—Eres tan predecible —Steve sonrió, pero su sonrisa parecía una mueca de disgusto.
—¿Qué haces aquí?
Taylor la miró furiosa.
—Los chicos me contaron todo —Steve se paró correctamente, ya que había estado recostado sobre un árbol esperándola—. Me dijeron lo que pasó en la escuela y como le dieron su merecido a esa banshee.
Taylor soltó un pequeño grito de rabia, sacó un cuchillo y se lanzó a atacarlo. Pero Steve la esquivó con agilidad y le respondía los golpes con habilidad. Conocía también los movimientos de Taylor que podía predecirlos.
Con una buena maniobra pudo lanzarla contra el suelo. Taylor maldijo intentando levantarse.
—¿Por qué pierdes el tiempo peleando conmigo? —Steve sonrió con socarronería—. Sabes que no puedes ganarme en un pelea cuerpo a cuerpo, yo te entrené.
Taylor pudo acercarse a su ballesta que había dejado en el suelo.
—Claro que recuerdo que no puedo ganarte en una pelea —le apuntó a la cabeza—. Pero tú también recordarás que mi puntería nunca se equivoca.
—¿Vas a dispararme? —Steve la miró con nostalgia.
Taylor se rió de su gesto.
—Claro que lo hare idiota, te mataría si pudiera, pero tu vida no vale lo suficiente para que yo tenga que huir por hacerlo.
—¿No es lo que quieres? —le replicó—. ¿Huir de aquí?
—¿Por qué estás aquí Steve? —respondió con rabia—. ¿Qué carajos quieres?
—¡Quiero que entres en razón! —exclamó desesperado—. ¿Qué estás haciendo Taylor?, tu y yo nos amamos, pero de un día a otro me dejas y ahora sales con un asqueroso hombre lobo, ¿Que está pasando?
Taylor soltó una carcajada.
—¿De verdad no sabes porque te deje?
—¡No!
—Haber piensa —dijo burlona—. ¿Con qué zorra te acostaste el día anterior a nuestro maldito aniversario?
Supo que lo agarró desprevenido cuando vio cómo su rostro denotaba sorpresa.
—No se... no se de que hablas.
—¿Tal vez si recuerdas a la chica a quien metiste a tu casa un día antes de que te dejara? —Taylor chasqueo con su boca—. ¿Miriam no?, cuando me dijiste que habías salido con tu papá, pero cuando fui a tu habitación para esperarte los vi a los dos.
—Taylor...
Un disparo de una flecha directo a su pierna, hizo que Steve cayera al suelo gritando de dolor.
Taylor intentaba controlar su propia respiración.
Se acercó lentamente a él. Steve temblaba en el suelo sujetándose la pierna que sangraba.
—Mientras iba creciendo y dándome cuenta que mi vida ya estaba escrita y que mi futuro ya había sido decidido, no me importo mucho porque sabía que tu ibas a estar a mi lado todo ese tiempo —Taylor se arrodillo a su altura y le arrancó la flecha con rapidez, Steve ahogó un grito de dolor—. Inclusive estuve muy feliz cuando descubrí que ya estábamos comprometidos desde bebe, tu conozco desde que tengo memoria y eras mi mejor amigo además de ser mi novio.
—Taylor... —Steve lloraba aun sujetando su pierna—. Perdóname, no quise fallarte, yo...
—No hay excusa que sirva Steve, tienes razón en decir que nos amamos, pero en un punto tu dejaste de hacerlo o simplemente ya no te importo —replicó ella con ira comprimida—. Pero si de algo estoy segura, es que algo en mí se rompió el día que te vi en tu habitación con esa chica, se rompió todo el amor y confianza que tenía hacia ti y no creo que puedas hacer algo para arreglarlo, te odio demasiado para perdonarte.
