BlackPink y Tú

Lo olvidaste...

La suave voz de Rosie en mi oído y el roce de sus labios contra mi piel, hizo que rápidamente despertara.
Una sonrisa adornó mi rostro al recordar que pasaría mi cumpleaños con mi novia. 

—¿Estás despierta? 

—Buenos días, Rosie~ —Le sonreí con emoción. —Y si, lo estoy 

—Que bueno —Sonrió. —Quería darte un beso antes de irme

Mi sonrisa rápidamente desapareció.
Pero traté de no pensarlo mucho.
De seguro saldría a comprar cosas para celebrar.

—Oh, ¿a donde vas?

—Debo ir a practicar —Sonrió. —El comeback se acerca y las chicas y yo tenemos mucho trabajo, ya sabes lo pesado que se vuelve todo —Se inclinó para besarme pero chocó con mi mejilla. —Oh... ¿Sucede algo? —Se sentó al borde, tomando sus zapatos. —¿Estás molesta? 

—Solo pensé que pasaríamos el día juntas —Vi como frunció el ceño. —¿No recuerdas que día es hoy?

—¿Debería? —Reí con sarcasmo, pero luego me di cuenta que de verdad estaba confundida.

—No, no te preocupes; estoy segura de que no hay lugar más importante que la sala de prácticas el día de hoy 

Ella simplemente terminó de organizarse, pensando que solo estaba siendo exagerada. —Volveré tan rápido como pueda, ten un buen día 

Solo me recosté en la cama, escuchando como salía de casa. 
Justo cuando el auto se alejó de casa, mi teléfono comenzó a sonar.
Jennie me estaba haciendo una videollamada.

—¡Feliz cumpleaños, preciosa! —A pesar de que Rosie me hizo sentir mal, Jennie siempre ha tenido algo especial que alegra mis días.

—¿Esa es T/n? —Jisoo y Lisa se acercaron con una sonrisa.

No puedo negar que las chicas me hicieron feliz en ese instante.
Mis 3 mejores amigas, las que si recordaron mi cumpleaños, cosa que mi novia no pudo hacer. 

—Gracias, chicas

—¿Rosie no está contigo? 

Negué al instante. —La verán en un par de minutos, estoy segura

—¿Qué? —Jisoo miró a las demás confundida. 

—Claro que no —Lisa negó. —Ella dijo que pediría el día libre, el plan era verte más tarde y celebrar en casa contigo

—Bueno... —Sentí como las lágrimas se apoderaron de mis ojos. —D-debo irme, pasen un buen día

—T/n, espera-- 

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Rosé entraba por la puerta de la sala de prácticas con una gran sonrisa, iba tarareando las lineas de su nueva canción.
Estaba lista para el día de hoy, con la frente en alto; no esperaba en lo absoluto que las chicas comenzaran a gritarle.

—Wow —Se quitó los audífonos. —¿Qué pasa, chicas? ¿Sucede algo? 

—La pregunta es qué te sucede a ti —Jennie se cruzó de brazos. —¡Eres una tonta, Park!

—¿De qué habl--

—¿Cómo puedes olvidar el cumpleaños de tu propia novia, Roseanne? —Jisoo la regañó y la mencionada solo frunció el ceño.

—¡Hoy es su cumpleaños! Acabamos de hablar con ella y está devastada

En ese instante todo cobró sentido. 
Por eso querías que se quedara en casa.
Pero ahora este día no sería tan especial, ya lo presentía...

—Ay, no...

—¡Ve a casa, tonta! 

Rosé tomó sus cosas tan rápido como pudo y salió al auto.
Se apresuró para llegar a casa, pero antes se detuvo a comprar algunas cosas.

No tenía ni idea de qué sucedería al llegar.
Tal vez la puerta de la habitación estaría bajo llave, tal vez la casa estaría vacía, tal vez te habrías ido con gente que si recuerda tu cumpleaños. 

Sin embargo, al llegar a casa me encontró en el sofá.
La tele estaba prendida, un aburrido programa en ella. 
Me giré al escuchar la puerta y chocamos miradas, mis mejillas llenas de lágrimas y mis ojos la miraban con tristeza.
Pude ver su rostro, se sentía terrible.

—Bebé, lo siento tanto... —Se acercó susurrando, yo solo sollocé mirando mi regazo. —Me siento mal por haberlo olvidado —Tomó mi mano y yo no me separé, no tenía fuerzas. —Sabes lo importante que eres para mi, lamento tanto haberte lastimado... —Tomó una bolsa, de la cual sacó mi cupcake favorito. —Te lo compensaré, comenzando por este pequeño pastelito —Le puso una pequeña vela.

Dudó en encenderla pero al chocar miradas, pudo notar que ya no estaba tan triste.
Mis ojos brillaban, y no por las lágrimas. 

—Pide un deseo —Sonrió al terminar de cantar, viendo como soplaba la vela. —Bien, ahora dime qué deseaste

—Nada

—¿Qué? —Preguntó confundida. —Es tu cumpleaños, debes pedir un deseo especia--

—Ya estás aquí, Rosie —Me recosté en su hombro. —Es todo lo que podrías desear 

Se sintió culpable de nuevo. Quería decir que se encargaría de pasar el resto del día compensando eso.
Saldrían a comer, muchas caricias, mimos y besos.

Pero ni siquiera tuvo chance de hablar.
Mis manos se acercaron a su rostro, dándole un beso. 

Ella no se quejó.
De hecho, se dejó llevar y sentí como mi cuerpo chocó con el suyo al caer en el sofá.
Nuestros pechos rozaban, cada latido chocando con el contrario. 

—Sé que no lo olvidaste a propósito, estás ocupada y lo entiendo

—Aun así está mal —Suspiró. —Te amo mucho y no quiero ser la razón de tu llanto, mucho menos en un día tan especial

—Eres tan tierna, Park —Le di un corto beso. —Aun es temprano, así que podemos celebrar

—Eso me encantaría, haremos lo que quieras —Sonrió emocionada. —Dime a donde quieres ir, qué quieres comprar

—Empecemos con esto... —Me incliné para darle otro beso, pero en su lugar ensucié su nariz con la crema del cupcake.

Ella me miró indignada, besó mi mejilla y me ensució también.
Ahora ambas reíamos.

—Feliz cumpleaños, bebé —Sonrió y limpié su rostro. 

—Gracias, Rosie 

—Ahora si, veo que quieres crema así que te voy a dar tu otro regalo de cumpleaños 

Asentí con una sonrisa, viendo como me recostaba en el sofá. —¿R-rosé?

—Solo disfruta