Capítulo 3

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El pequeño espacio que compartimos las seis es un absoluto caos de maletas, ropa color rosa y plantas por doquier. Una chica bajita, con un peto vaquero y una chaqueta rosa palo parece sacar plantas y flores de la misma nada. Otra se encuentra tumbada en su cama mientras decora su pared con posters de grupos musicales, no conozco a casi ninguno pero parecen de mi rollo, tal vez luego le pregunte. Aisha está acabando de guardar sus cosas y por suerte para mi Stella no se encuentra en mi campo de visión.

-¿Quieres una fresia?- Me pregunta con una sonrisa la chica del pero vaquero mientras me ofrece una maceta que contiene un par de flores con tonalidades que varían entre el fucsia y el lila.

- ¿Eso es una fresia? Pensaba que solo podían ser amarillas o blancas...- Digo confundida. Ella parece emocionarse ante mi pregunta aunque no soy capaz de averiguar porque le ilusiona mi ignorancia.

- Oh no, las amarillas son más conocidas, es cierto, pero también las hay rosas y naranjas, significan acogida, pensé que era un buen regalo para daros la bienvenida...- Es divertido ver cómo su sonrisa crece cuando habla de las flores y la forma en la que parece estar en otro mundo.- Lo siento.- Corta ella de repente.- Tiendo a ser pesada cuando hablo de la naturaleza... Soy Terra, hada de la tierra.- Sigue de forma más tímida.- es un rollo familiar, mi madre se llama Rose, tengo una prima que se llama Flora y mi padre trabaja en el invernadero.

- Bueno Terra, gracias por la flor, me encanta y creo que vuestra tradición familiar es adorable aunque un tanto obvia... ¿Te imaginas hacerlo con las hadas de fuego? Podría llamar flamita a Bloom...- Digo pensando para mí misma en voz alta, Terra suelta una carcajada y no tardo en escuchar el grito de mi hermana desde su habitación.

- ¡Solo si tú quieres que te llame copito de nieve!

- Me decepcionas fatua, tienes muy poquita imaginación.- Le respondo a Bloom haciéndome la ofendida por su comentario.

- ¿Fatua?- Pregunta la única chica a la que todavía no conozco en esta habitación.

- Oh sí, ya sabes por los fuegos fatuos y eso... No podía llamarla llamita después de flamita, tengo más clase que eso. Además nadie sabría si me refiero al fuego o a que le gusta escupir a la gente como las llamas.- Contesto encogiéndose de hombros, Terra y la chica de los cascos no paran de reír ante mis palabras.

- Bueno, Fatua, Copito de nueve, yo soy Musa.- Suelta de forma burlona.- ¿Sois así siempre?

