🎬Scene 28

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Ha pasado casi una semana desde que vio a Taehyung. Ambos habían estado ocupados: él con la universidad y su mayor con los últimos detalles de su nuevo libro.

Se sentía un poco raro estar tanto tiempo sin verlo. Ahora que habían terminado de filmar, no tenían ninguna excusa para verse entre semana. Jungkook solo esperaba que una vez terminara su año escolar, pudiera pasar más tiempo con su mayor.

Su mente divagaba en esos pensamientos mientras terminaba de recoger sus pertenencias. La práctica de ese día había terminado y era hora de regresar a casa. El pelinegro estaba destrozado. Entre los estudios y todas las prácticas, sentía que estaba en su límite. Realmente agradecía el ya no tener que actuar, al menos por ahora.

Eran mediados de mayo y el verano estaba a la vuelta de la esquina, por lo que el calor comenzaba a aumentar gradualmente. Quizás por eso, el viaje en el metro fue un poco más incómodo de lo normal, sin embargo, no era nada que un poco de música no pudiera arreglar. A veces se preguntaba qué sería de él sin la música.

Definitivamente se metió en su mundo porque antes de darse cuenta, ya estaba enfrente de su edificio. Sentía como el sol le quemaba la piel y como el sudor le bajaba por la espalda. Soltó un suspiro y comenzó a subir las escaleras.

En pocos minutos, ya estaba frente a su departamento, pero cuando se dispuso a entrar, notó que la puerta estaba abierta y la cerradura rota.

Tragó grueso y sintió sus manos temblar. Pensó en llamar a la policía, pero antes de poder concretar alguna acción, la puerta fue abierta de golpe y una cara conocida se mostró al otro lado. Un escalofrío recorrió su cuerpo.

El hombre corpulento lo obligó a entrar y luego se colocó de espaldas a la puerta, bloqueando la salida y su única vía de escape. Entonces, dirigió la mirada al frente y se encontró con aquel hombre de porte intimidante y trajes sofisticados sentado en su sofá.

— Buenas tardes, Jungkook. Espero que no te moleste la intromisión. Te estabas demorando mucho, así que decidimos pasar y esperar a que regresaras.

— K-Kim Namjoon.

Una sonrisa ladina se instaló en la cara del traficante, provocando un sentimiento de absoluto terror en el más joven.

— Espero que tengas mi dinero listo. Hoy es la fecha límite y sabes lo que sucederá si no cumples.

Jungkook abrió sus ojos con sorpresa. Dirigió su mirada al calendario y observó que, efectivamente, ese día era su fecha límite para pagar. ¿Cómo pudo haberlo pasado por alto? No sabía si echarle la culpa al trabajo, a los estudios o a Taehyung. Pero lo que sí sabía, era que estaba bastante jodido. Obviamente, como no recordó el día, no tenía el dinero a mano. Solo esperaba poder convencer a Namjoon de darle unos días más.

— Entonces, ¿dónde está mi dinero? —preguntó Namjoon al ver como el menor se había quedado callado—.

— Lo tengo, p-pero no aquí. Se me olvidó que hoy era la fecha límite, por eso no lo tengo a mano. S-Si me das hasta mañana puedo traértelo entero.

Namjoon suspiró y cerró los ojos un momento. El silencio se sentía ensordecedor. Poco tiempo después, levantó la cabeza y observó al pelinegro con severidad.

— Me cansé. Parece que me puse muy flojo contigo y ahora has agarrado confianza. Glenn, —el rubio cenizo se dirigió al hombre parado en la puerta— acompaña a Jeon Jungkook al auto. Al parecer tenemos un nuevo trabajador bajo nuestro cuidado —y terminó esa frase con una sonrisa ladina—.

El cuerpo del más joven se tensó con pánico al observar cómo aquel hombre se acercaba a él. Sabía lo que esas palabras significaban, Kim Namjoon se lo advirtió varias veces. Pareció salir de su estupefacción cuando el castaño agarró su antebrazo. Enseguida comenzó a forcejear, no se iba a dejar tan fácil.

¡No finjas conmigo! [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora