Capitulo 7

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—Mew, ¿es esto cierto? —Amy deja un periódico abierto sobre el escritorio de su despacho y mi mira furiosa a través de sus ojos.

—Dime que no fuiste tan tonto como para hacer eso—insiste Amy cuya voz es tan aguda que le genera migraña

Mira el dichoso periódico preguntándose que habrá hecho esta vez. Amy es la encargada de comunicación de la empresa la que se pasa el día desmintiendo titulares o enviando notas de prensa.

El titular de la noticia no tiene desperdicio: "Mew suppasit captado infraganti. ¿A caso no tiene suficientes habitaciones en su imperio hotelero como para tener que montárselo en plena calle?" acompañado este titular hay una foto en la que aparece con el culo al aire mientras penetra a una chica por detrás en un callejón oscuro, solo iluminada por una luz amarilla de una farola que está junto encima. Le han pixelado el culo, una lástima por que la verdad que su culo es de sus mejores atributos.

—Sabes lo que me a costar tapar este escándalo? —pregunta Amy con un dedo índice en sobre la foto.

—Tampoco es para tanto. Además, hace meses de esto. —se frota el mentón tratando de recordar cuando ocurrió. Era en verano, esta chica y él coincidieron en una fiesta y estaban cachondos que no pudieron esperar a llegar al taxi. Además estaba borracho, muy borracho.

—No importa si hace meses o si fue ayer. No nos podemos permitir este tipo de noticias sanciona listas que hunden por completo nuestra credibilidad. —toma el periódico, lo enrolla como si fuera un palo y le da en la cabeza con el. Mew suelta una exclamación de sorpresa, no de dolor, por que es papel, no duele. —tienes 27 años. Mew. Ya no eres un niño, no puedes seguir comportándote como un adolescente

-De acuerdo lo entiendo

—No quiero que lo entiendas. Quiero que te comportes

Suelta un suspiro

—Prometo no volver a follar en la calle ¿te sirve?

—Ni en la calle ni en público —lo filmina con la mirada antes de darse la vuelta y salir de su oficina con un portazo.

Mew resopla y aparta el informe por que ahora mismo es incapaz de concentrarse en los números. Prefiere centrarse en otra cosa como por ejemplo en las ganas que tiene de irse para llegar a casa y ver a Gulf.

Han pasado dos semanas desde que cenaron en casa de sus padres, y las cosas han mejorado. Desayunan juntos todas las mañanas. Comparten cena cuando no llega muy tarde. Se ha dado cuenta de que cuando algo lo pone muy nervioso se rasca los brazos, como si le picaran y que arruga la nariz cuando no esta de acuerdo con algo.

Así que puede decir que Gulf y él han afianzado su confianza. Eso sería magnífico si con eso su plan de conseguir acostarse con él de nuevo estuviera dando resultado, pero el caso es que no hay manera de salir de la friendzone en la que parece haberlo metido. No lo deja acercarse demasiado a él, cuando lo intenta se aparta como si fuera fuego y temiera quemarse.

Por Mew, solo puede decir que se muere de ganas de volver a escuchar el sonido de su voz al gemir. Es una imagen que le cuesta quitarse de la cabeza; él con los ojos entrecerrados gimiendo de placer antes de correrse. Joder, es que pensar en eso y en bulto de pantalón crece.

No sabe que hará si no consigue hacerle cambiar de opinión. Pero no quiere renunciar a lo que sintió aquella noche. Quiere volver a sentirlo. Necesita volver a sentirlo.

Llega a casa cerca de las 6 de la tarde y cuando abre la puerta y pasa al salón se encuentra a Gulf sentado en uno de los sofás, con la laptop entre sus piernas que tiene cruzadas. Gulf lo saluda levantando la cabeza del portátil con los anteojos puestos.

Let's Just Call It LoveWhere stories live. Discover now