XVII. LOS NUDOS DEL PASADO.

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Con solo una camisa cubriéndola, Adara contemplaba el dormir de Crissio, su rostro, sus labios, su fuertes brazos y sus grandes manos, era la segunda ocasión en la que había pasado la noche con él y al igual que la vez anterior la había hecho sentirse más allá de las nubes, no podía explicarlo, pero había algo en él que hacía imposible rechazarlo, incluso, en aquella fiesta que ofreciera el titán, sé sintió magnéticamente atraída hacía él y deja dejándole una sensación extraña de deseo y pasión, Adara tenía el presentimiento de ya conocerlo, pero jamás lo había visto. Se acercó al inmortal para contemplarlo mejor, colocó su mano sobre el pecho y acaricio los prominentes pectorales, en ese momento Crissio despertó y vio el bello rostro de Adara iluminado por la luz de la luna llena, ella le regaló una sonrisa y lo besó apasionadamente, una vez más se entregaron a sus deseos , a sus pasiones, Crissio  se dejó llevar más allá de las caricias y sin percibirlo susurró.
- Alaya.
Las caricias y nos besos se detuvieron, Adara miraba absorta a un incrédulo Crissio, se alejó de él y se levantó de la cama cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana, después, con una mirada condenatoria, preguntó.
- ¿Quién es Alaya?
- Adara, lo siento, no quise...
- ¡Responde!
- Es...era mi esposa.
- ¿Tu esposa? ¿Estuviste casado?
- Si.
- ¿Hace cuánto tiempo?
Los ojos de Crissio se nublaron y su voz entonó más baja.
- Hace tanto, hace siglos parece, ella...ella murió.
Adara se dio cuenta del profundo dolor de Crissio sintiendo que el suelo se abría a sus pies, pero de mantuvo firme.
- Crissio, lo siento mucho, de verdad, no lo recordaba, pero eso no justifica que vengas a mi casa a hacerme el amor y pienses en alguien más.
- Lo siento, en verdad.
- Será mejor que te vayas.
- De acuerdo.
Se escuchó la puerta, el correr de los cerrojos, Adara sola en su habitación pensaba el rostro de Crissio, en su dolor y nostalgia, pero no podía dejar que la besara mientras pensará en su esposa.
- Crissio, si tan solo supieras del amor que te tengo.
Cerró los ojos y se cobijo bajo las sábanas tratando de dormir y pensando en lo familiar que le era ese nombre, Alaya.

Con las manos en los bolsillos, Crissio caminaba cabizbajo por las oscuras calles, su corazón se había ofuscado al recordarla otra vez, parecía que jamás podría desprenderse del recuerdo de su amada, del recuerdo de los mejores momentos de su vida, lamentó desde lo profundo de su corazón haber llamado Alaya a Adara, pero no fue solo un descuido, no, los besos y caricias, los modos y actitudes, todo, todo era similar a su esposa, desde sus ojos hasta su cabello con sutileza en diferencias, comprendía muy bien que eran personas completamente distintas y no podía compararlas.
- Tal vez sea hora de ocultarse una vez más en las sombras.
- ¡Oye viejo!
La voz de un joven detuvo sus pensamientos.
- Si tú, ¿Tienes una moneda?
Crissio sacó la moneda de entre los pliegues de su ropa y la arrojó al chico, este la tomó en el aire observándola a ala luz de los faroles.
- No, tu tienes más que ésto- el muchacho le mostró una navaja- así que entregalo todo.
- ¿Crees que esa arma te servirá de algo?
- ¿Qué dices de esto?
Dos hombres más, con armas de fuego aparecieron detrás de él, Crissio observó detenidamente a los tres hombres y los olfateo, eran simples humanos.
- No quiero hacerles daño, den la vuelta, larguense y olvidaré está ofensa a mi persona.
- Creo que no lo entiendes imbécil, los que mandan somos nosotros y no estás en posición de decir nada, danos la billetera o te mataremos.
- No serían los primeros en intentarlo.
- Pero seremos los últimos.
El joven de la navaja lo apuñaló en el abdomen tres veces, pero no sé movió, tomó el rostro del joven y lo arrojó al otro lado de la acera provocando que se golpeará fuertemente la cabeza.
- Primer aviso, largo.
Pero, presas del pánico, los hombres dispararon sus armas en el cuerpo del vampiro, sus caras denotaban preocupación.
- Mi turno.
Se limitó a darles un fuerte golpe en el estómago haciendo que se doblaran de dolor, los derrotó demasiado fácil y sin un baño de sangre.
- Busquen otro oficio, robar no les dejará nada bueno.
Les dio la espalda y caminó tranquilo, pero entonces una bala de plomo atravesó su pecho, furioso volvió sobre sus pasos y tomo la mano del atacante.
- Eres un estúpido, ¿Sabes lo que le hacíamos a los ladrones en mis tiempos?
Se escuchó un terrible gritó en la oscuridad de la gélida noche, al día siguiente se encontró el cuerpo de un asaltante buscado por la ley, de había desangrado a causa de una herida provocada por la amputación de sus manos, estás nunca fueron encontradas.

- ¿Qué tal Canadá Livio?
- Tranquilo, limpió, es un gran país.
- Lamento tener que arruinar tu retiró.
- Descuida, dos mil años de aventura no son suficientes para dormir a este viejo centurión - se golpeó el pecho como en la antigüedad para demostrar su hombría- por cierto, ese tal Nod, se oyen historias de él incluso allá.
- No es por demás, es el dios de los vampiros.
Crissio salió de la tina de sangre dónde se estaba bañando, Livio movió la cabeza y le arrojó una toalla.
- Cubrete antes de que lastimes a alguien.
El general Livio había acudido presuroso al llamado de su amigo de armas, Drusso se encargó de ponerlo al tanto de la situacion.
- Acabaremos con el Crissio, somos los tres antiguos.
- Eso espero Livio, no permitiré que se salga con la suya.
- Ah por cierto, Alcontti dejo esto en la mañana, dijo que te interesaría.
Le entregó un sobre amarillo anudado con una cinta roja, lo abrió y leyó una nota.

" Genealogía de la familia Lordanou"

- Livio, te importaría dejarme solo.

>>La familia Lordanou era una de las más  importantes de Italia, sin embargo sus orígenes se remontan a las Islas griegas,  para comprender mejor su ascendencia he detallado su genealogía desde la última rama de la familia, la señorita Adara Lordanou.
Adara Lordanou: hija del señor Lucano Lordanou, importante empresario en Roma hasta su deceso en 1987, a los 23 años Adara volvió de Londres donde pasó la mayor parte de su vida estudiando arte y valuación del mismo, al estar sola y sin familiares, la mesa directiva de la compañía de su padre la deja fuera de toda decisión administrativa pero con un sueldo vitalicio que le genera más de 200, 000 dólares al año, retoma en 1991 la casa de arte Lordanou de su padre llevándola a la cúspide hasta el día de hoy.

Lucano Lordanou: padre de Adara e hijo del señor Angello Lordanou, pintor y empresario, apoyo con su vasta fortuna las artes plásticas y fundó la casa de arte atras mencionada y llevó las riendas de la misma hasta su deceso en un trágico accidente de avión junto a su esposa, la señora Imelda Lordanou.

Angello Lordanou:  abuelo de Adara, padre de Lucano, en 1911 emigró junto a su familia desde las islas griegas hacia Italia, el señor Angello inicio su vida en los barrios bajos de Roma, donde estudiaba por las mañanas y trabajaba por las tardes, al estallar la primera Guerra mundial, se enlista en la armada alemana luchando a favor del Kaiser, sin embargo una herida en el pie lo hizo volver a casa antes de las crueles batallas, al llegar Hitler al poder y en Alemania su familia decide huir hacia América latina, México, para evitar ser reclutados por el régimen fascista y Nazi, en 1944 engendra a su único hijo, Lucano Lordanou.

Deacon Lordanou: Bizabuleo de Adara, era un granjero en Grecia, se dedicaba a la venta de quesos y leche, hasta que decide emigrar hacia Italia, Roma.

Corban Lordanou: padre de Deacon, abuelo de Angello, Bizabuleo de Lucano, tatarabuelo de Adara, se desconocen detalles de su vida personal, vivió desde su nacimiento hasta su muerte en Corinto.

A partir de ese punto la ascendencia de la familia Lordanou se volvía simple, nombres y más nombres de padres abuelos y Bizabuelos, todos ellos resistentes de Corinto, eso puso en alerta a Crissio quién no despegaba sus ojos del documento. Generaciones y generaciones de Lordanou pasaban por sus ojos, hasta que al final llegó dos mil años atrás, donde el apellido de la familia cambio de Lordanou a  Ioannidis, un apellido extremadamente conocido, reviso los documentos poniendo total atención.

Cerbarius Ioannidis: las leyendas dicen que este hombre es descendiente del mismísimo Jason, el argonauta que robó el vellocino de oro en la era mitologíca, engendró dos hijos,  Calixto y Tulio, Calixto dio a luz a la familia Lordanou, mientras que Tulio, eficaz en los negocios de traslada a Roma después de la muerte de su esposa, lleva consigo a su única hija, Alaya Ioannidis.

Alaya Ioannidis: No existen datos de su vida, solo se sabe que murió durante el gobierno de Tiberio César y que fue esposa de algún guerrero de Roma.

Las hojas cayeron de la mano del inmortal, siglos y siglos de generaciones colocaban a Alaya y Adara indirectamente en aquélla misma línea de sangre, mientras la familia se perdía tras la muerte de Alaya, está continuo su linaje en Corinto con el hermano del viejo Tulio y a través de los siglos hasta llegar a Adara, ahora todo tenía sentido, el parecido ligero y la pintura del abuelo de Adara, esa pintura dónde a través de sueños, plasmó a Alaya en su vieja comarca griega.
- ¿Qué significa esto? ¿Por qué después de siglos en el sueño eterno te vuelvo a encontrar?
Crissio miraba el retrato de su esposa y las lágrimas caían por sus mejillas.
- Amada mía, ¿será que aún cuando los mares del tiempo y la tragedia nos separan estamos destinados a encontrarnos nuevamente? Sin embargo tú no eres ella y ella no es tú, Alaya siempre has de vivir en mi memoria, pero si mi corazón está dispuesto a latir una vez más a de ser con ella.
Depósito con sus dedos un beso sobre el lienzo de su amada.
- Alaya, siempre te amaré.
Apagó las luces de la habitación y salió de ella, por primera vez, desde que despertó se sintió libre.

