Desde que llegaste ©[✔️]

Capitulo 37

Los días se me pasan lentos, estoy encerrada en mi casa, comiendo y llorando, mi madre ni si quiera me dice nada y la verdad lo agradezco, Oliv y Nox han venido y se han quedado hasta tarde, me ayudan con los trabajos que hacen en clase y las tareas, hoy por fin me dignaré a ir a la preparatoria, no importa cuánto hablen de mi, pero ya necesito ir.

Ashton me sigue afectando, pero no puedo parar mis estudios si me quiero a UCLA a estudiar.

Recuerdo a mi grupo de amigos, me vieron la cara de estúpida durante un buen tiempo, esos chicos con los que reí, me decepcionaron al igual que él. Le confié todo y aún así me fallo, me entregue a él aún con el miedo de ser lastimada y aún así le valió una mierda.

Ya estoy lista, solo me falta ponerme mas corrector por que mis ojeras son muy notorias, estoy cansada, no he dormido bien y casi siempre me la paso llorando, así que mi cara es un desastre.

Bajo las escaleras y ni si quiera le hablo a Regina solo salgo y me sobresalto al ver a Liam ahí.

—Lo siento por asustarte, vine a llevarte a la preparatoria.

—No tienes por que hacerlo, no es como que vaya caminando y me lance hacia un auto. —intento bromear, pero su rostro sigue siendo serio.

—Morgan.

—Lo siento. —caminamos hasta su auto y abre la puerta para que entre, dejo mi mochila en mis piernas y me recargo en ella.

Una vez Liam dentro del auto, lo enciende y arranca.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Adelante. —giro mi cabeza para verlo.

—¿Dejaste que te explicara?

Lo miro incrédula.

—No. Con lo que vi fue suficiente.

—Nunca es suficiente, Morgan. —susurra y me mira. —Te entiendo, pero debiste esperar su explicación.

—¿De qué lado estás Liam? —suelta un suspiro y frunzo el ceño. —Ashton te odia y tú lo defiendes, ¿qué te pasa?

—¡No lo defiendo! Solo te dije que tuviste que haberlo escuchado.

—¡Nunca terminó con ella! Siempre fui la otra, está claro que...

—¿Qué no te quiere? ¿Que no significaste nada para él? ¿Qué todo lo que pasaron fue algo que no significó nada para él? —estaciona el auto y se gira a verme. —Pensé que eras más inteligente.

Mis ojos se cristalizan y niego.

—No quieras hacerme sentir mal y que vaya a perdonarlo.

—Nunca te dije que lo perdonaras, te dije que hubiese sido mejor que lo escucharas, porque no solo tu tienes secretos.

—Mira Liam, no se que te pasa, pero no, no voy a escucharlo.

—¿Él no tiene derecho a ocultarte cosas?

—¡No! Nadie debería tener ese derecho de ocultar cosas.