Capitulo 3

3.5K 485 44
                                    


Mew entra al club saltándose la fila que hay en la entrada. Los guardias ya lo conocen y lo dejan pasar nada más de verlo bajar del coche. Es una de las ventajas de pertenecer a una de las familias más ricas de la ciudad.

Es viernes y hace tres días desde que Gulf y él se acostaron. Desde entonces Mew no ha dejado de pensar en él y en las ganas que tiene de repetir la experiencia. Estaba un poco borracho y es posible que el nivel de alcohol en su sangre lo idealizara un poco. 

La cuestión es que no se saca a ese lindo gatito de la cabeza, y eso es algo que no le suele pasar. Si bien, cuando lo conoció le pareció atractivo, Gulf era endemoniadamente hermoso no lo podía negar. Pero, era prohibido y lo respeto siempre, nunca se acerco a él con otras intenciones, al contrario. Lhong se lo prohibió desde el inicio, y el carácter de Gulf ayudaba mucho para poder mantenerse alejado de él. Además que en donde sea que se encontraran él iba con su pesado novio. Cuando a Mew le gusta alguien tiene sexo con esa persona y no siente la necesidad de volver a verlo, pero con Gulf es diferente. Es incapaz de sacárselo de la cabeza.

Por eso ha decidido ir al club. Lo que necesita es encontrar a alguien que borre su recuerdo. Dicen que un clavo saca otro clavo ¿no? Pues un buen sexo tiene que poder sacar el recuerdo de otro buen sexo.

Se dirige hacia el reservado que suele ocupar con sus amigos y se sienta en uno de los sofás. Desde ese lugar puede ver a los demás que bailan al son de la música en el centro de la pista, entre las luces de colores y semioscuridad. Entonces se fija en una morena que mueve sus caderas de forma sensual mientras baila con una amiga. Es guapa, tiene los ojos bonitos y una boca provocadora. Es justo su tipo. Se pide una copa y la mira durante un rato hasta que se percata de su mirada. Sonríe y empieza a bailar para él mirándolo de reojo. Esta es su oportunidad. Así que se levanta, se dirige hacia ella, la toma de la cintura por detrás. La chica no se sorprende al sentirlo, apoya la cabeza en su hombro y hace circulos con su trasero sobre su miembro en movimientos perfectamente estudiados mientras ladea un poco la cabeza para mirarlo a la cabeza 

—¿Puedo invitarte una copa?— pregunta Mew

—Por supuesto.

La toma de la mano y la lleva con él hacia el reservado.

Se pasan la siguiente media hora hablando, aunque la conversación es tan innecesaria, hay ocasiones en las que ella habla y la mente de Mew se desconecta. Se nota que le gusta hablar pero es aburrida y frívola hasta decir basta, algo que antes no le había molestado pero que ahora le repela un poco.

Piensa en Gulf, en su humor inteligente, en la forma en que se arruga su nariz cuando lo molesta. ¿Por que pienso en él ahora? Tiene una chica preciosa dispuesta a pasarla bien con él esa noche.

Se terminan la copa y le pregunta si le gustaría tomarse otra en su casa.  Ella parece encantada, así que se despide de su amiga mientras Mew llama a su chofer. Diez minutos después se suben al coche y comienzan a besarse.

Eso debería gustarle y excitarlo, pero si es sincero no siente nada. Es como si estuviera besando una muñeca inflable. Su cuerpo no reacciona, ni siquiera su miembro. La morena a la que ni siquiera ha preguntado su nombre parece darse cuenta de su falta de entusiasmo, por que mete una mano dentro de su pantalón en busca de su miembro. La aprieta, la acaricia y sube y baja su mano sin dejar de besarlo, pero sigue sin pasarle nada. Absolutamente nada.

—¿Esta todo bien? —pregunta ella desconcertada por la inexistente erección.

—Si, solo necesita su tiempo.

La chica vuelve a besarlo y sigue con sus maniobras, pero no hay quien lo resucite. Su miembro se ha declarado en huelga. ¡Maldita sea!.

Incluso las caricias empiezan a irritarle la piel y con todo le dolor y vergüenza de su corazón, saca su mano dentro de su pantalón y se separa de ella poniendo distancia.

Let's Just Call It LoveWhere stories live. Discover now