El maestro del rey del mundo (En edición)

Accidente #23: Razones inesperadas

East Royal Forest era una ciudad técnicamente calmada, no ocurrían muchos accidentes, atracos, asaltos. Era casi como si el crimen en si fuera regulado, pues nunca se daban indicios de pandillas, y se llegaban a dar luces de esto, estas desaparecían o volvían a operar de una manera muy minuciosa hasta ser fantasmas. Cosa que los servicios de protección civil y de atención pública notaban por la escasez de casos relacionados con crimen, dejando la mayoría de las prioridades y trabajo a accidentes regulares, estando en constante alza por la llegada de los tiempos invernales y sus innegables dificultades a los futuros meses.

Esta explicación va de la mano a la extrañeza en la cual un grupo de jóvenes se encontraban; puesto que, de estar en la banca de un parque, ahora se encontraban en la sala de espera del hospital. Concretamente en un hospital que llevaba el nombre de "Elk High Health", un nombre poco común para un hospital, el cual no se encontraba lejos del parque Unity, solo un par de calles donde el hospital comprendía una dimensión de media manzana, el cual se encontraba en constante movimiento, pues esa era la labor en un hospital, trabajo constante y sin paro alguno. Siendo esta la principal razón por la cual el sonido de las ambulancias, los pasos en los corredores, el sonido de algunas camillas moviéndose por los corredores con velocidad, todo ponía de nervios a cada joven en aquel grupo extraño que se había formado en la sala de espera de atención primaria del hospital.

En general, ni ellos sabían del cómo se habían metido en aquella situación; sin embargo, ellos aún seguían algo impactados por el motivo en el cual se encontraban dicha sala. Siendo un azabache y una albina los que demostraban una preocupación más que notoria.

Parque Unity [Hace 46 minutos]

Los chicos se quedaron sin palabras para lo que habían escuchado, de tanto notar la peculiaridad falta de presencia de la familia Zhongli en la vida del pelirrojo, ellos al fin podían dar con un guiño a su situación familiar. Cosa que tampoco se esperaban notar de esta manera, pues con las notables facciones rojas del chico, se imaginaban a un padre con dichas características; pero la realidad no siempre suele ser como uno la imagina, por lo que simplemente le dieron la hipotética razón a la madre.

El silencio que les envolvió fue sumamente incómodo para el resto tras notar como el pelirrojo parecía desvanecerse por su rostro completamente blanco, un gesto que hizo reír al padre a su lado, el cual no paraba de sonreírles al grupo de jóvenes al frente suyo. Mientras que estos jóvenes no paraban de hostigarlo con la mirada (a excepción de Clay), con la ligera diferencia que solo uno de ellos lo miraba con una sonrisa completamente emocionada.

—Así que.... ¿Así te veras en unos años? — cuestionó Tyler mientras sus movimientos eran suprimidos por Katherine

—Bu~bueno...— el rojizo se vio aún más presionado y con un cuerpo tambaleante que solo halló cierta paz al sentir un leve golpe en su cabeza, un palmeo suave que le hizo brindarle la atención a alguien que se había desplazado a su lado, ese era Sam

—¡Increíble! — el azabache se plantó a su lado con una sonrisa completamente emocionada —Señor Walter, su hijo es de las personas más increíbles que yo haya conocido— habló con elocuencia mientras atraía la atención del resto de chicos

—Y sé que lo dices de corazón, Nova... Solo espero que no se estén metiendo en problemas— sentenció el joven padre mientras le apuntaba al grupo enfrente suya con su cono de helado —Un placer a todos, soy Walter Lawless, el padre de este jovencito que ven aquí— revolvió el cabello de su hijo con elocuencia mientras notaba como este le devolvía la mirada con reclamo que mezclaba su sonrojo de manera perfecta con su cabello