CAPÍTULO 1.- segundo fragmento

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El avanzaba a gran velocidad como un desquiciado, me sentía como si estuviéramos en una carrera de autos o como si huyéramos de la policía, mi corazón estaba muy acelerado y me aguantaba el miedo que empezaba a paralizarla.

¿Bajarían vivos del auto?... y si lo hacían... ¿Qué haría con ella?

Después de varios minutos, paró en lo que parecía un acantilado algo empinado y claramente peligroso. El bajo del auto sin decirle nada y ella bajó junto a él feliz de dejar de estar en movimiento.

El empezó a gritar como desquiciado pateando piedras al azar, ella simplemente se quedó paralizada por su errático comportamiento, él se arrodilló sujetando su cabello y gritando cada vez más fuerte, pero que ahora parecían gritos de dolor.

Ella gritó espantada al ver como de la nada él ardía en fuego, pero claramente sin quemarse, de pronto líneas de fuego empezaban a expandirse por la tierra atrapándola.

—¡Basta! —grito espantada—. ¡Por favor para esto!

Bael alzó la mirada y ella se tapó su boca ahogando un grito al ver sus ojos totalmente rojos. Bael siente que pierde toda su fuerza cayendo al piso y pierde el conocimiento en el acto. El fuego que los rodea se apaga y ella queda parada temblando e intentando respirar con normalidad.

Sentía que se iba a morir de un infarto.

Ella vio que no se levantaba y se acercó a él temerosamente.

—¿Estás bien? —llegó a él y empezó a tocarlo con su pie—. ¿Me escuchas?

Empieza a moverlo con más fuerza, pero él no daba signos de estar bien.

Se arrodilló y lo puso boca arriba ahogando otro grito. Bael tenía el rostro bañado en sangre porque estaba sangrando por la nariz. Ella empieza a limpiarlo con las mangas de su camisa e intentando que despierte sin éxito.

Empezó a desesperarse al notar que no paraba de sangrar. Intento pensar que podía hacer, estaba varada en un acantilado lejos de la ciudad y no sabía manejar, además que no tendría la fuerza para cargar el cuerpo del chico y subirlo al auto.

Piensa, piensa, piensa... se dijo a sí misma soltando algunas lágrimas y siguiendo intentar su limpiarle el rostro.

Se puso a rebuscar sus bolsillos cuando se le ocurrió algo

Él debe tener un celular, pensó poniéndose a buscarlo en el acto.

Encontró el celular como suponía, lo prendió, vio varias llamadas perdidas y una llamada entrante.

Respondió rápidamente.

—¿Hola? —se dio cuenta que tenía la voz rasposa por el llanto.

—¿Bael? —escucho una voz masculina.

—No, él está inconsciente —intentaba detener sus sollozos—. No sé dónde estoy, él está desmayado, sangrando ¡Y había fuego antes!

—Escúchame atentamente —le respondió—. Quiero que me describas el lugar donde están...

—¡Estamos en un acantilado! —respondió ella rápidamente—. ¡Hay mucha tierra aquí!

—Estamos llegando, quédate ahí por favor...

Ella siguió limpiando a Bael e intentando controlarse, se dio cuenta que Bael dejaba de sangrar tanto cuando escuchó el sonido de varios autos.

Tres autos se estacionaron cerca de ellos y de ellos salieron varios chicos.

THE RETURN OF KINGDOM (En edición)Where stories live. Discover now