Agencia de Detectives Nichols #1

~17 (El "dónde")

Wen

En frente de la casa de los Fisher. El señor Fisher y la señora Peterson esposados. Olivia y Lucy llorando silenciosamente detrás de nosotros. El resto impactado.

—Entremos—ordenó Maya a los agentes y a mí—están aquí.

—¿Cómo lo sabes?—pregunté, curiosa.

—Solo espera—respondió Maya, entrando en la casa.

Suspiré y la seguí. Tres agentes más hicieron lo mismo.

Entramos en la casa que en algún momento había parecido animada, ahora solo emanaba un ambiente triste, puede que solo fuera mi imaginación o una ilusión que había creado mi cerebro por el fresco descubrimiento.

Los tres agentes se dividieron y empezaron a entrar en las diferentes habitaciones de la casa. Maya estaba pensativa.

—¿Qué?—pregunté, aunque no esperaba que me lo dijera.

Ella me miró con un extraño brillo en los ojos.

—Esto suena demasiado típico pero—sonrió un poco—¿este sitio tiene sótano?

...

Maya

Mientras que los agentes seguían abriendo puertas, esperando encontrar algo de importancia, Wen y yo peinamos la casa buscando algo sospechoso.

No servía de nada gritar por los niños ya que no sabíamos su condición actual, mi estómago se removió.

Seguí buscando por toda la casa.

¿Por qué era tan grande? Ah, cierto, eran ricos.

—Eh... ¿Maya?—oí la voz de Wen llamandome, ¿acaso había encontrado algo?—ven un momento.

—Voy—avisé, siguiéndo su voz por la casa.

Me le encontré en el pasillo, parada, y mirándo un punto concreto en el suelo.

—¿Esto podría ser un sótano?—preguntó mientras que me acercaba más a ella para lograr ver lo que estaba observando:

El suelo de madera tenía unas líneas que marcaban un cuadrado perfecto, parecía una puerta.

—Sí, si lo es, Wen—respondí sin mirarle—buen trabajo.

—¿Voy a llamar a los agentes?—preguntó Wen, un poco nerviosa por lo que allí ibamos a encontrar.

—No—negué, sonriendo—deja que lo haga yo. Tú encuentra una forma de abrirlo, al fin y al cabo tú lo encontraste, hermanita.

Y me fuí, dejándole confundida.

...

Wen

Sabía por un hecho que Maya quería que participara más en la investigación, pero aquello era demasiado.

Suspiré y me agaché, tratando de abrir el pequeño hueco sin mucho éxito.

—Maldito trasto—murmuré, un poco desesperada.

Me volví a encorporar y miré alrededor en busca de algo que poder utilizar para abrir lo que sospechábamos que era el sótano. Espoiler: no era demasiado.

Un mueble con cuatro flores aromáticas, (el olor era terrible), dos cuadros con figuras abstractas; de esas en que los ricos se gastan la mitad de su dinero para algo que ni siquiera le ven el sentido, y un cactus en el suelo.

Espera, ¿un cactus en el suelo?

Me agaché de nuevo y cogí el cactus, ladeandolo con cuidado para poder verlo mejor. ¿Por qué tendrían un cactus en el suelo? ¿Tan desorganizados eran que lo habían hecho caer?