- Responderemos también a Bloom y Ayla, digo, por si no te contestamos por nuestros nombres principales.- Digo siguiéndole el rollo.- Y no, no siempre somos así. Solo el noventa por ciento de las veces.

~~~

El edificio es precioso, es como si hubiera viajado en el tiempo, la arquitectura es antigua, pero se encuentra en perfecto estado. Espero que los bosques que lo rodean sean igual de hermosos, o al menos que sean tranquilos porque realmente necesito fumar un cigarro en paz.

El patio delantero está prácticamente vacío, supongo que la mayoría se encuentra en sus respectivas habitaciones. Aunque Terra me ha dicho que los entrenamientos de los especialistas comienzan hoy en lugar de mañana, asique eso explica cómo todo está desierto.

Camino hacia la linde del bosque, llegados a ese punto una luz se abre a mis pasos, creo que es la barrera. Me interno en la arboleda alejándome tan solo unos metros de la barrera, aún no sé qué puede llegar a haber aquí y de descubrirlo prefiero que la escapada hacia la seguridad sea corta.

Veo una gran piedra lo suficientemente plana como para no ser incómoda, bien, ese será mi trono de reflexión. Enciendo el cigarro, en cuanto siento el humo en mis pulmones me tranquilizo, la nicotina será toda la mierda que quiera la gente pero ahora mismo necesito la calma que aporta.

La sensación cálida tan reconocida para mí me alcanza velozmente, mis sentidos se inhiben, mis pensamientos se vuelven más lentos, permitiéndome analizarlos con detenimiento. Parece mentira que hace un año jamás se me hubiera ocurrido encender el cigarro, pero desde que mis poderes se manifestaron... Me relaja y como consecuencia soy menos peligrosa, lo controlo mejor.

- Vaya, vaya... Mira que tenemos aquí, pero si me han robado el sitio.- Me giro encontrándome al chico de esta mañana, el amigo del rubio.

- No veo que la piedra tenga ningún nombre grabado.- Le contesto.- Asique puedes largarte a buscar otro lugar.

- No, no, no, lindura, no tengo intenciones de irme, asique lo siento, puedes largarte tú o podemos compartir la piedra.- Me responde con una sonrisa de lado. Me llevo el cigarro a los labios mientras pienso si irme o no, pero a la mierda, yo llegue primero.- Vaya si la niña de primero fuma... ¿Nadie te ha dicho que eso está mal?

- Oh claro porque el capullo de segundo ha venido aquí a disfrutar del aire fresco ¿No?- Replico mientras él se sienta a mí lado, supongo que al final ninguno está dispuesto a renunciar al cómodo asiento.

- Te noto muy a la defensiva bonita ¿Nos fumamos un porro de la amistad? Para comenzar de cero y eso.

- No le doy a la marihuana, solo tabaco.

- Bueno el tabaco es más para ocasiones especiales... Quizá podemos fumar un cigarro después de echar un polvo.- Me sugiere, no puedo evitar que se me escape la risa.

- Más quisieras cariño.- Le respondo aún riéndome.

- Lástima, pero lo acabaré consiguiendo preciosa.- La verdad es que ya nos estamos acabando nuestras colillas y estoy teniendo un rato bastante agradable.

- Si, puede que en tus sueños...

- Oh creeme, en mis sueños pasará está noche.- Me dice guiñándole un ojo.

Escucho un ruido extraño antes de poder contestarle, como un chirrido, un chasquido. No veo nada más que árboles alrededor, no distingo de donde procede el sonido.

- ¿Tú también escuchas eso?- Le pregunto al chico, estoy ligeramente asustada, no sirve de nada negarlo.

- Sí.- Responde él.- Deberíamos volver.- Sugiere, me limito a asentir pues no hay mucho más que decir.

Me giro sobre mi misma para levantarme y entonces lo veo, tirado en el suelo, cubierto de sangre, lleno de cortes. Un cadáver.

- ¡Socorro!- Grita el chico que me acompaña. Él se mueve pero yo estoy paralizada mirando el cuerpo, parece irreal, no me creo que esto esté pasando, se supone que este sitio es seguro...

Una mano me agarra el brazo y tira de mi, es él. Mientras yo me quedaba quieta el no ha perdido el tiempo, pero no me deja allí, no me suelta la mano mientras me incita a seguir corriendo hasta que traspasamos la barrera.

Me quedo mirando el bosque, la dirección de la que venimos, el hombre del suelo, el cadáver, no parecía demasiado mayor, aún le quedaba mucha vida que vivir. Estaba cubierto de carbón pero esas heridas no son de ningún incendio...

- Hey preciosa, mirame a mi.- Dice mientras me levanta la barbilla, me obligo a hacer lo que me dice y apartar la mirada del bosque.- Ya estamos a salvo, no pasará nada.- Sus ojos son demasiado azules para ser reales...- Hay que avisar de lo que ha pasado, yo lo haré ¿Puedes ir sola a tu habitación?

- Sí, tranquilo, estoy bien...- Me obligo a decir.- ¿No necesitas que te acompañe?- Sonríe antes de contestar.

- No hace falta tranquila, vete a descansar y a olvidar esto.- Dice mientras se aleja.

- Hey capullo, ¡gracias!- Le grito antes de que se aleje demasiado.

- Agradecemelo con un beso más tarde preciosa.- Me contesta.

Menos mal que yo solo quería disfrutar de un rato de paz...

~~~

Hola!

Espero que os esté gustando la historia. Me gustaría que me contaseis lo que pensáis hasta el momento.

Adiós ❤️

ANTIPODES | Riven [Fate: The Winx Saga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora