo, saludar a algunos países aunque se ganara la mirada de desaprobación o asco de algunos.
Tomaron asiento seguido de eso, México estaba nervioso, solo quería que lo de hoy salirse bien, que todo estuviera bien de hoy en adelante.

Mientras las voces de los demás presentes cesaban, aparecía la ONU, siendo recibida con aplausos y algunos abucheos de otros.

—Bienvenidos sean una vez más a una celebración dónde todos podrán enseñar a todos los nuevos proyectos que tienen en mente, sus nuevas incorporaciones, nuevos tratados y, por supuesto, nuevas alianzas.

De nuevo todos aplaudían, sería un día largo, pero no quedaba más que esperar.

«...»

Al cabo de unas horas, la mayoría de países había presentado todos sus logros y demás, el latino tricolor aún así se sentía nervioso, pronto le tocaría a él y Rusia hablar, solo deseaba que todo saliera bien para ambos.

—Мексика, ¿Te sientes bien? —Le hablo el ruso llamando completamente su atención.

—¿Huh? A-ah, sí, solo son mis nervios —rió entre dientes mientras se acomodaba la corbata.

—¿Nervios? Tranquilo, nada puede arruinar este día.

Rusia parecía muy seguro de lo que decía, México solo le dedicó una sonrisa en respuesta, aunque segundos después hizo una muñeca de preocupación, parecía muy confiado en lo que decía.

—Y bueno, antes de finalizar vamos con dos países que tienen un comunicado que contarnos —Hablo ONU por el micrófono, era la señal.

El ruso y el mexicano se pusieron de pie, las miradas estaban entre ellos, los latinos, del otro lado, recibían a México con una sonrisa ligera, una expresión suave. Era una mirada de aprobación pero con cierta pizca de preocupación, pasaba lo mismo con España, quién veía a México con felicidad pero temiendo de lo que pudiera pasar. Los pocos hermanos del eslavo (o al menos los que Rusia seguía considerando "hermanos" que estos eran Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán) miraban al mayor, los dos últimos con una sonrisa y la ucraniana un tanto indiferente, pero eso no significaba que no le importará lo que su hermano hacía, le ponía contenta aunque no lo admitiera. Alemania veía a ambos, latino y euroasiatico con una sonrisa igual de relajada, le parecía extraño, nunca en su vida creyó que gracias a la compañía del mexicano el ruso cambiará tanto en el buen sentido, le ponía contento que al fin se abriera más hacia una persona. Y por último, Canadá y Estados Unidos. Canadá se le notaba nervioso y preocupado, incluso más que México, mientras que Estados Unidos mantenía su mirada firme y sería, cruzado de brazos, como si esperara la bomba que iba a ser lanzada.

—Дамы и господа, я здесь с Мексиканскими Соединенными Штатами, потому что, наконец, спустя некоторое время мы можем поделиться этим с вами —Tomó la palabra el ruso, llamando completamente la atención de todos.
(Damas y Caballeros, me encuentro aquí con Los Estados Unidos Mexicanos, porque por fin después de un tiempo podemos compartirles esto.)

Esto... —México se aclaró la garganta mientras respiraba hondo para calmarse y seguir hablando —La Federación Rusa y yo hemos decidido convertirnos en aliados. Desde ahora en adelante todas nuestras operaciones y proyectos se harán juntos, así como el apoyo mutuo económico, médico, científico, político o social. Le juro lealtad y siempre mi mano como parte de nuestra unión.

«Esto no es Amor.»Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora