Accidente #18: Corpora

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—¡Eres un completo tonto! — la chica se sentó sobre el cuerpo del "malherido" Clay mientras lo zarandeaba desde la camisa —¡¿Sabes lo que significa crear un arma de esa calidad"?!... ¡¿Tienes idea de que era esa gloriosa obra de arte que rompiste?!, ¡¿Cuánto tiempo gaste ante el fuego con un martillo asegurándome que el cañón no sea ni tan grande o estrecho como para dar la presión perfecta?!... ¡¿Con que la cargaste?!... ¡¿Qué disparaste?! —la chica grito sumamente molesta mientras su saliva golpeaba el rostro del rubio que seguía con un espasmo eterno por el dolor que ella le acababa de suceder

—Una semilla explosiva— contestó con simpleza el hurón atrayendo la atención de la chica, casi de inmediato

—S~su... Sa~santa... Santas tuer...— la chica balbuceó mientras se apartaba del rubio y se paraba viendo hacía "W" —Tu...

—Dilo

—¡Eres un hurón que habla! — grito con la sorpresa de una niña mientras sus ojos desprendían un gran brillo sin igual que irradiaba una gran inocencia proveniente de su alma —¡Y uno lindo!

La chica se acercó a "W" con tal de ver mejor a su recién animal descubierto; pero este mismo salto hacía el rubio que a duras penas se podía levantar.

—Comprendo tu enojo... Este chico rompió algo importante para tu orgullo... Pero el no uso tu orgullo como un abrelatas, sino que lo uso como herramienta para defender a las personas que estaban alrededor de él... Tu entregaste el arma, y como herrera, tu deber es juzgar la calidad, no el fin; aunque te duela el admitirlo, el arma no define su fin, es la persona la que con su corazón decide su destino— se plantó en el hombro del pelirrojo —Además... Tu ya le rompiste algo... Ahora solo instrúyelo, dale el arma definitiva... Y él la llevara más allá de tus expectativas y su propio potencial... Hazme ese favor, hazle ese favor a tu propio orgullo como herrera

La chica recogió un mechón rosado de su vista y luego resopló con algo de molestia para luego dirigirse hacia el rubio mientras le tomaba por la muñeca y lo introducía a la cámara derecha, de hecho, la misma por donde ella había aparecido. El rubio no tuvo de otra más que caminar tras ella con un dolor constante proveniente de su entrepierna, cosa que le hizo temer por su vida tras reconocer que dicha chica era un gorila tras la cara de una tierna e inocente ángel.

La incomodidad los envolvió mientras el chico de poco a poco empezaba a notar como el calor se empezaba a tornar más sofocante de poco a poco. La chica por otra parte se mantenía impasible mientras su agarre se endurecía más.

—Y~yo...— el rubio trato de hablar, el tacto con la chica, el beso, la patada, todo le había llevado al punto de mantenerse en ese punto típico de un adolescente, estaba incomodo por no saber claramente que sentir. Cosa que en el fondo le hacía enojar levemente. —"¿Por qué es tan difícil?, los demás siempre hablan con chicas sin problemas... ¿Qué me pa...

—Eres un sucio mono que le gusta romper obras de arte, ¿eh? — el habla seca de la chica fue quien cortó sus pensamientos de una manera brusca. Solo para tensarse mientras una luz anaranjada al final del camino le hizo cerrar los ojos con fuerza —En fin, mono... Soy Ogun y tengo el título de la herrera de corpora, y esta es mi herrería... Bienvenido... Mono— lo miro con algo de asco antes de darle la espalda y empezar a caminar por la sala con una amplia y radiante sonrisa

Clay miro a su alrededor completamente maravillado, era una sala llena de plataformas de metales que flotaban por los aires mientras mantenían suspendidas un gran número de cadenas que sujetaban moldes con varias formas; el techo estaba lleno de esas rocas de ese tipo mientras unas farolas de roca brillante alumbraban un gran número de cosas a lo largo de la sala; había una hamaca con colchones desalineada bajo una especie de techo de madera que le servía como un medio para evitar que la luz de las rocas le diera a la chica en sus noches de descanso; habían un gran número de mesas y pizarras con plumas, tinta, planos y dibujos envueltos y desechos como rollos; había una computadora de alta gamma al fondo de la sala donde también había un mini refrigerador y un escritorio moderadamente reciente; a lo largo del suelo estaban regados instrumentos como pinzas y martillos; en los laterales había un gran número de rollos sujetados dentro de agujeros perfectamente simétricos como una estantería; habían pozos de agua helada que hacía contraste con el lugar de temperaturas altas que era dicho lugar; en el centro se alzaba una fuente con aquel liquido naranja que emitía un gran calor, sobre esta se alzaba una cadena con un molde de forma casi indescifrable para el chico.

