Epílogo

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🦇 Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio de música instrumental/ambiental por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den Play al video.

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Catrina abrió los ojos, le pegaba la luz del sol. El clima era un poco más frío del que estaba acostumbrada, pero el sentir los rayos del sol en la piel la llevaba a la temperatura indicada.

El cielo era de un azul claro brillante y las nubes eran esponjosas. Todo se veía normal.
No había sobre estimulación de sentidos y eso le provocaba cierta paz.
El viento soplaba y el pasto crecido le acariciaba la piel con suavidad. Un aroma fresco a tierra tenue la rodeaba. La falda de su vestido largo blanco ondulaba en el aire, justo como su cabello despeinado.
No sabía dónde estaba ni cómo había llegado ahí, pero cerró los ojos por un minuto, disfrutando de la brisa, hasta que algo le bloqueó el sol.

—¿Catrina?

Al abrir los ojos, él estaba ahí.

Ella se llevó las manos a la boca al tiempo que vio su sonrisa ampliarse. Era Jack, aunque su piel tenía algo de color ahora y no el pálido casi azul de antes, se veía ¿vivo?

Él le extendió su mano, ella se levantó con un brinco y él la cargó por unos segundos en un abrazo.
Sentir su piel cálida, tocar su rostro y ver sus ojos azules... parecía un sueño, uno extremadamente real.

—¿Qué es esto? ¿Dónde estamos?

—Creo que en mi mente —le dijo al tiempo que le contemplaba el rostro y tocaba el cabello con detenimiento.

—¿Por qué sería tu mente y no la mía? —lo provocó ella con una sonrisa al tiempo que le sostenía la mano.

—Porque esto es Inglaterra —le dijo con una sonrisa. Tenía los ojos cristalinos como conteniendo las lágrimas. Ella le sonrió de vuelta.

Catrina ya lo sabía, cada que bebió de Jack vio más y más detalles de ese lugar. Había un río, un puente, las zarzamoras crecían al borde del agua y en los caminos. Se veía la entrada al bosque desde donde estaban y pequeñas florecitas moradas cubrían todo su suelo. Era una sensación extraña y a la vez familiar estar ahí.

Hubo un ladrido que la distrajo, Catrina vio entonces a lo lejos, era el mismo perrito del parque que le había dado un besito en la pierna. Venía hacia ellos animado, moviendo la cola, saltando entre el pasto crecido.

—Recuerdo que antes de morir, quise ir a otro sitio, a un punto donde pudiera estar contigo— dijo ella.

—Yo deseé lo mismo —le dijo él tomando su mano y besando sus labios.

—Yo deseé lo mismo —le dijo él tomando su mano y besando sus labios

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