Leia se removía una y otra vez en su cama, no podía conciliar el sueño a pesar de que eran las dos de la madrugada. La culpa la estaba consumiendo, no podía respirar al rememorar lo sucedido con Bael unas horas antes, se sentía culpable de haber rechazado sus sentimientos, pero mayor era su culpa al pensar en su beso.
Tenía que ser sincera consigo misma, no podría verle la cara a Liam después de lo que paso, solo quedaba decirle la verdad a pesar de las posibles consecuencias. Necesitaba ser sincera o si no se volvería loca.
Tomo su celular y llamo a Liam muy nerviosa.
—Ho...hola —Liam contestó perezosamente después de la segunda llamada.
—Hola —hablo Leia muy nerviosa.
—¿Amor? —escucho a Liam bostezar—. ¿Estas bien?
—Tengo que decirte algo —sintió un nudo en la garganta—. Es algo importante.
—¿Tan importante que no podías esperar hasta mañana?
—Si —susurro Leia—. Siento que voy a explotar.
Soltó un sollozo sin poder detenerse.
—¿Estás herida? —escucho como Liam se levantaba—. ¿Qué está pasando?
—Estoy bien —dijo intentando controlarse—. Se que no debería pedirte esto, ¿Pero podrías venir?, lo que tengo que decirte, es mejor que te lo diga en persona.
—¿No me vas a terminar cierto? —hablo Liam algo alterado—. Voy a ir inmediatamente.
—No te voy a terminar tonto.
«Tal vez tú quieras terminar conmigo», pensó triste.
—Te voy a colgar, intentaré salir sin hacer el menor ruido.
Después de un poco más de treinta minutos, Leia que estaba sentada en la entrada de la mansión donde ahora vivía. Sabía que posiblemente Liam se alteraría y no quería despertar a Jose.
Escucho el sonido de un motor a lo lejos, vio como Liam llegaba en su nueva moto.
Se estaciono cerca de ella, se sacó el casco y se arregló el cabello.
—Sabía que sería buena idea estacionarla en el bosque —dijo acercándose a ella—. El problema fue escabullirme de los guardas nocturnos.
Paro en seco al verla.
—¿Que paso Leia? —pregunto preocupado, el rostro de Leia denotaba que había estado llorando—. ¿De verdad no estás herida?
Se sentó a su lado y la abrazó para confortarla, se sacó la chaqueta y la abrigo con ella.
—Lo siento mucho Liam —ella se tapó la cara intentando calmarse.
—Me estás asustando amor —dijo acariciando su espalda—. ¿Qué te sucede?
—Tengo que contarte algo —dijo Leia tragando saliva—. Quieres que me escuches sin pararme, puedes gritarme todo lo que quieras.
—¿Gritarte? —pregunto Liam confundido—. Esta bien, te escucho.
Leia empezó por el principio de todo lo que le había ocultado a Liam, comenzando con los besos que había tenido con Bael en ese viejo almacén de la escuela, aunque aún no eran ni amigos en ese tiempo, se sentía culpable. Las veces que Bael había ido a su departamento y se había quedado a dormir, aclarandole que no había sucedido nada malo. Como ella se enteró que Jose era el mate de Gabriela, y todo lo que sucedido con Estefan y sus amenazas. Por último, como hace unas horas Bael se confesó y la había besado, diciendole al final que lo había rechazado.
