Capitulo 10

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—¿Cómo dices que se llama esta posición? —pregunta Gulf tras haber tenido el orgasmo más sufrido de su existencia.

Esta tumbado en el suelo con la respiración entrecortada y el brazo izquierdo cansado y adolorido

—Según este libro, acabamos de practicar la postura sexual de El par de pinzas— dice Mew tachando la postura en cuestión con un rotulador rojo. Se ha sentado en la cama y parece fresco como una rosa, como si no se hubiera cansado nada.

Hace un mes que empezaron a acostarse. Si, ya hace un mes de aquel sábado que lo cambio todo. Y lo reconoce; esta encantado. Este ultimo mes ha disfrutado del sexo más que nunca. Además, a Mew se le ocurrió la brillante idea de comprar un libro de posturas sexuales con la excusa de que las practicaran todas. Y, por ahora, esta ha sido la más complicada.

—No pienso volver a repetirla—dice el menor aun jadeando

—¿Por que? Yo me lo he pasado bien.

—Eso es porque tu te has llevado la mejor parte

Se pone de rodillas y Mew lo mira divertido. La verdad es que es entretenido echar polvos imaginativos, pero este en particular ha sido demasiado. Básicamente tenia que colocarse de lado sobre su brazo izquierdo extendido mientras Mew lo agarraba de la cintura en diagonal, con una pierna entre las suyas, para penetrarlo de pie. Cuesta imaginar una postura de estas características. Se puede decir que es como hacer la carretilla con una sola mano mientras alguien te da el meneo de tu vida. Ha habido un momento en el que creía que se iba a comer el suelo, pero al final ha podido aguantar la tensión hasta el final.

—Anda dramático, ven aquí— dice Mew palmeando el colchón a su lado. Lo dice socarrón como si tuviera intención de probar una nueva postura.

—De eso nada, obseso del sexo. Necesito reponer fuerzas. Voy por unas cuantas galletas que Mara ha dejado preparadas antes de irse.

—Vale, pues tráeme también una cerveza

—No soy tu mesero, Suppasit; si quieres una cerveza ve tu por ella.

Tuerce la boca, pero lo obedece. En realidad, podría llevársela, pero le gusta ponerse un poco firme de vez en cuando para que recuerde que sigue teniendo el control de la situación.

Se viste con la camiseta de pijama de Mew y él se coloca los bóxer.

Van a la cocina y toman las galletas, la cerveza y un vaso de leche para Gulf. De regreso, fija su mirada en la puerta del fondo. Se detiene antes de entrar a su dormitorio y la señala con la cabeza.

—¿Cuándo me vas a explicar que hay detrás de esa puerta?

Mew se ríe entre dientes

—Nunca, de lo contrario tendría que matarte

—Vamos, Mew, ¿a que viene tanto misterio? desvélame el secreto anda—hace un mohín

—¿Qué me das si lo hago?

—¿Una mamada en la ducha?—responde con un parpadeo coqueto

—Eso lo puedo conseguir sin descubrir mi secreto, gatito

Pone los ojos en blanco. Además, no protesta ante el uso de la palabra "gatito". Últimamente le parece hasta adorable cuando lo llama así

—Si me enseñas que esconde la habitación prohibida, te explicare el sueño pervertido que tuve hace unas semanas con ella.

—Chantajeándome con sueños sucios... Veo que ya sabes cual es mi debilidad

—Claro que si, pequeño —le dedica un movimiento de cejas sensuales y Mew ríe

Let's Just Call It LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora