Capítulo 10

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- ¿Que haces aquí?- Pregunto. Quiero dormir ¿De verdad es tanto pedir?

- Resulta que la princesa ha decidido pasar la noche con Sky y no pensaba quedarme de espectador.- Le miro enarcando una ceja, sigo sin entender que hace aquí.- Ella me roba mi habitación, yo le robo su cama.- Añade como si eso lo explicara todo.

Voy a matar a Stella, cuando pensaba que nada podía ser peor que compartir cuarto con ella, se las ingenia para sorprenderme.

- Ya pues lamento decirte que eso no va a pasar, buscate otro sitio donde dormir.- No parecen importarle mis palabras, si acaso le hacen sonreír aún más mientras va avanzando hacia la cama de Stella.

- Si eso quieres no voy a quejarme.- Dice con tono inocente. Cuando creo que está a punto de darse la vuelta y largarse, lo que hace es tumbarse en mi cama justo a mí lado.- Admito que pensaba ir más lento preciosa, pero no voy a quejarme.- El muy capullo se está burlando.

Es la persona más irritante que he conocido en mi vida, y es mucho decir.

- Joder, tenía que haber dejado que Terra te asfixiara.- Me lamento en voz alta.

- Pero no lo hiciste, eso demuestra algo de cariño ¿Cierto?- Su estúpida sonrisa de lado me pone de los nervios.- Lo que me recuerda que aún no sé el nombre de mi salvadora.

- No creo que te importe.- Le contesto con una sonrisa mordaz, pero nada parece sacarle de su burbuja.

- Seguirás siendo preciosa para mí en ese caso.- Como me jode admitir que es astuto para lo que le interesa.

- Ayla.- Digo seca.

Él me mira durante unos segundos sin decir nada, lentamente comienza a acercarse aunque la distancia que nos separaba ya de por si era escasa.

- Gran nombre para gemir en la cama. Espero ponerlo en práctica pronto.- Susurra en mi oído. La piel se me pone de gallina al notar el cálido aliento que desprende. No quiero, pero debo admitir que eso ha sido muy caliente.

Quiere ponerme nerviosa, eso es un hecho. Pero esto es un juego de dos, y a mí no me gusta nada perder.

Me giro sobre mi misma quedando de lado, con nuestros labios a milímetros. Es obvio que el movimiento le sorprende pues se queda estático unos segundos. Sonrió internamente al ver que no he perdido facultades, dibujo círculos con los dedos sobre la piel de su mano.

- ¿Ah, sí?- Le pregunto sugerente, casi en un susurro, lo necesario para que el escuché. Riven sonríe orgulloso, convencido de que me tiene donde quiere.

- Sabía que querías preciosa...- Susurra de vuelta. Pasa su mano desde mi rodilla hasta mi cintura, dejando caricias en cada lugar de piel recorrida.

Me acerco a su oído como anteriormente hizo él y digo.- Pues largarte y duérmete. Estoy segura de que tu imaginación es lo suficientemente vívida como para imaginar lo que nunca va a pasar.

Sonrio victoriosa al ver su cara de perplejidad absoluta. Sus manos ya no recorren mi piel, sus labios se hayan entreabiertos y se ha alejado de mi unos cuantos centímetros.

- Eres cruel.- Suelta con los ojos entrecerrados.- Y eso me encanta.- Recupera su sonrisa ladina como si nada hubiera pasado. Mi sonrisa se borra inmediatamente.- Puedo aceptar dormir y conformarme con soñar contigo esta noche, pero no voy a cambiarme de cama a menos que tú también lo hagas.

Este chico es imposible.

La exasperación me abarca pero ya pasa la medianoche y estoy agotada, no pienso seguir discutiendo hoy así que acepto sus términos.

¿Qué tan malo puede ser dormir con él?

- Bien, solo por esta noche. Y ni si te ocurra moverte de ese lado de la cama.- Me giro hacia el lado contrario poniendo la máxima distancia posible entre ambos, no es mucha, pero es mejor que nada.

- Ayla.

- ¿Qué?- Por dios que se calle ya.

- Gracias por lo de la fiesta, enserio.- Su tono de voz ha cambiado, ha perdido la picardía y la superioridad que siempre usa. El mismo tono que uso en el bosque.

- No fue nada.- Suspiro y digo algo que no planeaba.- Buenas noches Riven.

- Buenas noches preciosa.

~~~

Ojalá poder decir que fueron los rayos del sol lo que me despertó. Contrario a lo idílico, son los ruidos que provoca Stella al entrar sin consideración ninguna.

- Habéis perdido mi anillo.- Dice la rubia nada más entrar.

- Buenos días para ti también Stell.- Contesto con los ojos cerrados.

- Ni se te ocurra decirle nada a nadie.- Ordena. Parece que se le olvida que no está en el reino y que no es mi princesa.

- Mira si quisiera contarlo tu orden valdría de muy poquito, pero el caso es que no eres el centro del universo.- Recuerdo entonces lo que pasó anoche.- Y por cierto la próxima vez que te apetezca follar, no me envíes al compañero de habitación de tu chico.

- ¿Qué?¿Riven ha dormido aquí?- Pregunta con la voz ligeramente más aguda. No pierde el tiempo y antes de que me dé cuenta está repasando toda su cama en busca de alguna imperfección.

- Relaja fiera, lo intentó y le eche a la calle.- Miento porque su cama se encuentra perfectamente hecha, se nota que nadie la ha tocado siquiera. Y me niego a decirle que se durmió en la mía, es una baza muy grande en cuanto a burlas sarcásticas y me niego a darle es información precisamente a ella.

Al menos el chico se fue antes de que ella llegará, y lo hizo en silencio, no me enteré de nada. Era lo mínimo que podía hacer, aunque he de admitir que hacía mucho tiempo que no dormía tan bien, supongo que el día de locos de ayer sirvió para algo.

Stella no dice nada más, se limita a asentir mientras observa su armario. Decido que es hora de levantarse si no quiero llegar tarde el primer día.

Saco del armario una falda de cuero, una camiseta negra sin mangas y una camisa de cuadros roja, además de un conjunto de ropa interior. De camino al baño para cambiarme encuentro a Musa tomando una taza de lo que supongo es café y a una Bloom totalmente despeinada.

- Buenos días.- Dice la primera con una sonrisa.- Parece que a alguien no le gustan las mañanas.- Comenta divertida.

- Buenos días, sí, son horribles, estoy segura de que madrugar es malo para la salud.- Le contesto en el mismo tono.

Entró en el baño, me visto después de darme una ducha rápida y dejó la camisa abierta. Me dejó el pelo suelto y me doy cuenta de que no he traído el calzado. Salgo descalza lo que le resulta divertido a la chica de cascos.

- Bonitos pies.

- Calla antes de que piense que tienes un raro fetiche.- Le contesto mientras camino hacia la habitación, ella larga una carcajada ante mi comentario.

Calzo mis botas militares y no puedo evitar desear que este día sea mejor que el anterior.

~~~

Hola!

Espero que os gustara el capítulo, lo he cambiado al menos cinco veces porque no acababa de convencerme el encuentro con Riven.

¿Que pensáis de Ayla?

Adiós❤️


ANTIPODES | Riven [Fate: The Winx Saga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora