🌸Capítulo 20🌸

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Era otra mañana para cierta niña de cabello azabache, se encontraba jugando con sus peluches, pues ya había desayunado. Ahora jugaba con su fiel conejito, el señor Copito.

Ahora mismo suspiraba con un pronunciado pucherito, porque el señor Copito no quería presentarse con el nuevo peluchito que su padre le había regalado. Este era un tigresito bien bonito de rayas negras con naranjas, pero al parecer el Señor Copito no quería darle la bienvenida.

-¡Señor Copito! Usted no puede ser un grosero, ya está grandecito -reprendía la pequeña al conejito que estaba volteado viendo a la pared.

Y es que en la mente de la pequeña, Su Copito había crecido, no tanto pero ya era mayor y por eso ahora lo llamaba Señor Copito. Cosa que al parecer, al conejito no le gustaba, según ella y su gran imaginación.

-Lo siento tigresito, el Señor Copito no es así, no sé porque no te quiere hablar-negaba la pequeña soltando un suspirito notablemente confundida.

Al parecer al Conejito Copito, no le gustaba ser llamado Señor y cuando vino ese nuevo tigre impostor y todo encantador y tierno, el conejito se había puesto celoso y enojado. Todo un conejito enfuruñado.

Esa era la teoría de la pequeña niña y que su gran cabecita imaginativa había recreado.

-Señor Copito...no puedes ser así con tigresito, mira -indicó- ya se puso triste -La pequeña lo miro triste y con su infaltable pucherito y puso de igual forma al tigresito, tratando de que se viera con una expresión triste.

Cosa que logró apenas, pues el tigresito era muy risueño.

Para nuestra niña imaginativa, el señor Copito había volteado solo un poquitito para verlos, al parecer ya no estaba tan celosito y enojadito con las caritas que había puesto.

-Señor Copito, se que te cayó bien tigresito...ya no estés así ¿Shi? ¿Por fis?-la pequeña endulzó sus palabras para que persuadir al conejito.

Al parecer para estaba funcionando o eso imaginaba. Después de todo, solo era una criatura inocente jugando.

-Si se da la vuelta y saluda a tigresito ya no le digo Señor Copito ¿Bien? -Si muchos vieran como la pequeña trataba de convencer a su peluche de conejito, la restarían de loca, más de lo que lo hacían.

Pero ella solo era una niña...un ser puro y de inocente corazón que jugaba con sus peluchitos. No había nada de malo en eso, solo era una pequeña con una gran imaginación e ingenuidad genuina, aunque muchos tratarán de que ella demostrará lo contrario. Pero ¿No solo era una niña? ¿Que tenía de malo ser infantil a los 9 años? ¿No era lo normal?

Al parecer las generaciones cada vez querían crecer y madurar más temprano, que veían como un bicho raro a las personas que vivían sonriéndole a la vida y siendo ellas mismas. Porque todos tenemos un niño en nuestro interior, tenemos ese niño o niña que solo quiere jugar, que quiere divertirse y ser simplemente único.

Pero la monotonía de las personas, las reglas, leyes y el proceso de madurez hacía que todos dejarán "los juegos para niños" pero ¿Qué tenía de malo ser un poco infantil? ¿A quién dañaba el solo hecho de querer jugar como un niño más, como una niña más?

Absolutamente no había nada de malo, solo bastaba el deseo de jugar, el deseo de divertirse y regresar a aquella época dónde veíamos que todo era un juego, que en la vida solo se necesitaba ser feliz.

Y es que muchos no lo sabrán y no todos comprenderán, pero los niños tienen el secreto de la vida, el secreto para ser feliz con tan poco. Porque cuando uno es niño, uno ve la vida de forma diferente, no hay problemas grandes, solo hay ideas grandes y fantásticas.

Transformados Por La Inocencia | BTS&T/NWhere stories live. Discover now