Aneska esperaba en el vestíbulo a ser recibida por Crissio, le sorprendió el buen gusto del vampiro que se reflejaba en el decorado de su hogar, jamás en su vida habia entrado al recinto de un vampiro y por lo general creía que vivían en cloacas, cuevas y casas derruidas, Crissio le demostró lo contrario y se preguntó cuántos vampiros vivían en casas comunes por las calles de la ciudad.
- ¿Puedo ayudarte?
Aneska contempló a Crissio, quien se ajustaba unas mancuernillas a las mangas de su camisa blanca.
- ¿Llegó en mal momento?
- Jamás es un mal momento para recibir a una dama- respondió Crissio con una sonrisa pícara.
- ¿Te parezco una dama?
- Claro, ¿A ti no?
Aneska no supo que responder y solo esbozó una sonrisa, Crissio se acercó al mini bar y extrajo una botella de vino, pero su verdadero contenido era de otra naturaleza.
- ¿Deseas un trago?
- Vodka por favor.
- Por supuesto camarada.
La ironía del vampiro puso nerviosa a Aneska ¿por qué? , En la primera reunión no se había sentido así, ¿por qué ahora Crissio la hacia sentirse vulnerable?
El se acercó y le extendió el vaso, los dedos de ambos se rozaron y a sentir la piel fría y áspera de Crissio, Aneska sintió una vibración en su vientre que hizo que se le subieran los colores al rostro.
- ¿Te encuentras bien?
- S...si... si, estoy bien.
Bebió el trago cual si fuera agua, apurando el contenido, quería que el licor eliminará esa sensación de intimidación y sumisión que estaban siguiendo desde su interior.
- Gracias, Crissio, tengo noticias de Rumanía, al parecería un socavón acabo con el castillo subterráneo de Nod,  Viggo se dió cuenta de eso en una misión de reconocimiento que realizó en compañía de Akiyama puesto que el ha sido el único que conocía su ubicación, ahora desconocemos donde pueda estar.
- ¿Un socavón? Demasiada coincidencia, Nod sabía que podría suceder esto, después de todo jamás volvieron los guardias encargados de asesinar a Akiyama, el sabía que seguía con vida y el mismo destruyó su castillo, el único punto de residencia que conocíamos de él, esto lo cambia todo.
- ¿A qué te refieres?
- Aneska, estábamos en una posición ofensiva contra él, ahora perdimos la ventaja, retira a tus hombres de las calles, que aguarden hasta el amanecer para volver a sus cuarteles, debemos estar alerta.
- Crissio, ¿Crees que el sea capaz de atacar ahora?
- Si, incluso es posible que sepa ya de nuestra alianza, esto es complicado.
- ¿Que podemos hacer?
- Estar alerta y esperar, esperar el primer movimiento de Nod y quizá recuperamos la ventaja inicial que teniamos, dime ¿Dónde te estás quedando?
- Eso es asunto mío.
- Perfecto, eso diré cuando te encuentre muerta.
- Está bien, tenemos un a base de operaciones a dos cuadras de aquí.
Presuroso Crissio llamó a Livio y Drusso, los leales caballeros romanos, Alone llegó junto con ellos tratando de ajustarse una corbata.
- Drusso, Livio, Nod está fuera de nuestro paradero, necesito que vayan con Aneska...
- ¡Oye! No necesito protección.
- No es protección querida, requiero que estén alerta para cualquier ataque, contacta a Viggo y Akiyama, que se reúnan con ustedes lo más pronto posible.
- ¿Que hay de ti?
- Tengo... asuntos que atender.
- Claro.
Con apretón de manos se despidió de Aneska, una vez más esa sensación volvió a ella, sonrió sus piernas flácidas, mienta el grupo iba saliendo y se reunían con Mijail  Crissio detuvo al gigante.
- Drusso, ten cuidado.
- Lo tendré, somos los antiguos ¿recuerdas?
Esbozó una sonrisa y palmeó los duros pectorales de Drusso, cuándo de quedó solo con el joven vampiro notó que esté aún luchaba con la corbata.
- No puede ser, ven aquí.
- Este no es mi estilo.
Crissio desanudo la corbata y comenzó a ajustarla.
- Olvida tu estilo Alone.
- No puedo ir con Drusso y Livio.
- Ya te dije que necesito conmigo en esa exposición.
- Por favor, tu conociste Egipto en toda su gloria.
- No se trata del pasado.
- Se trata de Adara ¿No?
Crissio guardó silencio, Alone se hecho a reír.
- Ve por el auto.

En la casa Lordanou, la crema y nata de de Italia se aglomeraron para apreciar las antiquísimas piezas del antiguo Egipto, una exposición que Adara trató por años de traer y que gracias a Crissio se había hecho una realidad, el señor Rizzoli, el conocido comerciante marítimo y dueño de la mas impresionante naviera italiana se acercó a una de las piezas, se trataba de un papiro a amarillos por el tiempo con varios geroglificos indescriptibles para alguien no ilustrado en el arte antiguo, después fijo su atención en Adara, lucía hermosa con un vestido largo negro y escotado en la espalda, se había cortado el cabello a la altura de sus mejillas, lo cuál le daba un toque más jovial a su bello rostro.
- Señorita Lordanou.
- Señor Rizzoli gracias por acompañarnos.
- Le agradezco su invitación, pero digame dónde está el señor Rinaldi.
- Oh, Rinaldi, el ya no forma parte de esta sociedad señor Rizzoli, no tendría por qué estar aquí.
- Comprendo, comprendo.
Dígame podría ilustrarme sobre esta pieza,ese papiro.
- Claro, data del periodo de Ramsés II, fue hallado a los pies de su sarcófago.
- Pero, ¿Que dice?
- En realidad lo desconozco señor Rizzoli, es una pieza muy antigua y no se ha logrado descifrar.
- Dice: Los mares de los muertos se secaran, las estrellas colapsaran, llegará el día en el que la tierra temblará y ese día el gran imperio caerá.
La voz que reveló el contenido del papiro sonó estridente por toda la galería, los asistentes voltearon a ver al imponente caballero acompañado de un joven igualmente galante.
- Crissio- dijo Adara con emoción y una sonrisa.
- Buenas noches Adara.
Por un momento el tiempo se detuvo, las sonrisas de ambos era lo único que existía en la galería.
- Señor Grimaldi, ¡Que gusto verlo de nuevo!
- Señor Rizzoli, ¿cómo va la compañía?
- Creciendo desde que usted la aqruirio, le agradezco que me haya permitido conservar la presidencia.
- Es el trabajo de su vida Rizzoli, yo solo me encargue de impulsarlo.
- Dígame señor Grimaldi- exclamó Adara con un exquisito tono en su  voz- ¿Como es que pudo leer el contenido de ese papiro? Expertos egiptólogos no pudieron por años.
- O quizá no consultaron con los verdaderos expertos, a veces se olvidan de las raíces de la historia.
- Comprendo, aún así no deja de impresionarme.
- Bueno, los dejó solos, señorita Lordanou, señor Grimaldi.
Con una leve caravana, Rizzoli se retiró dejando a la pareja a solas.
- Creo que no vendrías.
- ¿Y perderme de las maravillas de esta noche?
Crissio esbozó una sonrisa pícara que hizo sonrojar a Adara, parecía que las tensiones y desacuerdos de la noche anterior habían desaparecido, ahora había algo más naciendo entre ellos, algo más que solo deseo carnal. Adara se apoyó del brazo de Crissio, en ese momento Alone se separó de ellos para perderse entre la exhibición del rey Tutankamon.
- ¿Es cierto que hay una maldición en estos artículos?- preguntó el joven vampiro.
- A decir verdad no se cree que haya una maldición, pero tampoco se puede descartar que los descubridores de la tumba del Faraón Tut y también responsables de su traslado a Londres murieron de una forma muy misteriosa.
- ¡La venganza de una momia!
- Es adecuado.
La señorita expositora rio ante la ocurrencia de Alone, el la miró directo a los ojos y ella de pronto, se sintió presa de un deseo incontrolable.
- ¿Que te parece si salimos a tomar un poco de  aire? Después de todo ya has hablado mucho para estas momias con vida.
La señorita sabía que no debía aceptar el ofrecimiento, pero algo le impedía negarse, una fuerza magnética, una voluntad externa la empujaba a ir con galante joven.
- Está...esta bien, vamos.
Alone le ofreció el brazo, ella se sorprendió de la fortaleza del bicep que ahora tocaba.
- Vaya, pareces muy fuerte.
- Querida, no tienes idea.
Del otro lado de la galería, Adara llevó a Crissio ante la escultura de una antigua diosa, esa escultura formaba parte de un reciente descubrimiento, pero una serie de detalles ponían en conflicto a los arqueólogos, pues varias de sus marcas no correspondían a ninguna era de Egipto, pero la estética externa del tallado era similar a las estatuas del templo de Luxor.
- Como lograste leer el papiro, creí que podrías hacer lo mismo con esta estatua.
- ¿Que se supone que es?
- No están muy seguros, pero se habla de una diosa sangrienta, una diosa blasfema que no forma parte de la jerarquía divina egipcia, al parecer la llamaban Meresankh
Para Crissio, el inmortal de dos mil años, las runas y jeroglíficos de la estatua femenina le eran tan desconocidos como para esos expertos que la habían desenterrado en las afueras del Cairo.
- Lo lamento, no...no se lo que significa esto.
- Es increíble no lo crees, podría ser anterior al imperio Egipcio, podría ser más antiguo de lo que parece.
Se escuchó una campanilla al fondo de la galería, Crissio y Adara volvieron a la sala principal, donde se realizaría una subasta, algunas piezas no menos importantes, se abrirían para que los coleccionistas tuvieran oportunidad de adquirir un poco de aquella magia antigua. El primer artículo fue un medallón de oro, la puja comenzó en 10,000 dólares, para ser vendido en 25,000, la siguiente pieza, un trozo de la corona real del faraón Tut, una diadema propia de su atuendo real, se abrió con 30,000 dólares y terminó en 57,000, a Crissio no parecía importarle mucho los artículos presentados, pero el subastador presentó entonces la antigua estatua.
- La siguiente pieza no tiene fecha exacta de data, pero se cree que sería de una época cientos de años anterior al imperio Egipcio, se trata de una estatua de Meresankh, diosa de la sangre y de la noche, diosa de las legiones nocturnas, la han apodado la diosa de los vampiros, abriremos la puja en 100,000 dólares.
Crissio levantó su paleta ofreciendo 150,000 dólares.
- 150,000 dólares del caballero Grimaldi, ¿alguien ofrece más? ,150,000
- 200,000
- 200,000 de Lord Ferguson.
- 280,000.
- Señor grimaldi, 280,000.
-350,000.
-350,000 de Madame Larsson.
- 500,000.
Crissio elevó la suma, Lord Ferguson se había retirado de la puja, pero aún se mantenía Madame Larsson.
- 1,500,000.
- 1,500,000 por la estatua de Meresankh - el subastador sudaba de emoción, todo iría a una fundación de ayuda para los niños en África- señor Grimaldi ¿tiene una oferta más?
Crissio sonrió y levantándose...
-Cinco millones de dólares.
Después de la fiesta que anteriormente ofreciera, todos conocían la opulencia de Crissio,pero esto les sorprendió, Madame Larsson le sonrió y se retiró.
- Vendida en 5 millones para el señor Grimaldi.
- Crissio ¿Que hacés?
- Adara, te, sabes que cinco millones no es nada para mí.
- No seas pretensioso.
Una hora después, Adara despedía a todos los asistentes de la galería en compañía de Crissio, sonrisas, abrazos, agradecimientos, invitaciones a negocios, después de la demostración de hoy todos querían a Crissio como socio.
-¿ Me dirás lo que viste en esa estatua?
- Algo que tengo que estudiar más a detalle, aquí ven.
Crissio le mostró unas runas detrás de la estatua, parecían arameas.
-¡Imposible!
La educación en arte de Adara le permitió leer las runas, decía, para inquietud de Crissio, Caín.

¿Caín? Eso no tiene sentido, la estatua en sí, no...no es posible...
- Por favor dime qué no pague cinco millones por una baratija.
- No,la estatua es genuina, pero, esas runas...
- Adara, lo mejor sera que la lleve conmigo, para estudiarla con más detalle.
- Mañana por la tarde un equipo la llevará a tu casa.
- Bien, los estaré esperando.
- ¿Que pretendes encontrar en ella Crissio?
- ¡Respuestas!
De pronto la mano de Adara sujeto a Crissio, el vampiro tembló en su interior.
- Y tu tienes que darme respuestas a mi Crissio.
- ¿A qué te refieres?
- Crissio, es obvio, no eres lo que aparentas, no eres lo que pretendes ser entre todos nosotros.
Un nudo se generó en su garganta, se sintió atrapado.
- ¡Por Dios! ¿Creíste que no me daría cuanta? Es demasiado obvio.
- ¡No lo entiendo!
- Crissio, deja de jugar conmigo, se que lo eres ordinario, no se lo que seas, pero no eres ordinario.
- Oh Adara, si tan solo lo hubieras pasado oír alto.
- ¿Me dirás de qué se trata?
- Soy... soy... Adara...yo...
- ¡Dímelo! Ya no tiene caso que lo sigas ocultando.
- Soy un ...¡Soy un vampiro!
Adara se quedó en silencio mirando atónita a Crissio, después esbozó una pequeña sonrisa en su rostro.
- ¿Un vampiro? ¿En serio? Creí que habías entendido las consecuencias de mentirme Crissio, pero esto, esto no es gracioso.
- No te estoy mintiendo.
- ¡Crissio por favor! Se que te fascinó la historia de la estatua de Akesha, pero de ahí a crearte esto.
- ¡Oye! Tu misma dijiste que no soy ordinario, Adara, créeme soy un vampiro, un inmortal.
La elocuencia de sus palabras causaron impacto en Adara.
- ¿Es verdad lo que me dices?
- Cada maldita palabra y te lo demostraré.
Se dirigió a la pesada estatua de la diosa oscura, la sujetó con ambas manos y la levantó como si se tratara de una caja de cartón vacía.
- Se necesitó de diez hombres y maquinaria para moverla.
- ¿Aún tienes dudas?
Adara retrocedió despacio sin apartar la vista del imponente espectáculo, Crissio colocó despacio la estatua de roca en su lugar, la expresión de Adara era de temor, miedo y recordó entonces a Alaya y como fue que ella lo descubrió matando a un hombre.
- ¡Dios, Dios!
- Por favor, no me tengas miedo, no te haré daño.
- ¿Como, como? Crissio ¿Cuántos años tienes?
- Más de dos mil años.
- Esto, esto es increíble.
- ¿Cual esperabas que fuera mi respuesta.
- Un atleta que consumía estimulantes quizá, pero ahora todo tiene sentido Crissio, nunca te veo comer y solo atiendes de noche, ¿Como no puede verlo?
- Drusso y Livio también lo son, somos los últimos que quedan de una generación  de antiguos.
- ¿Antiguos?
-Vampiros de hace más de dos mil años, las generaciones actuales temían al poder de los antiguos y  se dice que los eliminaron uno a  la vez.
-¿ Eso se dice? ¿No estabas allí?
- Adara,¿alguna vez te preguntaste por qué mis lienzos sin tan detallados?
- Acaso tú.
- Yo viví la gloria de Roma, fui el Tribuno y Cónsul Crissio Patronius Magnus, al servicio del emperador Tiberio.
- Pero no existen registros de...de ti.
- Cuándo Calígula tomó el poder caí en un profundo sueño, mientras dormía, Cayó Calígula ordenó la destrucción de todo registro de mi existencia y de mi familia, mi nombre desapareció de la historia.
- ¡Salve Crissio! - exclamó Adara levantando el brazo derecho como en la antigüedad y riendo.
- ¿No me temes?
- Crissio, si quisiera matarme lo habría hecho desde hace mucho tiempo, quizá seas un vampiro, pero eres más humano que cualquier hombre que haya conocido, no te lo negaré, estoy en shock, aturdida y confundida, pero tú sigues siendo Crissio Grimaldi.
- Tengo malas experiencias al revelar mi identidad y se que al hacerlo te he expuesto a un gran peligro, como a ella.
- ¿Te refieres a tu esposa? ¿A Alaya? ¿Ella también era como tú?
- Alaya, era fue mi gran amor en aquella época, en aquel entonces Sejano había sido destituido por el emperador por alta traición, nos tomó desprevenidos y...la asesino, yo pensaba convertirla esa misma noche y...y...
- Entiendo, ni tienes que decirlo.
- Después de vengarme de Sejano intenté matarme con una espada de plata directo en mi corazón, pero de alguna manera solo permanecí dormido, despertó hace solo un año en este nuevo mundo.
- Crissio, me alegra haberte conocido.
Ella tomó sus mejillas entre sus manos y limpió las lágrimas que la nostalgia trajo hacía el inmortal, Adara estaba sorprendida pero tranquila, no importaba lo que fuera, sino quien en realidad era, contempló los ojos negros y húmedos del inmortal y dio un suave beso en sus labios.
- Crissio, yo...yo te amo.
- Adara... Yo también te amo.
"Fue fácil" pensó Crissio, pero ahora había cometido el mismo error que antes, se enamoró de una humana, se enamoró y le reveló su ser a una humana estando en medio de una guerra.
- ¡Cielos! No esperaba esto- interrumpió Alone.
- ¿Donde te metiste toda la noche?
- Tranquilo padre, me comporte.
Detrás de él estaba la mujer expositora del museo Egipcio, llevaba las zapatillas en las manos.
- ¿ Lorna?
- Señorita Lordanou, lo siento.
- ¿Seguro que todo está en orden Alone?
- Ya te lo dije padre, está noche si.
- Lleva a la señorita a descansar ¿Entiendes?
- ¿Que hay de ti?
Crissio tomo a Adara de la mano, ella se sonrojó.
- No me esperen hoy.


EL BESO DEL INMORTALWhere stories live. Discover now