Tras agitar su cabeza y notar como la chica empezaba a ondear sobre unos rollos en la pared, el chico volvió en sus sentidos y se encamino a la chica con un semblante algo molesto.

—Disculpa... ¿Ogun?, ¿cómo él orisha de cultura africana?, ¿u~un espíritu? — la chica al fin le hizo caso, y esta ensombreció el semblante mientras asentía afirmativamente —¿Cuántos años tienes?, no... ¿Eres una chica?, o mejor aún... ¿Eres humana? — el chico se le acercó con peligrosidad; pero esta misma con un rollo le apartó mientras suspiraba algo derrotada al notar la misma luz de curiosidad que le hacía verse así misma en el chico

—Está bien...— empezó a caminar hacía una mesa mientras se colocaba uno de sus guantes desgastados —Soy humana; pero desde que recibí la responsabilidad de esta fragua, tuve que tomar el título que me corresponde... ¿Contento? — con un ademán hizo que un molde con forma de caja descendiera del techo por esas rocas flotantes, caja que colocó en la mesa central frente a su "cama"

—Si... Digo, no... Es que...— se rascó la cabeza con algo de confusión desdeñada por sus refunfuños de molestia que le hacía generar su cabeza al no poder dar con las respuestas que quería —¿Qu~qué fue todo eso? — se llevó la mano a la boca mientras aflojaba su tono un poco

—Eso lo hice para leer tu recuerdos— con un pequeño martillo que recogió del suelo, empezó a golpear la superficie de la caja —Nací con una habilidad única... Adquirir los recuerdos de un mes por medio del contacto labial— aún con el hollín en sus manos, la chica acaricio con suavidad la comisura de sus labios —No te lo tomes de manera sentimental... Solo quería saber cómo estaba mi más grande logro— con una mirada cansada y algo enojada miro al chico nuevamente a los ojos —Y tú, mi asqueroso mono, te las arreglaste para romper mi preciosa "Revólver Euroboros" — la última palabra de la chica tomó por sorpresa al rubio mientras los recuerdos le empezaban a abrumar

—Espera... ¿Tú creaste ese revólver que se rompió al primer y único tiro?... Tengo un par de quejas sobre el funcionamiento de tu revólver, señorita— el chico tuvo un tic nervioso tras recordar nuevamente su fallida pelea contra el mercenario, y la semana que su mano se mantuvo inmóvil

—Esa no era una "revólver"— espeto con desagrado la chica mientras del suelo tomaba un rollo y se lo arrojaba contra el rubio —Era un arma "Euroboros", ¿acaso no dimensionas el calibre de la calidad que tenías en manos?, mono— la chica redujo su mirada furiosa contra el chico y luego suspiró con algo de resignación —La más grande hazaña dentro de la herrería de corpora, la cúspide del trabajo de mis predecesores y de mi propio futuro— la chica sonrió con mucha emoción mientras palmeaba la caja sobre la mesa —Y tu mi querido primate, deberás pagarme con tu cuerpo si queremos obtener el arma definitiva— la chica tomó las manos del rubio y las pego a su pecho mientras daba saltos de emoción —¡Estoy emocionada!

—M~mi... ¿Cu~cuer~po? — la cara del rubio empalideció de un momento a otro mientras solo podía sentir un vació en su estómago y sus piernas entumecidas

—Así es... ¿Comenzamos? — la chica envolvió el cuello del chico en sus brazos y con una gran sonrisa junto su frente con la de él —¡Con tus memorias no dudo que conseguiremos terminar el arma!... Estoy a tu cuidado

—¡Lamento la intromisión!... ¿No vas a presentarnos a tu novia?, Clay— una voz amigable sonó muy familiar para el rubio

El rubio giró su cabeza hacía la entrada de la habitación, y justo ahí pudo contemplar las siluetas de sus compañeros Sam y Tyler. Uno estaba contemplando la escena con una boca tan abierta que de esta se dejaba ver la baba cayendo de su boca con unos ojos completamente abiertos; mientras que el más alto estaba cubriendo sus ojos con su antebrazo izquierdo y con su mano libre le extendía un pulgar.

—¿Cabeza de aire?, ¿rarito?... ¿Qué está sucediendo hoy? — la confusión en su cabeza explotó al notar como su cabeza fue incapaz de generar una respuesta fija

El maestro del rey del mundo (En edición)Where stories live. Discover now