Capitulo 4

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—¿Mew y tú en la misma habitación sin que haya corrido sangre? Eso es nuevo —Mild lo mira con una sonrisa divertida mientras saca una bolsa de papas de la despensa 

—A veces podemos comportarnos como adultos

Y tener sexo, pensó Gulf, sacando un bol de madera.

Mild sigue sin saber nada de lo que pasó entre él y Mew y espera que no lo sepa nunca. Ambos con muy sobreprotectores uno con el otro y seguro que su primer impulso al enterarse sería matar a Mew por acostarse con él.  No es que la idea de su mejor amigo lo martirice, pero sabe que luego le daría una charla y preferiría ahorrarse eso.

—¿Cómo estás hoy?— pregunta interrogándolo con la mirada.

—Bien, me he pasado la mañana tirando curriculums y mirando anuncios de apartamentos compartidos. La cosa esta complicada, pero espero que me llamen esta semana para hacer alguna entrevista de trabajo y ver algún apartamento.

—No hay prisa. Aquí no molestas.

—Lo se, pero no me gusta interferir en su intimidad.

La puerta de la cocina se abre y Lhong y Mew entran por ella. Se pone nervioso cuando siente la mirada penetrante de Mew sobre él. No sabe como lo hace pero tiene una forma de mirar tan intensa que parece que sea capaz de verlo desnudo a través de los ojos.

Además, hoy esta guapo. Aunque nunca lo admitirá en voz alta, ese look informal, le sienta bien. No es que con traje se vea mal, es un hombre atractivo que conoce todas sus virtudes y les saca partido, de ahí a que tenga un ego del tamaño del Taj Mahal, pero los pantalones mezclilla ceñidos y la jersey deportiva que marca sus músculos definidos de sus brazos y torso le dan un ataque rebelde y muy sexy.

—Ha llamado Hai, llegara un poco tarde. ¿Les parece si pedimos pizzas? —pregunta Lhong

Mild y él responden que sí al unísono y Lhong apunta en un bloc de notas las pizzas que quieren. Toma una papa que han vertido en el bol de madera y deja escapar una risita pensando lo poco glamurosa que es esa cena.

—¿De que te ríes?—pregunta Mew que se ha sentado sobre la isla de la cocina y lo mira perspicaz

—Solo pensaba en lo raro que es que unos chicos millonarios como ustedes cenen pizza, papas fritas y cerveza. Yo pensé que lo suyo era caviar, ostras y los menús de degustación en sitios elegantes donde te cobran 600 dólares por ello.

Mild se ríe entre dientes y Mew alza las cejas divertido. Lhong no está atento a la conversación por que esta al teléfono pidiendo las pizzas

—Cuantos prejuicios, Moreno

Ese "moreno" arrastrando los dientes y mirándolo de esa forma tan descarada hace que se ponga nervioso. Enseguida aparece en su recuerdo un recuerdo de la noche que la pasaron juntos en la que uso ese apelativo antes de penetrarlo. Traga saliva incapaz de apartar ese recuerdo de su pensamiento.

Lleva toda la semana intentando olvidar esa noche, pero de vez en cuando regresa y le calienta por dentro. Incluso ha de admitir que se la ha jalado pensando en ello.

No es un mojigato, le gusta el sexo y siempre ha disfrutado practicándolo. pero lo que paso entre Mew y él esta a otro nivel de cualquier experiencia. No lo confesara en voz alta ni bajo amenaza de muerte, pero Mew es un Dios del sexo enviado a tierra para hacer disfrutar a sus amantes.

Por suerte antes de que su mente calenturienta vaya a más, Lhong les anuncia que ya ha pedido las pizzas y que falta poco para que el partido comience.

Let's Just Call It LoveWhere stories live. Discover now