¿Cómo pudiste...? (1/3)

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Caminaba fuera de mi última clase del día la cual era, por suerte, también la última clase del último día del semestre.
Me encontraba en la luna imaginando cómo sería poder finalmente relajarme y poder irme de vacaciones de verano durante unos largos dos meses.

Caminé hacia mi auto y me subí en el, saliendo del estacionamiento.
Pasaba por el vecindario de Lisa así que pensé que una pequeña y dulce sorpresa no lastimaría a nadie ya que, de igual forma, ella planeaba visitarme en unas horas.

Me detuve en una de sus tiendas favoritas para llevarle un poco de comida.
Cuando finalmente me estacioné frente a su casa, tomé todas las cosas del auto y también la llave extra que ella me regaló cuando comenzamos a salir. 

Abrí la puerta y entré, dejando toda la comida y snacks en una de las mesas de la cocina.

¡Lili~! —Hablé un poco fuerte.

La casa estaba en completo silencio lo cual es bastante raro ya que Lisa siempre está con la música a todo volumen mientras baila o ensaya sus canciones.
Caminé hacia la habitación y pude ver que la puerta estaba cerrada.
Suavemente la abrí para no asustarla, tal vez estaba dormida.

Oye, Lili-- —Entré por completo a la habitación y mis ojos contemplaron la escena que jamás imaginé.

Lisa encima de una chica.

Se estaban besando, prácticamente comiendo, mientras que Lisa y aquella chica se frotaban entre ellas.
Jadeé sorprendida.

Las chicas se dieron cuenta de mi presencia y rápidamente saltaron de la cama, comenzando a ponerse su ropa.
Yo estaba ahí, de pie, luchando contra las lágrimas que deseaban salir de mis ojos.

No me había dado cuenta que tenía mis puños cerrados con fuerza, hasta que sentí como mis uñas comenzaban a lastimar la palma de mi mano.
Me quedé de pie ahí esperando a cualquier excusa que se les ocurriera.

Bebé, no es lo que parece —Lisa siendo valiente como siempre. 

S-si, claro que no —Habló con nervios la maldita puta que había a su lado.

En ese momento, sentí que mi rostro comenzaba a arder.
Estaba tan enojada que podía apostar a que había vapor saliendo de mis orejas. 

No dije nada, simplemente salí enojada y cerré la puerta con fuerza.
Rápidamente caminé hacia mis cosas y tomé todo.

Amor, por favor —Escuché la voz de Lisa, quien corría hacia mi. 

Tenía puesto su top deportivo y tenía unos shorts, su cabello era un completo desastre y tenía marcas moradas recién hechas en su cuello y pecho.

No quería ni mirarla.

¿Alguna vez han tenido tanta rabia que, en lugar de enojarse, comienzan a llorar?

Ella sostenía mis manos, tiraba de mis hombros, gritaba con todas sus fuerzas "escúchame", o lo que sea que eso signifique, pero yo solo mantenía mi cabeza enfocada en el suelo.

Sentía que el momento en que la vi sobre alguien más, fue el momento en el que todo se apagó.
No podía escuchar nada.
No podía ver nada.
No podía sentir el inmenso dolor.
Me sentía vacía. 

Justo cuando buscaba la puerta para abrirla, Lisa tomó mi mano con mucha fuerza, haciendo que pierda el equilibrio un instante.

Tomó mi rostro con su otra mano y me obligó a mirarla.
Tenía sus ojos rojizos y las venas de su cuello eran lo que más se notaba.

No dijo nada, solo me miró apresurada, suplicando por una segunda oportunidad.
Yo solo miraba el suelo.

¿Cómo pudiste...? —Sentí mi voz quebrarse. 

Levanté la mirada y pude ver como las lágrimas salían de sus ojos, aún sostenía mi rostro con una de sus manos.

Lo arruiné, T/n, pero puedo cambia--

La empujé y abrí la puerta, corriendo hacia afuera.
Limpié con brusquedad las lágrimas que corrían por mi rostro y cerré el auto con llave, para luego encenderlo y manejar a toda velocidad.

Pude ver que ella estaba corriendo tras de mi a través de uno de los espejos.
Solo conduje.
No sabía a donde pero lo hacía.

Sentía que mi cabeza giraba en círculos.
No podía pensar bien, lo que causó que terminara en el carril contrario de la calle.

Todo lo que he amado solo me dejó en un segundo, ya no era la misma chica que era hoy en la mañana.
Me detuve en el estacionamiento de una tienda que encontré y me calmé, mi visión nublándose de vez en cuando.

Sentía que me estaba sofocando en mi propio cuerpo.

Golpeé con fuerza el volante, dejando salir mi frustración, gritando tan fuerte como mi voz lo permitiera.
Tomé mi teléfono y pude ver las 68 llamadas de Lisa y los 320 mensajes.
Algunos incluso de Jennie, Rosé y Jisoo.

La bloqueé de todos los lugares posibles y eliminé su número, cegada por la frustración.

Conduje a mi casa con ayuda de Google Maps debido a que estaba perdida, pero luego de un rato, gracias al cielo encontré una calle conocida y pude llegar a mi apartamento. 

Tan pronto entré y cerré las puerta tras de mi, me rompí una vez más.
Caí al suelo y lloré incontables lágrimas.
Me levanté y caminé a mi habitación, cayendo rendida en la cama, gracias al incontrolable dolor de cabeza que tenía.

No puedo creer que haya hecho esto...

BlackPink y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora