~1 (El comienzo)

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𝗟𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗺𝗲𝘁𝗶𝗱𝗼 𝘀𝗲 𝗰𝘂𝗺𝗽𝗹𝗲: 𝗮𝗾𝘂í 𝗲𝘀𝘁á 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗰𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼

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11 octubre de 1997 (Nueva York) Maya:

Observaba orgullosa el cartel recién colocado, por Wen, al lado de nuestra nueva y modesta agencia localizada cerca del río Hudson, en Nueva York. Mi hermana pequeña, Wen, y yo llevábamos un largo tiempo pensando en abrir este pequeño negocio, la idea empezó cuando yo tenía apenas cuatro años y Wen acababa de cumplir los tres, pero eso es otra historia.

—¡Maya!—gritó una voz desde el interior del futuro negocio.

—¡Ya voy!—grité yo de vuelta.

Y entré.

...

Nada más entrar en la agencia un olor a pluma antigua inundó mis fosas nasales. Cerré los ojos para disfrutar mejor del olor.

—¿Maya?—repitió la voz

Abrí los ojos para toparme con los ojos grises y extraños de mi hermana pequeña. Le sonreí para poder cortar el pequeño silencio que se había formado.

—¡Hola, Wen!—la dije todavía sonriendo—¿qué pasa?

Wen se me quedó mirando por unos segundos como pensando en la razón por la que me había llamado.

—¡Ah!—exclamó ella al acordarse—¿me puedes ayudar con el escritorio? Es que no lo consigo mover.

—Sí, por supuesto—contesté.

Seguí a Wen por la agencia mientras observaba todo a mi alrededor: el suelo era de madera pero no crujía cuando andabas por el, a la derecha había una ventana cubierta por una cortina de color crema, a la izquierda había algunas cajas de varios tamaños que todavía no habían sido desempaquetadas. En resumen: todo estaba tan aborrotado que casi no se podía andar bien.

Unos segundos después, llegamos a la parte más profunda de la agencia. Allí había dos sillas, una más seria que la otra, y una ventana con más cortinas crema. También había una caja muy grande, intuí que se trataba del escritorio.

Wen se agachó para coger la caja y yo la imité. Las dos levantamos el objeto y con dificultad sacamos el escritorio de la caja, después lo colocamos en el suelo, entre las dos sillas.

—¡Listo!—exclamé.

Wen no contestó, sin embargo estaba observando como había quedado hasta ahora la futura agencia.

Sonrió.

—Bonito, ¿verdad?—comenté observandola.

—Ni te lo imaginas—respondió ella.

...

19 de noviembre de 1997 (Nueva York) Wen:

Tardamos aproximadamente tres días en desempaquetar y colocar todos los muebles en sus respectivos lugares, y otros cuatro en proclamar <<La Agencia de Detectives Nichols>> como abierta de una vez por todas.

Durante todo un mes no hubo llamadas. Nadie preguntó por Wen Nichols ni Maya Nichols. No entró ni un alma en la agencia. Nada. Absolutamente nada.

Maya y yo casi perdemos la esperanza. Casi.

La primera semana del segundo mes el teléfono de la agencia empezó a sonar frenéticamente. Me quedé mirándolo con los ojos brillantes y fuí a cogerlo como si fuera la primera vez que oía un teléfono sonar. Antes de descolgarlo me aclaré la garganta sonoramente y respiré profundamente.

Agencia de Detectives Nichols #1Where stories live. Discover now