¡No finjas conmigo! [Taekook]

🎬Scene 4

Jungkook daba vueltas nerviosamente en la sala de su departamento. El día anterior había aceptado la propuesta de Min Yoongi de trabajar como actor porno en su nueva serie. Este le había dicho que un auto lo pasaría a buscar a las 4 de la tarde para llevarlo al estudio de grabación.

Yoongi quería que conociera a los demás actores, el lugar donde estaría trabajando y, por sobre todo, a la persona con la cual haría todas las escenas eróticas: el co-protagonista.

Y por eso Jungkook estaba comiéndose las uñas mientras hacía un surco en su sala, estaba nervioso como el demonio. Seguía sin estar muy seguro de su decisión, pero su situación no le permitía elegir en estos momentos.

El claxon de un auto se escuchó, haciendo que el joven se sobresaltara. Sin pensarlo 2 veces, agarró su mochila y salió de su vivienda. Bajó 3 pisos y luego de abrir la deteriorada puerta de metal, se encontró con un precioso Mercedes-Benz de color negro.

Un señor de unos 50 años, quizás un poco más, bajó del asiento del conductor y se dirigió a él.

— ¿Es usted el joven Jeon Jungkook?

— S-Si, soy yo —contestó nervioso el menor—.

— Por favor, venga conmigo. El señor Min lo está esperando en el set.

— Si, claro.

Jungkook se subió al auto bajo la atenta mirada de Jin, a quien no había visto.

El viaje era bastante extenso, por lo que el azabache se tomó el tiempo de observar las calles de la ciudad, algo que realmente nunca tuvo la oportunidad de hacer.

Enormes rascacielos; montones de cafeterías y restaurantes; negocios de ropa, flores, pintura, muebles; firmas de abogados; hospitales y hasta una que otra escuela.

A ese lugar lo llamaban: la ciudad que nunca duerme, y de cierta forma Jungkook entendía por qué.

También dicen que si eres capaz de triunfar en New York, triunfarás en cualquier parte del mundo.

El menor se sentía bastante deprimido luego de recordarse a sí mismo que él era una de esas personas que no vivirían el anhelado sueño americano. Realmente no quería comenzar a hundirse en sus pensamientos de auto compasión, así que trató de entablar una conversación.

— Disculpe, ¿a dónde nos dirigimos exactamente? —y Jungkook quiso golpearse por no haber preguntado eso antes—.

— A Silvercup Studios, en Long Island City.

— ¿En serio? Ese es el estudio más importante de New York. Min Yoongi es realmente toda una celebridad —contestó sorprendido el menor—.

— En efecto. Pero, por favor, no lo malinterprete como muchos lo hacen. A mi señor le costó trabajo llegar a donde está. No todo le fue tan fácil como dicen por ahí.

— Wow, en serio quiero escuchar esa historia —habló emocionado Jungkook—.

— Será un relato para otro día. Hemos llegado.

Kook dirigió su mirada al exterior del auto, encontrándose con la fachada de Silvercup Studios. ¿¡Realmente estuvo casi todo el viaje sumido en sus pensamientos!?

¿¡Y se puede saber por qué este lugar es tan malditamente grande!?

Ok, Jungkook en serio necesitaba calmarse o no llegaría hasta Min Yoongi estando cuerdo.

El peli negro siguió a su chófer al interior del edificio luego de que éste aparcara el auto. Estaba impresionado, no solo por el tamaño del lugar, sino también por la decoración.